Читать книгу Un día en la vida - Emmanuel S. Funes - Страница 47

DÍA 41 El entorno conversaba conmigo, abrigaba mi espalda con su calor, refrescaba mi cara con su brisa, y me daba consejos a través del pasto y la tierra a mis pies. Numerosas veces la naturaleza me ha entregado consuelo y parte de su energía para sanar; me escucha cada vez que siento duda y me acompaña en cada paso.

Оглавление

La pérdida de conexión espiritual nos vuelve menos humanos, más inertes. Transforma al ser en una máquina y lo aleja de su estado elemental de existencia junto al ecosistema y el equilibrio. Recuperar ese lazo perdido en el abismo es vital para que nosotros, como seres humanos, permanezcamos en esta tierra. La depredación alcanza niveles inimaginables, el desinterés hacia el otro se encuentra establecido casi en su totalidad en la población y no nos importa.

Cada uno escoge su camino, cada uno toma las decisiones de su propia vida y cada uno es responsable por lo que sucede; sin embargo, no podemos creer que avanzaremos si no es en conjunto. Debemos dejar de pensar que el equilibrio no es necesario. Somos parte de un todo y cada uno es parte importante en la ecuación.

Nada en el mar y siente su majestuosidad y extensión; acógete en la inmensidad de la montaña y siente su abrazo maternal; empápate de la serenidad del bosque, y llénate de energía y vigor a través del sol.

Aprovecha la naturaleza, cuídala, intenta comunicarse contigo.

Un día en la vida

Подняться наверх