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EL ASPECTO EN LA PROGRESIÓN NARRATIVA

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Atendiendo a la composicionalidad de las cláusulas que conforman una progresión narrativa, es posible distinguir ahora algunos de los modos de manifestación de las secuencias de acontecimientos en los relatos. Una distinción de carácter aspectual permitirá reconocer dos tipos fundamentales de secuencialidad e indicar algunas vías para su análisis. Para ello partiré de un esquema elemental de progresión narrativa.

La fórmula más esquemática para representar las cadenas de acontecimientos es la siguiente:


Con ella se indica que un acontecimiento A puede tener como antecedente un acontecimiento anterior A-1 y como consecuente un acontecimiento posterior A+1. El hecho de que se encuentren entre paréntesis indica que estos antecedentes y consecuentes son opcionales y la flecha no representa un orden temporal sino lógico, del tipo antecedente necesario (A-1) de una consecuencia (A). La fórmula general indica lo que podría constituir una molécula o un eslabón elemental en una cadena de acontecimientos constitutivos de una progresión narrativa.

La fórmula original genera dos tipos básicos de secuencialidad narrativa: la secuencialidad abierta y la secuencialidad cerrada, que se distinguen de acuerdo a si existe un número de acontecimientos finito o potencialmente infinito (distinción análoga a la de Dahl [1981: 84] entre procesos con puntos potencialmente terminales y procesos con puntos actualmente terminales):

a. ]... A ...[

b. [... A ...]

El encadenamiento de procesos autónomos es típica del discurso historiográfico que S. Fleischman llama “una mera crónica” mientras que el encadenamiento de procesos dependientes es más típica del discurso llamado “historia” (cf. Danto).

Un ejemplo de crónica en lengua náhuatl:

(8) A:catl, 4 tecpatl, nica:n tla:lo:li:n cencâ tòtocac moch tzàtzayan in tla:lli. Icuac no quimpe:uhquê Na:huallantlacâ. 5 calli nica:n poliuhquê Xo:chitlantla:câ, i:hua:n Amoxtlantla:câ. 6 to:chtli, nica:n poliuhquê Chi:llantla:câ. 7 a:catl i:pan quipe: uhquê Te:qua:ntepectla:câ. 8 tecpatl nica:n huetzico in A: cue: cuexatl nica:n pachiuh Me:xìco.

[Caña, 4 pedernal, aquí tembló la tierra, mucho hizo estragos, toda la tierra se rompió.

Fue también cuando vencieron a los de Nahuallan. 5 casa, aquí perdieron la gente de Xochitlan y la de Amoxtlan. 6 conejo, aquí perdieron los de Chillan. 7 caña, en él vencieron a los de Tehuantepec. 8 pedernal, aquí vino a caer Acuecuexatl, aquí se asentó/gobernó Mexico.]

Un ejemplo de historia:

(9) Auh in o:mpa hua:llàquê in Mexìcâ in i:to:ca:yòca:n Aztla:n ca a:nepantlâ, in o:mpa hua:le:huaquê ca chico: ncal po:ltin. In Aztla:n hue:huemexìcâ in a:xca:n quito:ca:yòtiâ yancui:c Mexìco. In o:mpa tlàtoa:ni catca i:to:ca Mote:uczo:ma: inin tlàtoa: ni oncatcâ o:mentin i:pilhua: Auh in ìcua:c ye miquiz niman ye ic quintlàtòca:tla:li:ti:uh in o:mote:ne:uhquê i: pilhua:n, in te:tia:chca:uh àmo huel momati in i:to:ca: yèhua:tl i:ntlàtòcauh yez in Cuexte:câ; auh in te:te:icca:uh in Mexìcatl zan mìtoa Mexî i:to:ca: Cha:lchiuhtlato:nac yèhua:tl ye quimmaca in Mexìtin i:ntlàtòca yez in o:mote:ne:uh in Cha:lchiuhtlato:nac.

[Desde allá vinieron los mexicanos, del lugar cuyo nombre era Aztlan, que está en medio del agua. Allá salieron (se levantaron) siete calpullis, del Aztlan de los antiguos mexicanos, ahora se le llama Nuevo México. El tlatoani de allá su nombre fue Moctezuma. Este tlatoani tenía dos hijos, y cuando ya iba a morir, luego he aquí que ya los pone como señores a los nombrados hijos suyos: el hermano mayor, no se sabe bien su nombre, será señor de los cuextecas, y el hermano menor, el mexicano, sólo se dice Mexi, de nombre Chalchiutlatonac, a él ya les da a los mexicanos, su señor será el que mencionado Chalchiutlatonac].

Con respecto a estos ejemplos, cabe señalar, en primer lugar, que en una secuencialidad abierta, los acontecimientos constitutivos son autónomos mientras que en el cerrado son dependientes. Dependencia y autonomía debe ser entendidas de la siguiente manera. Considérense los siguientes ejemplos tomados de Langacker:

(10) a. frasco

b. tapa (del frasco)

c. cercano

d. tío

Excepto para el primero (a), el significado de cada uno de los lexemas supone la existencia de dos términos relacionados: relación entre una tapa y aquello que tapa (b); entre dos entidades en relación de proximidad (c); entre dos individuos unidos por una relación de parentesco (d). De igual manera, léxicamente, los verbos con los que se expresan los acontecimientos históricos pueden manifestar la existencia de dos términos relacionados: así por ejemplo, salir, tardar y llegar son verbos que expresan procesos dependientes de un proceso más vasto como es un desplazamiento, mientras que comer es un verbo que expresa un proceso autónomo (su existencia no depende de ningún otro proceso).

Ambos tipos de discurso también contrastan por la forma en que se da el encadenamiento: cuando los procesos son autónomos la forma es composicional y la suma de los procesos constitutivos equivale a la unidad que ellos constituyen; mientras que, cuando los procesos son dependientes, la forma es parcialmente composicional y el proceso resultante siempre será más que la suma de las partes. En términos de Langacker (1987: capítulo 12): la forma composicional es un colapso entre el proceso resultante y la suma de las partes; mientras que en la forma parcialmente composicional no hay tal colapso. La composicionalidad parcial constituye una limitante para la capacidad de predecir el significado global de una secuencia narrativa o de todo un relato a partir de los procesos que lo constituyen. Esta limitación de alguna manera se ve acompañada por un efecto de clausura: el todo que constituyen es un todo cerrado, finito, delimitado; mientras que el todo formado por procesos autónomos es un todo abierto, potencialmente infinito. De ahí que una historia posea claramente una estructura narrativa mientras que las crónicas no la poseen (por lo menos no poseen una del mismo tipo).

La distinción entre secuencialidades abiertas y cerradas permite el reconocimiento de unidades narrativas discretas y no-discretas. A partir de estas unidades es posible reconocer los tipos de sucesos (event types) reconocidos, entre otros, por Z. Vendler, A. Kenny y Mourelatos y que aquí se consideran como efectos de sentido producidos por el discurso y no por el léxico o por la frase.

Tres contrastes semánticos permiten el análisis aspectual de la progresión narrativa, análisis efectuable a partir de la noción de tipos de sucesos: estados, actividades, ejecuciones y logros (states, activities, accomplishments, achievements):

a. transformación: la existencia o no de un cambio en el estado de cosas;

b. intensidad/extensidad: el carácter gradual o abrupto de dicha transformación;

c. discreción: la existencia de fronteras externas (demarcación).

Como primera parte de un análisis, estos tres contrastes permiten el reconocimiento del tipo de eventos y, una vez identificado, da pie a la segunda parte que consiste en examinar los procesos de resemantización a que dan lugar las interacciones entre los distintos eventos al interior de un relato. El examen de la resemantización como producto de la interacción se efectúa a nivel de los contrastes involucrados y mediante un análisis composicional (vs. presuposicional). Una combinatoria de estos contrastes permite obtener los distintos tipos de sucesos:


Las imposibilidades son el resultado de incompatibilidades a nivel de los rasgos semánticos:

* II transformación vs. no discreción

* VI intensidad vs. no discreción

* VII intensidad vs. no transformación

En cuanto al tipo VIII, marcado con signo de interrogación: pudiera corresponder al semelfactivo (toser, brincar) reconocido por C. Smith (1991: 55-58) en su modelo y caracterizado por ser atélico, es decir, análogo a las actividades, las cuales no implican una transformación. Dicho postulado me parece cuestionable, por lo que no lo incluyo en la presente clasificación.

Parece claro que si se quiere establecer una relación de analogía entre los tipos de sucesos y la estructura de los relatos, las llamadas ejecuciones son el candidato viable para establecer esta relación: así como una ejecución tiene sus fronteras delimitadas, en ella se opera un cambio del estado de cosas y esa transformación se realiza en extenso. El relato posee como rasgos definitorios el ser extenso, discreto y el contener una transformación, características que derivo del análisis de mitos de Lévi-Strauss, de la morfología del cuento ruso de V. Propp y del esquema canónico de la narratividad de A.J. Greimas. Lo anterior no quiere decir que los demás tipos de suceso no aparezcan en los relatos, sino que ellos se integran como partes constitutivas en una forma básica análoga a las ejecuciones: dicho de otro modo, los relatos poseen una estructura interna, lo que permite reconocer la presencia de un cuarto contraste, la homogeneidad o heterogeneidad constitutiva del suceso (segmentación), que también es propia de las ejecuciones. Al ser heterogéneas, las ejecuciones poseen una estructura interna que permite la presencia, en su interior, de los otros tipos de sucesos. Dentro del relato, esta característica es puesta en relieve mediante el procedimiento de segmentación, con el cual se reconocen las secuencias, que son las unidades narrativas. Por otra parte, como algunos autores han señalado (Dahl, 1981), las ejecuciones pueden ser tanto perfectivas como imperfectivas, con lo cual podemos establecer una segunda distinción básica: la que se establece entre relatos imperfectivos y perfectivos.

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