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II.5 DE LAS DIMENSIONES A LAS SUB-DIMENSIONES
ОглавлениеEl acento puesto en la intensidad y la extensidad se ve confirmado por sus respectivas analíticas: (i) la intensidad conjuga el tempo y la tonicidad; (ii) la extensidad conjuga la temporalidad y la espacialidad. La intensidad no es ajena a la noción —indefectiblemente oscura— de fuerza, pero como su ser es un hacer y nada más que eso, como hace sentir sus efectos, estos se miden por su carácter súbito, “abrupto”, y por su energía; las cualidades, ilusorias como cualidades, subsumen cantidades en devenir. La extensidad se refiere a la extensión del campo que la intensidad controla, en el entendido de que la extensión de ese campo es, en primera instancia, temporal: el tiempo humano, el tiempo discursivo se encuentra siempre más allá del tiempo. Desde el punto de vista terminológico, la intensidad y la extensidad asumen el rango de dimensiones; el tempo y la tonicidad, por un lado, la temporalidad y la espacialidad, por otro, asumen el de sub-dimensiones.
El contenido de las relaciones propiamente semióticas ha quedado ocultado por la atención que Saussure y sus seguidores prestaron al carácter distintivo de las unidades, así como por su alejamiento de la retórica, el cual hace pensar que “lo” retórico solo es una región insignificante del sentido. En este punto, las premisas adoptadas por nosotros adquieren toda su eficacia, particularmente por la proyección de la estructura sobre las vivencias ascendentes y decadentes. Lo cual plantea la cuestión siguiente: ¿si la estructura es gramatical, cómo gramaticalizar las vivencias? Si, para la lingüística, la intensidad se encuentra “fuera”, “al lado” de las cosas, para nosotros se halla en su corazón mismo. Es posible obtener el incremento por dos vías diferentes: por correlación conversa, de tipo implicativo: “más…más”, o “menos…menos”, o por correlación inversa, de tipo concesivo: “más…menos”, o “menos…más”.
Cuando la estructura toma a su cargo las exigencias estructurales que afectan a esos “datos inmediatos”, surgen cierto número de “teoremas” semióticos. Si la intensidad, como dimensión, rige la extensidad, ese control se mantiene debido a lo que Hjelmslev llama la “homogeneidad” entre las sub-dimensiones que pertenecen a dimensiones distintas. Debemos considerar además dos casos: cuando la correlación es conversa o inversa. Veamos primero el caso de la correlación conversa: (i) las sub-dimensiones pertenecen a la misma dimensión: en ese caso, el tempo y la tonicidad se intensifican mutuamente y el efecto de sentido se siente como arrebato; la temporalidad y la espacialidad se comportan del mismo modo y el efecto esperado es la generalización; (ii) las sub-dimensiones pertenecen a dimensiones distintas: la proyección de la tonicidad sobre la temporalidad alarga la duración y proyecta lo memorable, ese “porvenir del pasado”; la tonicidad realza la espacialidad: cuanto más fuerte es la tonicidad, más amplio es su campo de desenvolvimiento. La proyección de la tonicidad sobre la espacialidad informa, según G. Deleuze, la profundidad.
Consideremos ahora el caso de las correlaciones inversas: el tempo abrevia la temporalidad, en consonancia con una observación de Einstein: “El tiempo, inseparable de la velocidad, es solo una cuestión de perspectiva, su cronología, una ilusión”; la velocidad creciente, vivida por los humanos, abrevia la duración de su hacer: cuanto más aumenta la velocidad menos larga es la duración, de tal modo que el ser es solo un efecto propio de la extrema lentitud: el tempo opera lo mismo en relación con la espacialidad, es decir, la contrae, término tomado del poema “La casa del pastor”, de Vigny:
La distance et le temps sont vaincus. La science
Trace autour de la terre un chemin triste et droit.
Le Monde est rétréci par notre experience
Et l’ équateur n’ est plus qu’ un anneau trop étroit.
[La distancia y el tiempo están vencidos. La ciencia
traza alrededor de la tierra un camino triste y derecho.
El Mundo es contraído por nuestra experiencia
y el ecuador no es más que un anillo demasiado estrecho.]
¿Es pertinente precisar el contenido semiótico de los operadores que convocamos, a saber, la alternancia entre las correlaciones conversa e inversa? Si las ciencias humanas se complacen en afirmar que el todo es más que la suma de las partes, no se preocupan, en cambio, de indicar el origen de ese suplemento, de ese imperceptible desbordamiento. Sin pretender ver en los símbolos más que una representación cómoda, planteamos que la correlación conversa capta la relación como un producto que nos ofrece ese suplemento-desbordamiento esperado:
[a + b] < [a x b]
De lo cual se deducen algunas consecuencias para cada una de las dimensiones consideradas: (i) el producto del tempo por la tonicidad tiene como resultado necesario el estallido o el destello, forma intensa del brillo, significado inapreciable de toda exclamación. Bastará con un solo ejemplo: en el fragmento de los Pensamientos, que se refiere a la jerarquía de los “tres órdenes”, y que remite a Arquímedes, Pascal dice: “Sin su brillantez, Arquímedes sería igualmente venerado. No libró batallas visibles, pero aportó a todos los espíritus sus invenciones ¡Cómo brilló a los ojos de los espíritus!”. La reciprocidad multiplicadora del tempo y de la tonicidad sirve de fundamento verosímil a los valores del destello, es decir, de la superlatividad; (ii) el producto de la mayor extensión temporal por la mayor extensión espacial da por resultado necesario la universalidad, es decir, los llamados valores de universo. Cada cual en su orden, las sub-dimensiones funcionan como coeficientes. Con el mismo razonamiento, la correlación inversa funcionaría como una división. La red que sigue a continuación reagrupa las seis combinaciones posibles entre las sub-dimensiones:
Si las direcciones semánticas que conducen a esas “intersecciones” son válidas, se puede fácilmente comprender que la retórica sea más bien amplificante, aspecto que examinaremos con más detalle en el capítulo V de esta primera parte.