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Nota preliminar

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Elías Nandino nació en Cocula en 1900 y murió en Guadalajara en 1993; ambas ciudades del estado de Jalisco. Es conocido en el medio literario mexicano básicamente como poeta. La publicación del libro Elías Nandino: una vida no/velada (1986) de Enrique Aguilar, remozó la existencia del vate jalisciense en el medio literario mexicano, particularmente por las revelaciones que hace sobre su vida íntima, sin embargo este libro no contribuye a la recopilación de la obra «perdida» del autor, pues sus intenciones son otras: la escritura biográfica de un poeta y médico. La aparición de la autobiografía Juntando mis pasos (2000) complementa la faceta biográfica del escritor, quien también pone énfasis en su vida memoriosa, su oficio como médico, así como en la confesión de su intimidad afectiva y sexual. No existen datos en ninguno de estos dos libros que den cuenta suficiente del oficio de ensayista y crítico, salvo la referencia como editor de la revista Estaciones.

Los escritores del grupo Contemporáneos han sido altamente conocidos en el medio cultural mexicano, particularmente por la crítica y las instituciones, al grado de contribuir a su internacionalización a través de reediciones, exposiciones, homenajes y traducciones. Los nombres de autores como Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Jaime Torres Bodet y Gilberto Owen aparecen registrados en la historia cultural y educativa de México. Por su parte, la obra de Elías Nandino, quien para algunos críticos sí es parte del grupo, sigue en el olvido editorial esperando que se haga una edición crítica de su obra completa en donde se incluyan las páginas con las que colaboró en revistas cubanas, así como sus poemas publicados en periódicos y revistas nacionales y no recopilados hasta el momento en ningún libro. También hace falta rescatar las más de quince canciones que escribió y que compositores como Gabriel Ruiz y Blas Galindo musicalizaron con gran éxito. Debido a la desatención crítica y editorial, nuestro autor es un escritor marginal del siglo XX y un poeta casi olvidado. Quizás las nuevas generaciones de estudiosos emprendan una acuciosa búsqueda por las publicaciones periódicas de la Ciudad de México, Guadalajara e incluso La Habana, en donde Nandino publicó varios poemas casi desconocidos. Sirva como ejemplo el poema «Telepatía», de corte romántico, aparecido en El Universal Ilustrado, para reafirmar que la labor de rescate de la obra de don Elías Nandino Vallarta es necesaria:

Tu mirada se extiende

por el torso del aire

y se estremece

como la piel del agua.

En la antena de mi corazón

se anudan caricias

inalámbricas

y siente el magnetismo de tus ojos

arropando mi alma…

Mil roces infinitos

pasan por mi cuerpo

rodeado por una fuerza

silenciosa que se alarga;

la distancia entrelaza

sus manos transparentes

y en una estela clara

se pierden mis deseos…

¡Los delirios pasan!...

No sé quién eres

y sin conocerte, siento

—como los astros

se hunden en el río—

el hilo de tus besos

en una fuga pálida…

¡Me ahorca tu mirada!1

El presente material es un volumen de los textos en prosa de Elías Nandino que he rescatado. Se trata de cuatro intensos años de búsquedas en periódicos y revistas, principalmente. El hallazgo de un texto siempre lleva a otro y es así como se fue conformando este libro, dividido en siete apartados, según la naturaleza de los textos: ensayísticos, críticos, autobiográficos o de ficción que ahora piden su difusión para que la obra en prosa del poeta sea la muestra de que nunca estuvo ausente y ajeno a las voces de otros autores, ni a ciertas preocupaciones que marcaron su rumbo poético e ideas sobre la vida, la estética y la escritura creativa. Con esta recopilación se agrega a la biografía del autor una faceta no revelada hasta el momento. Si a los Contemporáneos se les elogia su prolífica producción ensayística y de crítica de arte, ahora el doctor Nandino aparece como un intelectual que trabaja en los mismos asuntos de manera paralela e independiente, pues a pesar de que nunca vivió de sus colaboraciones en periódicos y revistas, sí estuvo presente como lector e impulsor de otras voces, tanto clásicas como nuevas. Nandino nunca fue complaciente con sus comentarios que en más de una ocasión fueron agudos y críticos. Tal vez esta será otra de las razones por las que no se ha puesto interés en su producción ensayística, pues la crítica literaria con frecuencia lanza grandes loas a los libros de otros escritores —sobre todo cuando se trata de amigos—; don Elías mereció incluso algunas enemistades, como la de Jaime García Terrés, quien le retiró el saludo después de haber criticado las supuestas deficiencias de su libro Las provincias del aire.

La recopilación de estos materiales es posible gracias a la insistencia del escritor Gustavo Sainz, quien desde 2008 me instó a recopilar los materiales en prosa del doctor Nandino. En más de una ocasión le pedí que fuera él quien escribiera un prólogo a este rescate editorial, ya que me había permitido publicar en el libro colectivo Sobre tus ojos dormidos. Artículos críticos sobre la obra de Elías Nandino (Floricanto Press, 2011) su artículo «Del verso libre al verso extacto: la poesía de Elías Nandino». Aceptó inmediatamente, pero sin premura. Ni Sainz ni yo hablamos más del tema en las ocasiones que nos encontramos en la Ciudad de México ni en la comunicación por correo electrónico que tuvimos a lo largo de nuestros breves años de amistad. Ahora que ya no está, a él le dedico estas páginas.

Hago público mi agradecimiento a José Miguel Caravantes Ibarra, albacea de Elías Nandido quien, generoso, me permitió reproducir la obra que se publica en este tomo. Agradecimiento especial merece Jaime Hernández Moreno, director de la Casa de la Poesía Elías Nandino, en Cocula, Jalisco; Jaime trabaja arduamente para que en la niñez y juventud de Cocula florezca la palabra y el legado de Elías Nandino. Gracias a Daniel Montelongo Aguayo, integrante de la Asociación Ciclos Terrenales, por sus amables gestiones para que este libro viera la luz y el nombre del Dr. Nandino siga vivo. El respeto y afecto de ellos tres hacia el vate coculense ha hecho posible que por décadas, la obra del poeta jalisciente perdure entre su pueblo.

GERARDO BUSTAMANTE BERMÚDEZ

Elías Nandino. Prosa rescatada

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