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2.1.4 La terminología
ОглавлениеPara Hjelmslev, las categorías de la forma de la expresión y las de la forma del contenido son idénticas, pero es claro que la terminología que las expresa ha sido tomada principalmente del plano de la expresión. La terminología greimasiana privilegia, por lo demás es comprensible, la narratividad, es decir, una posibilidad situada. Una terminología debe ser, en cuanto sea posible, parlante, es decir, transparente: la coalescencia de lo sensible y de lo inteligible nosotros la designamos con el término de tensividad, y, referida al análisis y al acoplamiento subsiguiente, tomamos de Hjelmslev el par de prefijos in- y ex-, pareja que es uno de los resortes de su terminología13, y designamos ahora lo sensible como intensivo y lo inteligible como extensivo. Sin cultivar la paradoja, diremos que la tensividad no es nada, nada más que la junción de la intensidad y de la extensidad, así como la sílaba14 no es nada más que la junción, el espacio de encuentro de una magnitud vocálica y de una magnitud consonántica. El cuadro siguiente resume nuestro proceder:
Una magnitud tensiva —precisaremos en un instante su condicionalidad— es, pues, una magnitud compleja, portadora de dos rasgos: por una parte, un rasgo intensivo (Cassirer diría un «acento de sentido»); por otra parte, un rasgo extensivo. Lo cual no deja de tener consecuencias. En efecto, la hipótesis tensiva en el estado actual de su desarrollo, la problemática hjelmsleviana del análisis y el estatuto de la definición en los Prolegómenos son «variedades» de un mismo funcionamiento. Esa convergencia surge de las tres consideraciones siguientes: (i) la esquicia de la tensividad conduce al enfrentamiento cara a cara de la intensidad y de la extensidad; (ii) un análisis tiene por plano de la expresión una dualidad y por plano del contenido, una dependencia: «Una dependencia que cumple las condiciones de un análisis será llamada función15», de ahí la dependencia de la extensidad respecto de la intensidad; (iii) finalmente, por reciprocidad, tenemos razones para aceptar la pareja de la intensidad y de la extensidad como la definición de la tensividad:
Esto nos lleva a la definición de la definición: por definición entendemos una división, sea del contenido de un signo, sea de la expresión de un signo16.
En cierto sentido, la definición, al sustituir el contenido definido por una «cadena de contenidos de signos», dispersa ese contenido definido. Si admitimos con Cassirer que el proceder del pensamiento es «circular», es decir que
la conexión supone la división, así como la división por su lado no tiene otra meta que preparar y hacer posible esa conexión17,
si, además, reconocemos en la definición el grado cero de la predicación, entonces, el isomorfismo de las magnitudes consideradas se establece así: