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Palabras inaugurales

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Para la Flacso es importantísimo el tema de la reforma educativa. A nadie escapa que una de las áreas más importantes de desarrollo académico de la Facultad, es aquello que tiene que ver con la investigación educativa y, desde luego, con la política educativa como política pública, tanto desde el punto de vista de su investigación como desde su enseñanza. El Grupo de Políticas Educativas de la Flacso México ha sido el organizador de este evento, y a nombre de la Facultad les quiero agradecer su esfuerzo y dedicación para lograrlo.

Para Flacso es importantísimo que en el momento actual se pueda discutir aquí un tema crucial, controversial y tan determinante para la vida de México.

Desde que en 1996 el país gira hacia el pluralismo político, abandona el régimen del presidencialismo del partido hegemónico y se produce un escenario en el cual ya no es posible acceder al poder sin competencia electoral efectiva, surge el problema de cómo implementar políticas y decisiones que normalmente se tomaban de manera vertical.

Uno de mis maestros, Amartya Sen, dice que “la racionalidad perfecta es la racionalidad del dictador” porque no necesita preguntarle a ningún otro ser humano qué es lo que hay que hacer, simplemente lo dicta y se hace. Pero en la democracia la racionalidad es mucho más compleja porque involucra las cabezas de todos y a más mecanismos de decisión para llevar a cabo las políticas acordadas y fundamentales para una comunidad.

Durante mucho tiempo México estuvo atascado en la imposibilidad de conseguir consensos para emprender reformas de gran calado en materias como la que hoy nos reúne. Sin embargo, distintos factores han llevado a la convergencia de distintas voluntades políticas, principalmente la de las tres grandes fuerzas políticas de México, por lo que hoy estamos analizando una reforma que deriva de ese gran consenso que, desde mi punto de vista, no había sido posible en áreas esenciales para el país desde el consenso político para la reforma electoral de 1996.

En materia educativa, la reforma de los artículos 3o y 73 constitucionales responde a la necesidad, cito textualmente, “de lograr un México con educación de calidad para todos, hacer frente a los rezagos, fuente de riqueza, talento, capacidad y creatividad de la gente”. Se trata de un proceso que inició desde 2012 con las reformas constitucionales y, más tarde, continuó con las iniciativas y la promulgación de tres leyes secundarias el pasado 10 de septiembre, la Ley General de Educación, la Ley del Servicio Profesional de Carrera, y la Ley del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación. El cambio más importante que esta reforma implica es que el Estado ha sido convertido en responsable de garantizar la calidad de la educación obligatoria, tanto la básica como la media superior. Un compromiso que no existía anteriormente.

El segundo elemento de gran importancia es la creación de un sistema nacional de evaluación en el que destaca el establecimiento de la autonomía del Instituto Nacional de Evaluación Educativa y la evaluación como herramienta de la política para alcanzar la calidad. Y, tercero, que el Estado se hace cargo de regular el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia de docentes y directivos mediante la Ley General del Servicio Profesional Docente. Desde luego, hay más aspectos involucrados en estas reformas constitucionales y legales, aspectos que serán abordados por ustedes y la opinión pública y política, publicada y no publicada, para perfilar en el futuro los cambios y los ajustes que estas políticas habrán de requerir.

No hay ningún consenso perfecto, no hay dictadura, no hay racionalidad perfecta. La racionalidad de la democracia es conseguir consensos mediante la negociación para decidir cómo nos damos formas voluntarias de gobierno. Eso es lo esencial en una democracia, cómo nos gobernamos. Y la cuestión educativa es fundamental. Se trata del futuro de nuestra gente y de nuestra futura gente, es decir, se trata de lo más importante que tiene un país: su capital humano.

México tiene grandes recursos y uno es su gente, un recurso que durante décadas ha sido desperdiciado desde el punto de vista de sus capacidades formativas y técnicas, de sus destrezas, de sus capacidades de realización efectiva. Por eso creo yo, y con esto concluyo, que una reforma de esta envergadura junta dos procesos íntimamente relacionados que no son ajenos al tema democrático. ¿Por qué? Porque el efecto de una reforma educativa encaminada correctamente es conseguir que la gente sea más libre. No más libre de hacer lo que le plazca sino más libre de realizar su vida personal en objetivos personales. Eso no lo teníamos, hoy lo empezamos a construir y creo que esta construcción inacabada habrá de continuar gracias a esfuerzos como los que ustedes realizan mediante este diálogo académico.

Dr. Francisco Valdés Ugalde

Director General Flacso México

Reforma educativa ¿Qué estamos transformando?

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