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Fácilmente reemplazados

La gente se aleja, los lazos se cortan, la gente muere, el recuerdo desaparece.

El amor se rompe, el amor florece, los olvidos se escapan y alguien nuevo aparece. En el ciclo de la vida somos fácilmente reemplazados, somos un pasado o un presente para la gente. Somos lazos que se rompen, somos usados para las figuritas de un álbum. Nuestra esencia deja una marca, pero esa marca solo es un recuerdo y los recuerdos son olvidos, los recuerdos se transforman en otros recuerdos y esa esencia se desvanece al ser reemplazada por otro tacto.

Nos olvidan como si nunca hubiesen vivido. Somos reemplazados fácilmente, como las hojas de un árbol cuando el otoño cae, somos reemplazados por quienes menos esperábamos. Un día despertamos y fácilmente fuimos reemplazados.

Por qué será que uno puede borrar todo en un abrir y cerrar de ojos, mientras que el otro se queda esperando y sufriendo una catarsis de emociones sin fin. ¿Por qué será? Qué sentirá el otro al olvidar tan fácilmente, qué sentirá al tocar unas nuevas manos, qué sentirá al estar en una nueva piel. Es que tan fácil somos reemplazados. Nos convertimos en pasado, mientras vivimos el presente, aparecemos y desaparecemos, dejamos marcas, dejamos una parte de nuestra alma.

Nos repartimos de par en par, un poco por allá, un poco por acá. Pero ¿con qué nos quedamos nosotros si el otro se lleva gran parte de nuestros caminos? ¿Con qué viviremos nosotros si el otro nos llenó de olvido? Me lleno de preguntas después de decir que somos fácilmente reemplazados. Pero no se me puede escapar el tener que decir que nosotros también reemplazamos en esta vida, reemplazamos una mascota por la ausencia de otra, reemplazamos un viejo amor con la llegada de otro amor para no llenarnos de vacío sin fin, reemplazamos una cosa, una planta, un amigo, un lugar.

Entre tantas cosas de la vida, el reemplazo se transforma en algo inevitable, en una forma de vivir, en una forma de olvido, en una forma de sentir. Y en fin, mi querido amigo, en mi monólogo de hoy, te cuento que todos formamos parte del reemplazo, queramos o no, nuestra vida fácilmente se transforma en un reemplazo, es así como todo sigue, como todo pasa, se llena de reemplazo cada parte de nuestro interior.

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El almacén de los recuerdos

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