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ОглавлениеPRÓLOGO
POR EL DR. DEEPAK CHOPRA
A primera vista, parece peculiar que la mente sea un problema, y todavía más peculiar que la mente sea un problema de la mente. Pero existe abundante evidencia del sufrimiento mental en la sociedad moderna (una estadística revela que desde 2010 se duplicó la cantidad de norteamericanos que se encuentran bajo un tratamiento prolongado con antidepresivos, y millones más realizan tratamientos prolongados para la ansiedad). Cualquier solución que sea capaz de poner un fin al sufrimiento mental será recibida con esperanza y alivio, o eso pensaríamos.
La mente es tan propensa a perderse en sí misma que las consecuencias de esta pérdida de orientación pueden conducir a una identidad confusa, conflictiva y oscura. Cuando Rumi pregunta “¿Quién soy yo en el centro de este tránsito de pensamientos?” habla por cada uno de nosotros en la sociedad moderna. Esta confusión absoluta de la mente es alarmante, y no vamos a encontrar una solución al sufrimiento al tirarnos de cabeza a la marea de pensamientos.
Este libro esclarecedor, amplio y elocuente sobre el yoga ofrece un enfoque optimista para terminar con el sufrimiento de la mente. No se dedica meramente a la cualidad sanadora del yoga. A lo largo de los capítulos, brinda abundante información sobre la filosofía subyacente del yoga, su universalidad, su potencial para ayudar a los hambrientos y los marginados que se encuentran atrapados por los peores sufrimientos (incluso en las poblaciones carcelarias). Pero la esencia del mensaje es la sanación a través de “una cosa sencilla”: la práctica regular y dedicada del yoga.
Recibir la sanación es difícil, y la sanación mental es la más ardua de todas. Rumi se enfrentó a una mente atestada de pensamientos aparentemente erráticos, y nuestro escenario mental de hoy en día, distraído por los video juegos, las redes sociales e Internet, hubiera sido impensable en la Persia medieval o la India antigua. Tanto Rumi como todas aquellas personas que han despertado saben que la gente pasará una vida entera en la negación, asustada de sus propios impulsos y deseos y –al mismo tiempo– condicionada por ellos, completamente convencida de que los aspectos oscuros de la psique deben ser reprimidos y encubiertos por la conformidad social.
Cuando William Blake caminaba por las calles de Londres del siglo dieciocho, las “marcas de la debilidad, las marcas del infortunio” que vislumbraba en la muchedumbre eran el resultado de “los grilletes forjados por la mente”, una frase inolvidable que ha perdurado en mi mente durante tres décadas. Cuando la mente es, al mismo tiempo, la cárcel y la prisionera, encontrar una solución para el sufrimiento parece enormemente dificultoso. Incluso motivar a las personas a intentarlo es abrumador.
Eddie Stern, con su amplia experiencia como profesor de yoga y orador, posee un gran conocimiento en relación con la motivación de sus alumnos actuales y de los potenciales. A un nivel personal, esta puede ser la parte más convincente del libro, al construir un puente entre la India de los rishis de antaño y el mundo moderno secular. En la actualidad, el yoga se encuentra en la cresta de su popularidad, pero las modas son pasajeras, y Stern sabe que a menos que exista algo más que una clase regular de yoga, a menos que se contemple una visión completa del potencial que alberga el yoga, existe un riesgo muy real de que el yoga sea un fenómeno transitorio.
La visión profunda es la del yoga como unión, lo que significa superar la concepción de un ser dividido. La separación es lo opuesto a la unión, y la separación en su máxima expresión es aquella que todos padecemos: la mente separada de su naturaleza esencial. Puedes abordar este asunto desde diferentes ángulos, y este libro consigue hacerlo hábilmente. Un riñón, el corazón o las células del pulmón ya se encuentran unificados en su estado natural. Las células no dudan de su propia existencia. Funcionan holísticamente y nos ofrecen un modelo para la vida, un fluir de energía e inteligencia. La conexión entre la mente y la biología forma una trama muy consistente en las enseñanzas de Stern sobre el yoga.
También podemos prestar atención a otros alarmantes signos de separación: las relaciones problemáticas, el desacuerdo social y todas las formas de comportamiento autodestructivo, que incluyen las adicciones y otros desórdenes del estilo de vida que son prevenibles y que las personas tienden a exacerbar, en vez de ayudarse a sí mismas a curar. Pero al final, es el conflicto del ser dividido en oposición a sus supuestas dualidades lo que el yoga enfrenta. La mente no se volvería una enemiga si el ser no se considerara dividido; nosotros no abandonaríamos el cuerpo como algo ignorado, anulado o avergonzado (excepto por aquellos dotados de cuerpos espléndidos y bellos; pero incluso estos deben enfrentar el paso del tiempo y el envejecimiento).
Uno de los principios más importantes del yoga es que el nivel de la solución no se encuentra al nivel del problema. Mientras nos mantengamos en el estado de separación del ser, seremos dominados por él. Solo hay tres actitudes que podemos tomar ante el sufrimiento de la mente: tolerarlo, solucionarlo o alejarnos. Desafortunadamente, las tres están destinadas al fracaso, y por la misma razón. La mente que intenta tolerar, solucionar o alejarse del sufrimiento es la misma mente que ha sido dividida por el estado de separación. Una mente fragmentada es como Humpty Dumpty, cuya caída es malinterpretada. Ni todos los hombres o caballos del rey pueden reparar un huevo que se ha roto, de esto no hay duda. Pero Humpty Dumpty no puede repararse a sí mismo, y esto es lo que representa el problema real.
El yoga resuelve este dilema al establecer ciertas verdades que se manifiestan a través de la práctica del yoga y la meditación. Ya hemos hablado de la primera, que señala que el nivel de la solución no está al nivel del problema. Aquí presento algunas otras verdades, tal como las entiendo:
El nivel de la solución es la consciencia, cuya naturaleza intrínseca es completa, íntegra e indivisible.
La consciencia, al ser la fuente de la creación, está siempre presente en su forma pura y completa.
Cuando la mente experimenta su origen en la consciencia pura, las soluciones brotan, no a través del esfuerzo por terminar con el sufrimiento, sino mediante el estado de integridad; sin necesidad de intervenciones, motivaciones o reflexiones externas.
El cuerpo, el cerebro, la mente y el universo son diferentes modalidades de la consciencia. Cada modo tiene capacidad de autorregulación, así también la totalidad. Una célula tiene la capacidad de mantenerse viva y prosperar en un estado de perfecto equilibrio. Lo mismo se repite en cada área de la naturaleza.
Cuando la autorregulación falla, la causa primordial es la pérdida de contacto con la consciencia. Al experimentar la consciencia pura, la autorregulación se recupera. El cuerpo, el cerebro, la mente y el universo regresan a su estado integrado.
Sé que practicar yoga para que el universo regrese a su estado natural suena descabellado, y esta afirmación es muy vasta para ser explorada en una página o dos. Pero cuando el yoga nos devuelve a nuestra fuente y nos permite experimentar ese estado iluminado, la única alternativa es que la realidad (como llamamos al universo) cambie junto con todo lo demás.
A pesar de su actual popularidad, el yoga en la India está enredado con particularidades aburridas, controversia filosófica, interminables discusiones acerca de los textos antiguos, profesores y sistemas que compiten entre sí, y así sucesivamente. Admiro profundamente a Eddie Stern por aportar claridad y compasión a este caos profano; el futuro depende de estas dos cualidades. En su totalidad, este libro es la manera más amable y accesible para abarcar el yoga en todo su potencial. En tanto que los humanos tengamos un potencial infinito –otra afirmación sobre la consciencia– el yoga despliega un campo de posibilidades que de otra manera permanecería inaccesible para el ser dividido. Stern nos ayuda a no olvidar nuestro potencial inexplorado, lo que puede ser la naturaleza central de su enseñanza y de su vida.