Читать книгу Cuida tus cervicales - Dr. Jordi Sagrera Ferrandiz - Страница 9
Оглавление4
La importancia de los músculos
Los músculos del cuello son, en un número elevado de casos, los culpables del dolor cervical. Aunque lo primero que relacionamos con este dolor, por su nombre, son las cervicales, estas están íntimamente engarzadas con los músculos que las sujetan y las ayudan a girar. Por eso, cuando se produce un dolor en la zona del cuello, los músculos deberían estar entre los primeros puntos analizados. Suelen sufrir contracturas con facilidad cuando se realiza cualquier movimiento brusco y generan entonces lo que se conoce como puntos gatillo o pinchazos. Estos se manifiestan a veces en zonas alejadas del lugar donde se localiza la contractura, porque estas lesiones irradian el dolor hacia las terminaciones nerviosas de la espalda, del hombro, e incluso más lejos, hasta el codo o la mano. También pueden repercutir en la cabeza y provocar cefaleas. Ante cualquier problema de cervicales, aunque no ataña directamente a los músculos, hemos de tener presente que la musculatura se contractura siempre. Es una reacción natural para protegerse y proteger la zona, independientemente de la causa que haya provocado el dolor.
Una herramienta fundamental
En nuestro día a día exigimos mucho a los músculos del cuello y rara vez pensamos en él, si no nos advierte antes que lo hemos forzado. Basta observar cómo los usuarios de los gimnasios ejercitan toda la musculatura del cuerpo y solo una minoría realiza ejercicios específicos para esa zona. Se puede creer erróneamente que no lo trabajan cuando, en realidad, se moviliza con gran parte de los ejercicios que hacen. Por otro lado, encontramos un buen ejemplo de ejercitación del cuello en el gran trabajo específico que realizan los pilotos de Fórmula 1, ya que, en el coche, están a merced de fuerzas muy potentes y, pese a ello, no sufren lesiones gracias a su entrenamiento.
Un cuello fatigado reduce nuestra movilidad por causa de posibles tirones, no ayuda a proteger bien las vértebras cervicales a la hora de cargar pesos y, al mismo tiempo, reduce nuestro equilibrio. Hay que tener en cuenta que es el único grupo muscular que tiene contacto directo con el sistema nervioso, por lo que es importante que lo conozcamos y ejercitemos adecuadamente.
El cuello está formado por 54 músculos en movimiento permanente, ya que ayudan a realizar todas las acciones de la cara (sonreír o sorprendernos, por ejemplo) y a usar cualquiera de nuestros sentidos (vista y olfato). Por eso, se están moviendo continuamente y solo descansan cuando nos estiramos en la cama y relajamos nuestra expresión. Por tanto, están en constante riesgo de sufrir una contractura por un mal gesto —los músculos que las padecen con más frecuencia son los de la región lateral del cuello.
Causas del dolor cervical de origen muscular
Una de las causas de dolor en el cuello o en la nuca, que puede ser agudo y presentarse de forma brusca, es forzar los músculos de esta zona. El motivo más habitual es un tirón o un movimiento fuerte. El tipo de lesión que se produce, si se limita a un daño muscular, no debería durar más de dos semanas, siempre y cuando se guarde reposo y se sigan los cuidados debidos.
Si se trata de un dolor crónico que aparece de forma recurrente, y muchas veces continuada, debemos buscar su origen en nuestros hábitos o en accidentes más importantes. Los más habituales son los siguientes:
una mala postura al dormir
una mala posición continuada en el trabajo
un movimiento brusco mal curado
una lesión o traumatismo repetido resultado de la práctica de algún deporte
el uso prolongado del ordenador
el sedentarismo
La mayoría de casos de dolor de cuello agudo se deben a una distensión de los tejidos del músculo, como los ligamentos o los tendones. Esta lesión, conocida popularmente como esguince o whiplash, puede ser causada por un estiramiento del cuello, por haber cargado un peso excesivo, por haber adoptado una mala postura o por un golpe violento.
El latigazo o whiplash
El esguince o latigazo cervical se sufre en muchas ocasiones como consecuencia de la colisión entre vehículos. Lo causa un repentino movimiento de la cabeza hacia atrás (hiperextensión), hacia delante (hiperflexión) o en ambas direcciones. Si el asiento del vehículo no dispone de reposacabezas, ese es el desplazamiento normal de la cabeza que provoca un choque a cierta velocidad.
El latigazo o whiplash lesiona varias estructuras del cuello como músculos, ligamentos y articulaciones, rectificando incluso la lordosis cervical (la curvatura natural de las vértebras) en muchos casos. Los síntomas que produce van desde dolor cervical hasta dolor irradiado a los hombros, los brazos y las manos. También causan hormigueos en las manos, dolores de cabeza, disminución de la movilidad del cuello, mareos y vértigo. A veces estos síntomas no aparecen hasta días, semanas o meses después del traumatismo, por lo que la detección precoz del posible daño producido y un apropiado tratamiento son esenciales para prevenir secuelas permanentes graves.
Un estudio publicado en la revista científica de traumatología Journal of Orthopaedic Medicine por los doctores G. Bannister y S. Kahn concluía que el tratamiento de osteopatía del esguince cervical obtiene mejores resultados que el convencional —al que consideran «decepcionante»—. Incluso observaron que, en los casos crónicos, el tratamiento de osteopatía fue el único que probó su efectividad. En cualquier caso, volveremos a tratar este tema cuando hablemos de los diferentes especialistas que se ocupan de los problemas cervicales.
Cómo afecta el dolor a los músculos
Varios estudios establecen que las personas que han sufrido un problema cervical mueven los músculos del cuello de manera diferente de quienes nunca han tenido dolor en esa zona. Es una reacción lógica, puesto que si una parte del cuerpo nos duele, intentaremos moverla lo menos posible para evitar que se reproduzcan las molestias.
Una buena musculatura es fundamental para ayudar a las articulaciones y protegerlas, por lo que la inmovilidad total de los músculos no es recomendable. Es mucho más interesante que el paciente se vaya conociendo a sí mismo y que sin forzar la musculatura, para evitar el dolor, mantenga el cuello erguido por sí mismo. Por esta misma razón, en las lesiones en las que se recomienda el uso de collarín, se dan pautas para que solo se lleve unas horas determinadas.
Por otro lado, como apuntó un estudio dirigido por el doctor Uhlig en el Journal of Orthopedic Research, el tipo de fibras que forman los músculos cambian significativamente cuando hay dolor. Así, en los pacientes analizados, tras sufrir dolor durante un año de forma frecuente, el estudio observó un cambio en los tejidos de su musculatura del 6 %. Dos años más tarde, si el dolor seguía siendo recurrente, se podía comprobar que el 44 % de las fibras se habían transformado. El estudio planteaba que esta puede ser la razón por la que hay una mayor fatiga muscular en los pacientes con dolor de cuello.
¿Se recupera la musculatura por sí sola?
Los estudios dan a entender que no. La mayoría de las heridas leves de los ligamentos, los tendones y los músculos del cuello dejan de doler en poco tiempo —unos días o un par de semanas—. Pero las personas que no realizan ningún tipo de ejercicio terapéutico no recuperan su función muscular simplemente con la desaparición de los síntomas. Aunque los masajes en la zona afectada pueden ser de gran ayuda para mejorar los problemas de dolor, para tener una buena recuperación de la función muscular la persona tendrá que contar con un entrenamiento específico de los músculos que se hayan visto afectados, lo que significa que solamente un profesional especializado podrá tratar y aconsejar los ejercicios adecuados.
Autoevaluación: ¿cómo averiguar la tipología de tu dolor cervical?
Aquí tienes una sencilla prueba que puede ayudarte a diferenciar el tipo de dolor cervical que tienes. Es conveniente que para hacer este movimiento estés sentado, con los pies separados y las manos a los costados. De esta manera, nos aseguramos de no caernos si nos mareamos al hacerlo.
Ha de quedar claro que esta prueba no debe suponer ningún esfuerzo. Si notamos más dolor del que ya tenemos, pararemos en seguida. Tampoco forzaremos el movimiento.
Una vez sentados y con la espalda y la cabeza rectas, moveremos lentamente la cabeza hacia atrás, como si quisiéramos mirar el techo.
Si al hacer este movimiento notas que el dolor empeora, seguramente se trata de un problema en las articulaciones, por lo que, al forzarlas, te avisan de que las dañas más. La visita al médico se vuelve obligatoria para que te especifique el origen concreto del problema y el tratamiento adecuado. Podría ser artrosis, que los músculos están débiles y la articulación sufre, o algún otro trastorno que el doctor te aclarará.
Si, por el contrario, al levantar la cabeza, notas un cierto alivio en el dolor cervical, es muy probable que este sea de origen muscular. Los músculos del cuello pueden sufrir una sobrecarga y ese simple gesto ayuda a relajarlos. Por eso sientes alivio. En ese caso, puede que unos cuantos ejercicios de relajación muscular basten para calmar el dolor. En cambio, si este perdura, no está causado por tensión en los músculos, y conviene ir al médico para que evalúe que no sea una contractura y necesites un tratamiento más específico.