Читать книгу Días y noches de amor y de guerra - Eduardo Galeano - Страница 20

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Es la hora de los fantasmas: Yo los convoco, los persigo, los cazo

Los dibujo con tierra y sangre en el techo de la caverna. Me asomo a mí mismo con los ojos del primer hombre. Mientras dura la ceremonia, siento que en mi memoria cabe toda la historia del mundo, desde que aquel tipo frotó dos piedras para calentarse con el primer fueguito.

Días y noches de amor y de guerra

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