Читать книгу Un día en la vida - Emmanuel S. Funes - Страница 52

DÍA 46 La lluvia me hace anhelar el sol, me tienta para querer salir a correr bajo ella y sentirla recorrer mi cara, mi cabello y mi cuerpo. Me hace sentir vivo. La lluvia es sinónimo del movimiento del mundo. Limpia el aire y moja la tierra, hidrata al árbol y llena los ríos.

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Es parte de la vida, de la existencia; en su presencia está el regalo que nos entrega la tierra al permitirnos habitarla.

La lluvia es sinónimo de vida.

Nos han enseñado que es mala, que te empapa y arruina tus ropas; nos han hecho creer que somos mejores y más necesarios que ella… ¡Falacias!

La lluvia nos entrega esperanza, en su caer trae providencia y buenas nuevas. La lluvia es sinónimo de vida. Cada gota trae consigo un proceso mayor detrás, cada una conserva en su interior la historia de uno de los procesos más antiguos en la historia y desarrollo de nuestro planeta. Esconde los mayores secretos de la tierra, conoce y ha visto nuestro pasar a lo largo de los años en que la hemos acompañado.

Es parte de la tierra y, por lo tanto, parte de nosotros.

Guarda tu sombrilla, quítate la chaqueta y siéntela recorrer tu rostro y el cuerpo. Empápate de la energía ancestral de la tierra y disfruta cada gota que generosa te entrega. Apréciala con cariño, al final, seguirá presente en este planeta y tú solo serás una parte más de la historia del mundo… y en su caer, la lluvia te guardará dentro de sí.

Un día en la vida

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