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TESTIMONIOS

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Así pues, retiene en su poder estas treinta minas [23] producto del taller y su interés de ocho años. Interés que, si se contabiliza en una dracma solamente, se verá que sube a otras treinta minas. Y él solo, particularmente, se ha apropiado de este dinero, que sumado con el principal a la dote asciende a unos cuatro talentos. Por otra parte, de las cantidades que ha sustraído en común con los otros cotutores y de unos cuantos caudales cuya transmisión testamentaria ha discutido totalmente voy a daros ahora una prueba detallada. En primer lugar, respecto de los fabricantes [24] de lechos que dejó mi padre y que éstos ocultan, dados en garantía de cuarenta minas y que son en número de veinte, os demostraré cuán impudente y manifiestamente pretenden sustraérmelos. En efecto, todos reconocen que dichos operarios quedaron en nuestra casa y afirman que producían a mi padre doce minas cada año, pero ellos declaran que en diez años no he tenido ningún ingreso de los mismos, ni siquiera pequeño, y este sujeto, además, calcula en casi mil dracmas el montante de gastos realizados en ellos. ¡A tal grado de desvergüenza ha llegado! [25]Sin embargo, esos hombres, en quienes afirma haber efectuado los citados gastos, no me los han entregado jamás, sino que aducen el más fútil de todos los argumentos: que quien dio a mi padre los esclavos como garantía es el más sinvergüenza de los hombres, que ha dejado impagados infinitos préstamos sin interés y está comido por las deudas, y han llamado a no pocos como testigos de los citados hechos; pero no pueden decir quién es el que se apoderó de los esclavos, cómo salieron de la casa, quién los reivindicó, [26] en qué proceso por ellos han perdido. Verdaderamente, si alegaran algo razonable no presentarían testigos de la ruindad de aquél, de la cual no debo preocuparme, sino que intentarían recuperarlos, manifestarían quiénes fueron los que se los apropiaron y no omitirían ninguno de dichos extremos. En cambio, ¡hombres los más desalmados del mundo!, aunque reconocen que fueron dejados en la herencia, que se los llevaron a sus casas y sacaron jugo a los hombres durante diez años, ¡ocultan total, enteramente el taller! Como prueba de que digo verdad, tómame los testimonios y lee.

Discursos privados I

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