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LA GUERRA CIVIL
ОглавлениеAunque sus declaraciones relativas a los años de la guerra y a la complejidad de los acontecimientos que se suceden son escasas, sobre todo si las comparamos con sus continuas manifestaciones en torno a lo ocurrido en la etapa precedente, Corpus no dudó, como Antonio Machado y otros que no eran hombres de partido, en su apoyo incondicional a la legitimidad de la República.
En París tendrá un papel destacado en las relaciones entre la España en guerra y la URSS. La necesidad de evitar un entendimiento directo entre las embajadas rusa y española, lo que hubiera confirmado al francés medio las afirmaciones fascistas de que los republicanos españoles estaban cerca del comunismo, justifica su papel en este juego diplomático.
Corpus será el encargado de comprar los aviones que había de traer a España André Malraux, al que había conocido en la Embajada española de París en los primeros meses de la guerra.
Este acontecimiento le servirá para atacar a los países que habían decidido no intervenir en la guerra. Para él, lo que había fallado realmente ante los sucesos de España era Europa, su política, todos los buenos propósitos que surgieron a raíz del Tratado de Versalles y que intentó poner en práctica la Sociedad de Naciones37.
Más tarde, Malraux pensó en él como posible colaborador para su película L’espoir (Sierra de Teruel), aunque al final se decidió por Max Aub.
En Madrid, primero, después en Valencia y en Barcelona y en sus frecuentes viajes al extranjero, Corpus desarrolla una intensa actividad. Participa en el desmantelamiento del Museo del Prado y en el envío de sus inapreciables tesoros a Ginebra, mientras se resolvía el conflicto; dirige, durante algún tiempo, la Revista de las Españas; colabora en El Mono Azul, en Hora de España y en otras publicaciones, y es uno de los artífices del II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas, que se celebra en julio de 1937 en Barcelona, Valencia y Madrid38.
También firma diversos documentos en apoyo de la República y da conferencias sobre política internacional, como recordará Teresa Pamiès:
«Hom podia anar a escoltar [es el año 1938] l'Aureli Campmany parlant de l'Angel Guimerá, o conèixer personalment l'Altolaguirre o Corpus Barga, que feia unes conferències de política internacional amb una gràcia periodística inimitable»39.
El 23 de enero de 1939 el Gobierno dispone que todos los organismos del Estado abandonen Barcelona. El nombre de Corpus irá unido para siempre al de Antonio Machado en el doloroso camino del exilio, como él mismo recordará en diversos artículos (dos de ellos figuran en esta antología).