Читать книгу Estás para más - Daniela De Lucía - Страница 19
Eres más grande que tus problemas
Оглавление“El fracaso es parte del proceso del éxito. La gente que evita el fracaso también evita el éxito”. ROBERT KIYOSAKI
La autoestima se construye de adentro hacia afuera, y solo un poquito de afuera hacia adentro. Demostrarnos a nosotros mismos que podemos lograr lo que nos proponemos es parte de la construcción de la autoconfianza, pero si solo depende de eso podemos entrar en un callejón sin salida. Si el amor que tenemos por nosotros depende de lograr, lograr y lograr… ¿qué pasará cuando fracasemos en algo? Si valemos solo por lo que logramos, cuando no logremos lo que queremos, ¿no valdremos nada? Ahí el amor propio pasa de 1000 a -10.
El otro día un emprendedor vino muy angustiado a la sesión y me dijo: “perdí un cliente y me puse muy mal. Y ni siquiera era un cliente importante, pero no lo soporté… No entiendo por qué me angustió tanto la situación. Estuve toda la semana deprimido”. Cuando nuestro amor depende de hacer las cosas bien y nos equivocamos en algo, el amor propio tambalea. Si el equivocarnos nos hace dudar de nosotros mismos y de nuestro valor, estamos siendo víctimas de la autoestima de cotillón, esa que parece que es de verdad, pero se desecha al final de la fiesta. Y uno de los síntomas más claros de la autoestima “exitista” es el miedo al fracaso. Las personas con el “síndrome de autoestima de cotillón” evitan al máximo la posibilidad de equivocarse. Para ellas el fracaso no es una situación que atraviesan, sino algo que se impregna en su identidad.
Tomando el ejemplo del emprendedor anterior, una autoestima sólida dirá: “perdí un cliente, ¿qué puedo aprender de esto? ¿Qué puedo hacer distinto en el futuro?”. Y seguiría con su negocio (y con su vida). Una autoestima de cotillón dirá: “perdí un cliente, fue mi culpa. ¿Por qué me pasa esto a mi? No puedo mantener los clientes, soy un idiota”. Notemos las dos perspectivas con respecto a la misma situación. En el primer caso, la persona se hace responsable y busca encontrar un aprendizaje para mejorar su futuro. No lo toma como algo personal. En el segundo caso, en cambio, no solo lo toma como algo personal, sino que también se pone en el papel de víctima.
Si alguna vez te has creído menos por fracasar en algo, es momento de identificar tu patrón de conducta y tomar una decisión diferente. Tú no vales por lo que logras, tú vales por lo que eres. Tú no eres el problema, tú eres una persona con mucho valor, más allá de lo malo que te suceda. No permitas que las circunstancias buenas o no tan buenas de la vida afecten tu valía.