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Los efectos psicofísicos del Haka
ОглавлениеCon fines didácticos y a modo de ayuda memoria, enumeraré los beneficios psicofísicos que el haka como rutina psicológica precompetitiva provoca en sus protagonistas:
Un estado de concentración absoluta en sus actores.
Un estado de desconcentración en los rivales.
La subordinación de los objetivos individuales en el objetivo grupal de equipo (lo que hace a aumentar la probabilidad de conseguirlo).
Un efecto catártico (o de descarga) por medio del cual disminuyen la ansiedad y presión precompetitiva del grupo-equipo que, a la vez, es trasladada a sus oponentes.
Una resignificación de cuestiones relacionadas con su cultura, sentido de pertenencia y sistema de creencias que fortalecen la cohesión e identidad del grupo-equipo al ponerlas en evidencia en los instantes previos a la competencia (sobre este tema nos explayaremos en el próximo capítulo).
Una misma sintonía emocional en todos sus protagonistas para afrontar la disputa, producto de su ejecución realizada al unísono por medio de movimientos y un mismo ritmo respiratorio. Con respecto a esto último se dice que la palabra haka proviene de los términos hā, que significa aliento, y hā, que significa iluminar. La respiración era un símbolo integral de la vida y, por lo tanto, haka significa mejorar e iluminar la vitalidad interna de una persona.
Una plataforma de arranque previa que deriva en una ventaja psicofísica que a su vez hace de disparador de la motivación interna (relacionada con las ansias de superación y el deseo del grupo de volcar en la escena su identidad y luchar por lo que tanto ha entrenado) que funciona a modo de arenga previa.
La predisposición de sus protagonistas a experiencias de flow.
Por todo esto, no caben dudas de que el haka hace las veces de técnica psicológica activa para sus actores, quienes se ven beneficiados por todos los efectos aquí analizados. Estos últimos sobrepasan ampliamente la visión reduccionista que implica considerar esta ceremonia únicamente como una estrategia de amedrentamiento.
Aclaré con anterioridad que esto no significa que debamos realizar una ceremonia similar. Es evidente que no alcanzaría solo con ello (de hecho otros seleccionados como el de Tonga, Fiji o Samoa cuentan con sus propias ceremonias), ya que la clave se encuentra en los beneficios psicológicos que el haka ocasiona como rutina psicológica precompetitiva que hace de disparador de todo lo desarrollado en un amplio y meticuloso trabajo previo que abarca lo físico, técnico y táctico estratégico, al que se le suma la plusvalía del entrenamiento mental. Y de no existir este meticuloso trabajo previo no podría dispararse demasiado… La cuestión pasará por trabajar en un programa de entrenamiento mental que ocasione similares beneficios, y es sobre el armado de esto último hacia donde se deberían redireccionar los esfuerzos.
En Rugby mental explico que resulta fundamental comprender que la fortaleza mental puede trabajarse y desarrollarse, y que, así como cada músculo puede ser llevado al límite de sus capacidades, podemos lograr lo mismo con cada aspecto mental. La clave inicial se encuentra en la insistencia por adquirir el hábito de trabajar la mente. Así como podemos lograr el desarrollo muscular apropiado para cada deportista, según lo requiera cada deporte en particular, por medio de un programa de entrenamiento físico adecuado; también podemos lograr el desarrollo mental apropiado para cada deportista o equipo con un programa de entrenamiento psicológico adecuado.
El objetivo primario de la psicología deportiva es optimizar el rendimiento del resto de las variables (físicas, técnicas y tácticas estratégicas) para llevarlas al máximo de sus posibilidades, actuando como un facilitador o fluidificador de estas (como el aceite lubricante del motor que hace al perfecto trabajo de todas sus piezas). Por lo tanto, es una herramienta más que tienen a disposición entrenadores y deportistas, de la que no deberían darse el lujo de prescindir. ¿Cuántos beneficios se obtendrían en relación con la optimización de destrezas físicas, técnicas y tácticas estratégicas, si tan solo tomáramos en cuenta que no existe actividad motriz posible sin pensamiento? Es innegable que todo deporte tiene un aspecto fisiológico y otro psicológico y que existe una permanente interrelación entre el actuar y el pensar, motivo por el cual lo que afecta a uno afecta al otro y viceversa, y que para obtener un funcionamiento óptimo tanto en el deporte como en cualquier otra actividad, la mente y el cuerpo deben funcionar al unísono.
De todo lo dicho se infiere que confeccionar e implementar programas de entrenamiento mental en forma habitual tanto en el rugby como en otros deportes puede brindar un aporte indispensable en la optimización de toda disciplina deportiva, por lo tanto existen una serie de destrezas o habilidades mentales que es preciso entrenar si es que pretendemos lograr el éxito esperado, y entre ellas y por excelencia se encuentra la concentración.