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¿Y si te bajaba la luna?

Noches de tristezas, ahogadas en un llanto permanente.

Noche sin luz.

Noche sin vos.

Noches nostálgicas queriendo volver a ser lo que fuimos una vez.

Noches sin mí.

Noches sin nosotros, ahuyentando recuerdos, recuerdos dolorosos que no tienen olvido entre nosotros dos.

Noches y noches.

Noches enteras tratando de bajarte la luna, noches enteras tratando de entregarte las estrellas.

—¿Y si la luna te hubiese bajado?

—Nadie puede bajar la luna, Juan.

—No, no estás entendiendo. ¿Y si la luna te hubiese bajado?

—No estás entendiendo vos, Juan. Nadie puede bajar la luna.

—Pero si yo, si yo hubiese sido la persona correcta que una vez supo bajar la luna, ¿te hubieses ido? ¿O ahora te quedarías aquí conmigo?–Solo hubo más silencio que antes.

Nadie se queda por más que le bajemos la luna, las estrellas, el arcoíris, no sé. Nadie se queda, porque cuando el amor se acaba, todo se va con él. Se termina todo, el desamor arranca con todas nuestras partes y con todo lo que supimos dar alguna vez.

Cuando el amor se va ya nada queda por hacer, por más que uno llore mil ríos, se pase noches enteras esperando un mensaje de regreso, cuando el amor se va, solamente se va. Es lo más trágico ser preso de un amor que se fue, porque pasas noches en vela esperando, rezando, pensando que el otro va a volver, pero no será así, porque su amor se apagó y ya nuestra chispa no sirve para encenderlo, porque ahora le pertenece a otra chispa de amor.

Cuando el amor se acaba te quedás así, como Juan. Te quedás pensando todo lo que pudo pasar, si hubiésemos podido bajar la luna, entregar las estrellas, visitar el arcoíris, observar el sol sin que lastime. Te quedás así, maquinando, maquinando por un amor que ya encontró una estación, por un amor que ya tiene otra luz, por un amor que no va a recordar que una vez le quisimos bajar la luna con tal de que se quede en nuestros brazos, aunque sea cinco minutos más. El amor es así, no importa qué tanto tengas para dar, o qué tanto quieras dar. Cuando el amor se apaga ya nada puede más, solo te quedan noches tristes que transitar y olvidar que una vez la luna quisimos por alguien bajar.

***

El almacén de los recuerdos

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