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Tiempo: De la lengua al discurso

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Quid est ergo tempus? Si nemo ex me quaerat, scio; si quaerenti explicare uelim, nescio.

San Agustín, Confessiones 14:17

Benveniste señala que una cosa es situar un acontecimiento en el tiempo crónico, otra cosa es insertarlo en el tiempo de la lengua. Para él, el tiempo lingüístico es irreductible ya sea con relación al tiempo cronológico o al tiempo físico. Y así, el lingüista francés considera que hay un tiempo específico de la lengua (1974: 73).

¿Qué distingue el tiempo lingüístico de las demás nociones de tiempo? “Lo singular en el tiempo lingüístico es que está orgánicamente vinculado al ejercicio del habla, y que se define y se ordena como función del discurso. Ese tiempo tiene su centro —un centro, al mismo tiempo generador y axial— en el presente de la instancia del habla” (Benveniste, 1974: 73). El discurso instaura un ahora, que es el momento de la enunciación. En contraposición al ahora, se crea un entonces. Y ese ahora es el fundamento de las oposiciones temporales de la lengua.

El tiempo presente indica la contemporaneidad entre el evento narrado y el momento de la narración. Pero, como lo observa Benveniste, ese presente, en tanto que función del discurso, no puede localizarse en ninguna división particular del tiempo crónico, ya que él las admite todas y, al mismo tiempo, no requiere ninguna. Efectivamente, el ahora se reinventa cada vez que el enunciador enuncia, cada acto de habla es un tiempo nuevo, que todavía no se ha vivido (1974: 74).

Si el acto de lenguaje genera el ahora, se desplaza a lo largo del hilo del discurso y sigue siendo siempre ahora. Se convierte, así, en un eje que ordena la categoría topológica concomitancia vs. no concomitancia. El último término, a su vez, se articula en anterioridad vs. posterioridad (Greimas y Courtés, l979: 216). Así, todos los tiempos están intrínsecamente relacionados con la enunciación. El eje ordenador del tiempo es siempre el momento de la enunciación. Como lo advierte Benveniste, ésa parece ser la experiencia fundamental del tiempo que todas las lenguas reflejan a su manera. Ella da forma a los sistemas lingüísticos particulares y notablemente a su organización formal (1974: 75).

Como el ahora es un tiempo en que un yo toma la palabra, la organización lingüística del tiempo, como la de las demás categorías de la enunciación, es, para recobrar una expresión de Bühler (Cf. Parret, 1988: 146), egocéntrica. Pero conviene recordar que el enunciatario acepta como suya la temporalidad del enunciador. El ahora del enunciador es el ahora del enunciatario. La condición de inteligibilidad del habla supone que el enunciatario identifica la temporalidad del enunciador —aunque le sea literalmente extraña e inaccesible— con la temporalidad que transmite mediante su propia habla cuando él, a su vez, se convierte en enunciador. Por eso el tiempo del discurso no se reporta a las divisiones del tiempo crónico y tampoco se cierra en una subjetividad solipsista. La interacción lingüística, que presupone un cambio intersubjetivo, transforma el tiempo lingüístico unipersonal en omnipersonal (Benveniste, 1974: 76-77).

El tiempo lingüístico comporta sus propias divisiones, en su propio orden, independiente del tiempo crónico. Sin embargo, ocurren dos problemas. El primero aparece cuando la recepción no es simultánea a la producción (por ejemplo, una carta). En este caso, un adverbio como hoy deja de ser signo del presente lingüístico en sentido estricto, porque el lector no puede precisar con exactitud cuándo fue pronunciado: no importa qué día del calendario se diga, se podrá aplicar a cualquier día, indistintamente. Así, el medio para que sean inteligibles los marcadores del tiempo lingüístico es el anclaje a una división del tiempo crónico, por ejemplo, la fecha. Lo mismo ocurre con la persona y el espacio, o sea que sólo quienes interactúan lingüísticamente pueden identificar las categorías de la enunciación. De otra forma, deberán anclarse en un punto determinado de un conjunto de coordenadas actanciales o espacio-temporales para que sean inteligibles. En el caso del tiempo, el anclaje se hace en la unión entre tiempo lingüístico y tiempo crónico (Benveniste, 1974: 77). Por otra parte, la temporalidad lingüística está muy bien demarcada en sus tres articulaciones y muy limitada en cada una de ellas. Tomemos el ejemplo del hoy. El tiempo lingüístico centrado en el hoy sólo se puede desplazar hacia atrás y hacia adelante en dos distancias-día: ayer y anteayer y mañana y pasado mañana. Una tercera gradación —trasanteayer o traspasado mañana — es excepcional; ni siquiera la segunda distancia tiene expresión lexical independiente, está constituida de ayer y mañana llevados a un grado más lejano. Quedan ayer y mañana, definidos desde el hoy, como términos originales para marcar las distancias temporales a partir del presente lingüístico. Cuando, por razones pragmáticas, el enunciador debe impulsar la temporalidad más allá de los límites enunciados por ayer y mañana, el discurso sale de su plano propio y utiliza la gradación del tiempo crónico, con la enumeración de las unidades: hace diez días, en dos semanas (Benveniste, 1974: 77-78).

La temporalidad lingüística concierne a las relaciones de sucesión entre estados y transformaciones representados en el texto. Ordena su progresión, muestra cuáles son anteriores y cuáles son posteriores. Ello supone que hay un sistema temporal lingüístico ordenado con relación a marcos temporales instalados en el texto, y también un sistema temporal organizado en función del presente implícito de la enunciación. En ambos casos, los sistemas temporales sirven para organizar la sucesión de estados y transformaciones presentes en el discurso. Benveniste (1976: 261-262) notó la presencia de dos sistemas temporales en la lengua. Los llamó sistema del discurso y sistema de la historia. En efecto, dependiendo del marco temporal al que se refiere, una relación de anterioridad se puede expresar en portugués con el pretérito perfeito (en lo sucesivo, pretérito indefinido), con el préterito mais que perfeito (en lo sucesivo, pretérito pluscuamperfecto) o con el futuro anterior (en lo sucesivo, futuro perfecto).

Se establecieron dos puntos para marcar la singularidad del tiempo lingüístico:

a. su eje ordenador y generador es el momento de la enunciación;

b. está relacionado a la ordenación de los estados y transformaciones narrados en el texto.

Profundicemos un poco más esta cuestión. Existen en la lengua dos sistemas temporales: uno directamente relacionado al momento de la enunciación y otro ordenado en función de momentos de referencia instalados en el enunciado. Así, tenemos un sistema enunciativo en el primer caso y otro, enuncivo, en el segundo. Pero ocurre que el momento de referencia está relacionado al momento de la enunciación, ya que éste es el eje fundamental de ordenación temporal en la lengua. Por eso, al momento de la enunciación aplicamos la categoría topológica concomitancia vs. no concomitancia (anterioridad vs. posterioridad) y obtenemos tres momentos de referencia: concomitante, anterior y posterior al momento de la enunciación.


Si el momento de referencia es concomitante al momento de enunciación, utilizamos el sistema enunciativo, ya que todo estará referido al momento de la enunciación. Vale recordar que ese momento de referencia sólo se explicita en casos excepcionales (como ya lo señalamos, esto sucede cuando la recepción no es simultánea a la producción, como por ejemplo, en una carta).

Si el momento de referencia es anterior o posterior al momento de la enunciación siempre deberá quedar explicitado. Por lo tanto, son dos momentos de referencia los que quedan explícitos: uno pretérito y otro futuro, que ordenan dos subsistemas temporales enuncivos1.

El momento de los acontecimientos (estados y transformaciones) se ordena con relación a los diferentes momentos de referencia. Esa ordenación se hace aplicando la categoría topológica concomitancia vs. no concomitancia (anterioridad vs. posterioridad) a los diferentes momentos de referencia. O sea que son tres los momentos estructuralmente relevantes en la constitución del sistema temporal: momento de la enunciación (ME), momento de la referencia (MR) y momento del acontecimiento (MA).

Así pues, en la lengua tenemos un sistema temporal enunciativo, cuando el momento de referencia es concomitante al momento de la enunciación, y un sistema enuncivo, que contiene dos subsistemas: uno comandado por un momento de referencia pretérito y otro, por un momento de referencia futuro. Por ello, si no tenemos en cuenta la morfología de la lengua, sino las relaciones constitutivas de la categoría del tiempo, tendremos nueve tiempos en el sistema:

a. sistema enunciativo (momento de referencia concomitante al momento de enunciación): concomitancia al momento de referencia (presente); anterior a él (pretérito indefinido 1); posterior a él futuro do presente (en adelante, futuro imperfecto).


b. subsistema enuncivo del pretérito (momento de referencia anterior al momento de enunciación): concomitancia acabada con relación al momento de referencia (pretérito indefinido 2); concomitancia no acabada con relación al momento de referencia pretérito imperfeito (en adelante, pretérito imperfecto); anterioridad a él (pretérito pluscuamperfecto); osterioridad imperfectiva a él (condicional simple); posterioridad perfectiva a él (condicional compuesto).


c. subsistema enuncivo del futuro (momento de referencia posterior al momento de enunciación): concomitancia al momento de referencia (presente del futuro); anterioridad a él (futuro perfecto); posterior a él (futuro del futuro).


Como este cuadro de tiempos verbales no se basa en la morfología, sino en relaciones semánticas, puede parecer algo raro. Por eso se requieren algunas observaciones acerca de él:

1) El presente marca una coincidencia entre el momento del acontecimiento y el momento de referencia presente. En el presente debe ocurrir una triple coincidencia: MA = MR = ME2. Sin embargo hay que precisar en qué consiste dicha coincidencia, ya que es difícil delimitar el momento de la enunciación, porque se escapa sin cesar. En realidad, el presente es una abstracción del espíritu, como lo señala Guillaume, porque se reorganiza con instantes que acaban de pasar y con instantes que todavía van a pasar (1968: 51). Por eso, la porción de tiempo del momento de referencia relacionada al momento de la enunciación puede variar en extensión. Así, la coincidencia antes mencionada no debe entenderse tan sólo como identidad de duración entre dos momentos, sino también como no identidad entre ellos, desde que el momento de referencia, que tiene una duración mayor que el momento de la enunciación, sea en algún punto simultáneo a este último. Podríamos decir que lo que marca la coincidencia, en este caso, es que el momento de referencia engloba el momento de la enunciación. Pero siempre hay una coincidencia entre momento del acontecimiento y momento de referencia.

Se pueden consignar tres relaciones entre momento de referencia y momento de enunciación:

Presente puntual: cuando existe coincidencia entre MR y ME3. Um pássaro de plumagem azul risca o quadro num rápido vôo diagonal e fere como um dardo a fronde da acácia (VGP, 180). [Un pájaro de plumas azules raya el cuadro en rápido vuelo diagonal y hiere como un dardo la fronda de la acacia]4.

Los verbos en cursiva indican acontecimientos que ocurren en el momento de referencia presente, un ahora, que tiene lugar a las 6 horas del día 8 de junio. Como el momento de referencia es un punto preciso, hay coincidencia entre él y el momento de la enunciación.

Presente durativo: cuando el momento de referencia es más largo que el momento de enunciación5. La duración es variable, puede ser corta o muy larga. Asimismo, puede ser continua o discontinua. Si es discontinua, tenemos el presente iterativo; si es continua, tenemos el llamado presente de continuidad.

Neste milênio, a humanidade progride muito materialmente.[En este milenio la humanidad progresa mucho en lo material].

El momento de referencia es un milenio y el tiempo del acontecimiento, progresa, coincide con él.

Aos sábados e aos domingos estudantes e professores organizam uma soirée literária e musical. E no jardim espanhol lêem sob as estrelas Racine e Molière (VGP, 205). [Los sábados y los domingos estudiantes y profesores organizan una soirée literaria y musical. Y en el jardín español leen a Racine y a Molière bajo las estrellas].

El momento de referencia (sábados y domingos) se repite. Por consiguiente, lo mismo pasa con el momento del acontecimiento (organizar y leer). Hay, por lo tanto, una coincidencia entre ellos. Sin embargo, el momento de la enunciación no se reitera. Es único, y sólo coincide en determinado punto con el momento de referencia: en el presente de la enunciación ocurre la reiteración enunciada. Tenemos aquí el presente iterativo.

Seguindo um hábito americano, neste campus estudantes e professores começam a confraternizar desde o primeiro dia (VGP, 205). [Siguiendo una costumbre americana, en este campus estudiantes y profesores empiezan a confraternizar desde el primer día].

Aquí, el momento de referencia empieza en un momento dado del tiempo (primer día) y se prolonga hasta el momento de la enunciación. El tiempo del acontecimiento (empiezan a confraternizar) coincide con la continuidad del momento de referencia. Este último coincide, en el momento actual, con el momento de la enunciación. En este caso tenemos un presente de continuidad.

Presente omnitemporal o gnómico: cuando el momento de referencia es ilimitado y por lo tanto, también lo es el momento del acontecimiento. Es el presente utilizado para enunciar verdades eternas o que pretenden serlo. Por eso es la forma verbal más utilizada por la ciencia, la religión, la sabiduría popular (máximas y proverbios).

O quadrado da hipotenusa é igual à soma do quadrado dos catetos. [El cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma del cuadrado de los catetos].

El momento de referencia es un siempre implícito. Como el momento del estado (es) coincide con él, el presente omnitemporal indica que el cuadrado de la hipotenusa es siempre igual a la suma del cuadrado de los catetos.

Estas diferencias de duración permiten crear oposiciones entre los presentes. Por ejemplo:

Itamar é um homem impulsivo, agora está mais contido. [Itamar es un hombre impulsivo, ahora está más comedido].

O Edmundo joga bem, hoje está jogando mal. [Edmundo juega bien, hoy está jugando mal].

La oposición ser/estar manifiesta una dicotomía entre estados no limitados en el tiempo y estados temporalmente limitados.

En portugués de Brasil por lo general se usa, sobre todo en el lenguaje oral, el presente progresivo (presente indicativo del verbo auxiliar estar + gerundio) para expresar el presente actual.

É o que estou dizendo. [Es lo que estoy diciendo].

Así, una de las formas de oponer el presente actual al presente genérico (de duración u omnitemporal) es valerse del contraste entre las formas del presente simple y del presente progresivo.

Ele não briga, mas agora está brigando. [El no se pelea, pero ahora se está peleando].

2) El pretérito indefinido 1 señala una relación de anterioridad entre el momento del acontecimiento y el momento de referencia presente.

20 de junho (...) Sou muito sensível às relações humanas, e habituei-me a ver pelo menos três vezes por semana estes jovens que aqui tenho diante de mim. Com muitos deles andei a caminhar pelo campus ou almocei nesses cafés boêmios dos arredores da Universidade. Muitas dessas moças foram ao meu escritório e me levaram seus “casos”, alguns dos quais o romancista escutou com delícia e o homem com embaraço (VGP, 197). [20 de junio (...) Soy muy sensible a las relaciones humanas, y me acostumbré a ver por lo menos tres veces a la semana a estos jóvenes que tengo aquí delante de mí. Con muchos de ellos salí a caminar por el campus o almorcé en esos cafés bohemios en los alrededores de la Universidad. Muchas de esas chicas fueron a mi oficina y me contaron sus “líos”, algunos de los cuales el novelista escuchó encantado y el hombre con turbación].

El momento de referencia presente es un ahora que ocurre el 20 de junio. Con relación a él, el momento de los acontecimientos (habituarse, salir a caminar, almorzar, ir, contar, escuchar) es anterior.

Hay que registrar una diferencia existente entre el portugués y otras lenguas romances, por ejemplo, el francés, el italiano y el rumano, por lo que concierne al uso del pretérito perfeito (pretérito indefinido). Benveniste ya había mostrado (1974, 238-245) que en francés, la diferencia central entre el passé composé y el passé simple es que éste es un tiempo de la historia, y aquél es un tiempo del discurso. El passé composé indica una anterioridad con relación al presente; el simple, una concomitancia con relación a un momento de referencia pretérito. En rumano, en la literatura, el pasado simple y el pasado compuesto tienen los mismos valores antes explicados (Gramatica Acadmiei, 1963, I, 239; Avram, 1986, 177). En italiano, a pesar de que dichos tiempos se llaman passato remoto y passato prossimo, terminología inadecuada, ya que se dice due anni fa andammo in Scozia y Dio ha creato il mondo (Hace dos años anduvimos por Escocia y Dios ha creado el mundo) (Serianni, 1989: 471-473), el uso es idéntico al del francés y del rumano. Ahora bien, en portugués el pretérito perfeito simples (pretérito indefinido) conserva toda su vitalidad, porque el pretérito perfeito composto (pretérito perfecto) no tiene propiamente una función temporal, sino aspectual. En efecto, si se dice João tem lido até tarde neste mês6, tem lido (viene leyendo o lee) ubica el inicio del acontecimiento en un momento anterior al momento de referencia presente y al mismo tiempo, indica su continuidad en el momento presente. De esa forma, tiene un valor aspectual durativo (continuativo o iterativo) e inacabado. Por eso, el pretérito indefinido acumula en portugués dos funciones: anterioridad con relación a un momento de referencia presente y concomitancia con relación a un momento de referencia pretérito. Por consiguiente, desde el punto de vista funcional tenemos dos pretéritos indefinidos: el 1, que es un tiempo del sistema enunciativo y el 2, que pertenece al sistema enuncivo. El pasado compuesto sólo conserva su valor de anterioridad en casos muy estrictos, para expresar un hecho que acaba de suceder. Por ejemplo, un orador termina su discurso diciendo Tenho dito (He dicho). En portugués arcaico, los pretéritos indefinido y perfecto tenían valores similares a los de otras lenguas romances.

3) El futuro imperfecto indica posterioridad del momento del acontecimiento con relación a un momento de referencia presente.

Pergunto-lhes agora que pretendem fazer no segundo semestre de 1944. Alguns permanecerão na Universidade para terminar o curso (VGP, 198). [Ahora les pregunto qué pretenden hacer en el segundo semestre de 1944. Algunos permanecerán en la Universidad para terminar el curso].

El momento de referencia ahora es el 20 de junio de 1944. Con relación a él, permanecerán indica posterioridad del momento del acontecimiento.

Se suele decir que existe una oposición pasado/futuro, que permite evocar el futuro a la luz del pasado.

Ela foi muito gentil comigo, serei eternamente grato a ela. [Ella fue muy amable conmigo, le estaré eternamente agradecido].

En este caso, en realidad, no hay una oposición pasado/futuro, sino una oposición presente/futuro. En efecto, el enunciado en pasado implica una enunciación presente del tipo afirmo que ella fue muy amable conmigo. Esa presupuesta enunciación constituye el momento de referencia y es con relación a él que se utiliza el futuro imperfecto.

Este valor temporal del futuro, a menos que la proposición exprese una verdad atemporal, determina que él no puede expresar una modalidad factual, pues su valor de verdad no se puede establecer en el momento de la enunciación. Por consiguiente, la única posibilidad de hacer asertivas en futuro depende de la evaluación que haga el enunciador acerca de la necesidad, la probabilidad, la posibilidad o imposibilidad de que ocurra determinado estado de cosas. El futuro, en portugués, indica el efecto de una causa de cuya verificación depende su ocurrencia.

Se a inflação não for debelada, haverá uma explosão social. [Si no se controla la inflación, habrá una explosión social].

Señala que la oración en que ocurre, es el contenido proposicional de un acto ilocutorio realizado.

Juro que este crime não ficará impune. [Juro que este crimen no quedará impune].

Muestra como contingente el estado de cosas descrito.

Com esse trânsito, chegaremos atrasados. [Con tanto tráfico, llegaremos atrasados].

El futuro indica también que se considera necesaria, imposible o altamente probable la ocurrencia de un acontecimiento dado en un momento posterior al presente, aunque en estos casos el portugués prefiera el presente del indicativo. La no factualidad de los acontecimientos que se expresan en futuro le imprime siempre un valor modal acoplado al valor temporal (Mateus y otros, 1983: 118-123).

Se dice normalmente que el futuro puede ocupar el lugar del imperativo al expresar órdenes. En el decálogo, por ejemplo, tenemos: No matarás. Ese valor deriva del alcance temporal del futuro, no de su alcance modal. Como la orden incide sobre acontecimientos posteriores con relación al momento presente, el futuro puede reemplazar al imperativo.

4) La concomitancia del momento del acontecimiento con relación a un momento de referencia pretérito se puede expresar tanto con el pretérito indefinido 2 como con el pretérito imperfecto. O sea que hace falta establecer otro eje para distinguir el valor de estos dos tiempos verbales. La diferencia entre ellos radica en que cada uno tiene un valor aspectual distinto: el pretérito indefinido 2 señala un aspecto limitado y, por ende, acabado, dinámico; mientras que el pretérito imperfecto expresa un aspecto no limitado y por lo tanto, inacabado, estático. Por eso Bakhtin acepta la tesis de Lorck sobre estos dos tiempos, y añade que con el indefinido, “nuestra mirada se orienta hacia el exterior, hacia el mundo de los objetos y contenidos que el pensamiento ya asimiló” (y, por esa razón, los ve como acabados); con el imperfecto, “hacia el interior, hacia el mundo del pensamiento en devenir y en proceso de constitución” (y por ese motivo ve en curso, a lo largo de un espacio de tiempo, los estados y transformaciones indicados por ese tiempo (1979: 170-171). Si tomamos dos frases tales como:

No dia 29 de dezembro, o Senado condenou o Presidente Collor à pena de inabilitação política por oito anos [El día 29 de diciembre, el Senado condenó al presidente Collor a la pena de inhabilitación política por ocho años], y

No dia 29 de dezembro o Senado condenava o Presidente Collor à pena de inabilitação política por oito anos [El día 29 de diciembre, el Senado condenaba al presidente Collor a la pena de inhabilitación política por ocho años],

veremos que tanto condenó como condenaba indican concomitancia con relación a un momento de referencia pretérito (el 29 de diciembre de 1992). Sin embargo, en el primer caso, se considera la acción como algo acabado, como una discontinuidad (un punto) en la continuidad del momento de referencia y, por consiguiente, como algo dinámico, visto desde el exterior; en el segundo caso, la acción se considera inacabada, continua dentro de la continuidad del momento de referencia, como algo estático, visto desde el interior, durante su transcurso.

Como el imperfecto tiene un valor durativo y la duración puede ser continua o discontinua (iteratividad), el imperfecto igual puede expresar un hecho que se repite en el pasado como un hecho continuo en el pasado (el llamado imperfecto descriptivo).

Quando a criança via o sol irisando a água do lago, batia as mãos de contentamento. [Cuando el niño veía el sol irisando el agua del lago, aplaudía de contento].

En este caso, el momento de referencia pretérito, que está implícito, es “todas las veces que había sol”. Con relación a él, que se repite, el imperfecto denota acciones repetidas.

Sete horas da manhã haviam de ser. A luz de um sol esplêndido fluía no éter que a trovoada da véspera tinha acendrado. (T,11). [Debían de ser las siete de la mañana. La luz de un sol espléndido fluía en el éter que la tormenta de la víspera había acendrado].

Con relación al momento de referencia (las siete de la mañana), el verbo fluir indica una continuidad, una duración.

Al pretérito imperfecto se le atribuyen muchos valores particulares, que son aplicaciones de su valor temporal básico o bien concretizaciones contextuales.

El pretérito indefinido 2 acompañado de expresiones tales como siempre, nunca, muchas veces, puede expresar una verdad general. Es el pasado de hábito o gnómico. Hay que notar la diferencia entre este pretérito indefinido y el presente, ambos con valor gnómico. Éste se presenta como una evidencia que salta a la vista al momento de la enunciación; aquél, como una verdad a que se ha llegado por inducción a partir de experiencias particulares, en un tiempo enuncivo.

Cuando se presentan múltiples estados o transformaciones, el pretérito indefinido los presenta como sucesivos, mejor dicho, como concomitantes con relación a diferentes momentos de referencia pretéritos, que en las narrativas orales se reconocen por el uso de después, enseguida, y entonces, y ahí, etc. Por eso, el pretérito indefinido es el tiempo por excelencia de la narración. El imperfecto, al contrario, presenta los hechos como simultáneos, como formando un cuadro continuo, es decir, como si estuvieran vinculados al mismo momento de referencia pretérito. Por ello, es el tiempo que mejor cumple con los propósitos de la descripción.

5) El pretérito pluscuamperfecto indica una relación de anterioridad entre el momento del acontecimiento y el momento de referencia pretérito. Como el pluscuamperfecto expresa esta relación, su aspecto es siempre perfectivo. En portugués este tiempo verbal asume dos formas: la simple y la compuesta.

Está terminado o terrível ano de 1992. Sob a regência do presidente da República, uma quadrilha assumira o controle da máquina do Estado (VEJ, 30/12/1992, 1268: 32). [Transposición: Está terminado el terrible año de 1992. Bajo el mando del presidente de la República, una camarilla asumiera el control de la máquina del Estado. Traducción: Ha terminado el terrible año de 1992. Bajo el mando del presidente de la República, una camarilla había asumido el control de la máquina del Estado].

El momento de referencia, ya tomado como pretérito, es el año 1992. El pretérito pluscuamperfecto asumiera indica que el hecho sucedió antes de ese momento de referencia.

Quando me separei parecia uma senhora clássica, com saia e blusa excessivamente comportadas. Tinha deixado de ser sedutora (VEJ, 10/10/1995: 62). [Cuando me separé, parecía una señora clásica, con falda y blusa excesivamente bien portada. Había dejado de ser seductora].

Con relación al momento de referencia pretérito cuando me separé, había dejado es anterior.

Conviene señalar que la forma analítica poco a poco reemplaza la forma sintética en la lengua hablada. Eso se debe a que las lenguas romances reformularon la oposición latina infectum vs. perfectum mediante formas compuestas paralelas a las de los tiempos del infectum (a excepción del pretérito indefinido 1 del portugués por las razones ya explicadas). Así, siguiendo una tendencia romance, la forma analítica del pretérito pluscuamperfecto tiene la posibilidad de expresar, al mismo tiempo, la relación de anterioridad y el aspecto perfectivo, mientras que la forma sintética presenta sólo la relación de anterioridad. Como en el pretérito pluscuamperfecto los dos significados están asociados, es natural que la forma sintética se use cada vez menos.

6) El condicional expresa una relación de posterioridad del momento del acontecimiento con relación a un momento de referencia pretérito.

ACM disse que Collor seria inapelavelmente derrotado no Senado (VEJ, 30/12/1992: 1268, 21). [Antonio Carlos Magalhães (ACM) dijo que Collor sería indefectiblemente derrotado en el Senado].

El momento de referencia pretérito es el instante en que ACM dijo algo a alguien. La derrota es un hecho que se dará en momento posterior al momento de referencia. Por ello se expresa usando el condicional.

El condicional tiene casi siempre el carácter de una anticipación imaginaria. Si el futuro imperfecto no expresa una modalidad factual, sino más bien una expectativa, el condicional tiene un valor hipotético.

La forma compuesta, al igual que la simple, enuncia un hecho posterior con relación a un momento de referencia pretérito. Sin embargo, ella indica un hecho anterior a otro acontecimiento en el futuro. En otras palabras, el condicional compuesto supone dos momentos de referencia: es posterior a uno y anterior a otro. Por eso, se le podría llamar condicional del pretérito. La distinción entre las dos formas del condicional podría considerarse aspectual: la forma simple es imperfectiva y la forma compuesta es perfectiva. Claro está que estos aspectos se deben considerar con relación a la perspectiva temporal en que tales tiempos se colocan.

Todos supunham que, quando o inverno chegasse, a guerra na Bósnia teria terminado. [Todos suponían que cuando llegase el invierno, la guerra en Bosnia habría terminado].

Ontem de manhã, eu sabia que, às dez horas, o avião já teria chegado. [Ayer por la mañana, yo sabía que a las diez horas, el avión ya habría llegado].

En la primera proposición, el momento de referencia pretérito es el momento de la suposición. Con relación a él, la llegada del invierno es posterior. Con relación a ese momento, el final de la guerra en Bosnia es anterior. En la segunda, el momento de referencia pretérito es ayer por la mañana. El momento las diez (dez horas) es posterior a él, y la llegada del avión ocurrirá antes de las diez.

7) El presente del futuro no tiene en portugués una forma específica; se expresa con un futuro imperfecto simple o un futuro imperfecto progresivo (futuro imperfecto del auxiliar estar + gerundio) relativo a un futuro del subjuntivo explícito o implícito, por ejemplo:

No momento em que eu lhe der um sinal, voce soltará os rojões [Traducción literal: El momento en que yo te diere la señal, soltarás los cohetes. Traducción semântica: El momento en que yo te dé la señal, soltarás los cohetes].

8) La anterioridad con relación a un momento de referencia futuro está indicada por el futuro anterior, que en la nomenclatura gramatical brasileña, se llama futuro do presente composto (futuro perfecto). Por ejemplo:

Quando você chegar, já terei terminado o trabalho. [Transposición: Cuando llegares, ya habré terminado el trabajo. Traducción: Cuando llegues, ya habré terminado el trabajo).

9) La posterioridad con relación a un momento de referencia futuro (futuro del futuro) está indicada por el futuro imperfecto simple correlativo a otro futuro imperfecto simple; la ulterioridad de uno con respecto al otro estará dada, explícita o implícitamente, por la palabra después o un parasinónimo. Por ejemplo:

Depois de tomar banho você poderá ver televisão. [Después de bañarte, podrás ver televisión].

Los adverbios y las locuciones adverbiales de tiempo también se articulan en un sistema enunciativo y en otro enuncivo. Aquél se centra en un momento de referencia presente, idéntico al momento de la enunciación; éste se organiza alrededor de un momento de referencia (pretérito o futuro) manifiesto en el enunciado; eso significa que para los adverbios no existe un subsistema relacionado a un momento de referencia pretérito y otro vinculado a un momento de referencia futuro. A cada uno de los momentos de referencia (enunciativo y enuncivo) se aplica la categoría topológica concomitancia vs. no concomitancia (anterioridad vs. posterioridad). Veamos sólo un ejemplo. Para expresar los términos de la categoría topológica, tenemos en el sistema enunciativo hoy, ayer y mañana. En el sistema enuncivo ellos corresponden a ese día o ese mismo día, la víspera, al día siguiente. Las locuciones con próximo pertenecen al sistema enunciativo; las locuciones con siguiente, al sistema enuncivo. Muchas veces se confunde el uso de ambas. Veamos un ejemplo:

Mas a decisão de contra-atacar só foi tomada há duas semanas, quando The Sun, o trablóide sensacionalista mais lido do país, transcreveu 23 minutos de uma suposta conversação telefônica entre Diana e um amigo, às vesperas do Ano-Novo de 1989. (...) Ela queixa-se da “tortura” de seu casamento e marca um encontro para a próxima terça-feira quando sairia a pretexto de ir a um acupunturista (VEJ, 9/9/1992, 1251: 38-39). [Pero la decisión de contraatacar sólo fue adoptada hace dos semanas, cuando The Sun, el diario sensacionalista más leído del país, transcribió 23 minutos de una supuesta comunicación telefónica entre Diana y un amigo, en vísperas del Año Nuevo de 1989. (...) Ella se queja de la “tortura” de su casamiento y se cita para el próximo martes, cuando saldría so pretexto de ir a un acupunturista].

Como el momento de referencia es pretérito (víspera del Año Nuevo de 1989), el martes de la cita sería el martes siguiente, ya que el próximo martes es el primer martes después del 9/9/1992.

¿Cómo se proyectan los tiempos en el discurso? (Cf. Greimas y Courtés, 1979: 79-81) Al procedimiento de proyección de los tiempos del sistema enunciativo en el enunciado se le llamará desembrague temporal enunciativo. El desembrague será enuncivo, cuando se establezcan en el enunciado los tiempos del sistema enuncivo. El desembrague temporal puede ser de primero o de segundo grado. El primer caso ocurrirá cuando los tiempos estén relacionados a la voz del narrador; el segundo, cuando resulten de una delegación de voz operada por el narrador, y queden vinculados al yo interlocutor. Por consiguiente, el discurso directo se caracteriza por contener un desembrague de segundo grado. En los textos que contienen discursos directos, hay un desembrague de primer grado, que instala un narrador en el enunciado y éste, a su vez, realiza un nuevo desembrague: delega la voz a algún personaje, el cual se instaura como interlocutor. Como en el discurso directo hay dos actos de enunciación enunciados, por lo que se refiere a la temporalización, hay dos momentos distintos de referencia, ya sean enunciativos o enuncivos. Desde el punto de vista de la organización temporal, tenemos dos momentos, aún cuando el narrador se instaura como interlocutor, dando voz a sí mismo. Si tenemos dos momentos de referencia, los tiempos de cada enunciación se organizan según el momento de referencia al que remiten. En el discurso indirecto no tenemos un desembrague de segundo grado, y por ende, al pasar del discurso directo al indirecto, el cambio de dos momentos de referencia a uno solo puede acarrear transformaciones en las marcas temporales, ya que ellas, a veces (y no siempre, como al parecer sugieren nuestras gramáticas), tienen que cambiar del sistema enunciativo al enuncivo pretérito. Con ese paso, los tiempos del sistema enunciativo (presente, pretérito indefinido 1 y futuro imperfecto), sólo se modifican cuando el momento de referencia del discurso citante es pretérito y el del discurso citado es presente. En ese caso, los tiempos del sistema enunciativo se transforman en el tiempo correspondiente del subsistema enuncivo pretérito (por ejemplo, el pretérito indefinido 1 pasa a pretérito pluscuamperfecto, si se está usando el subsistema pretérito).

Al contrario del desembrague, que es la proyección hacia afuera de la instancia de enunciación de los tiempos que sirven para constituir el enunciado, ya sea un enunciado que sea un simulacro de la enunciación, o bien un enunciado que no represente la enunciación, el embrague temporal es “el efecto de regreso a la instancia de la enunciación, producido por la suspensión de la oposición entre ciertos términos de la categoría de tiempo” (Greimas y Courtés, 1979: 119). De hecho, el desembrague crea una enunciación enunciada, en que los tiempos del enunciado simulan los tiempos de la enunciación, o un enunciado enunciado, en el que se tiene la ilusión de estar ante la temporalidad de los acontecimientos. Se tiene la impresión de estar siempre en presencia de una temporalidad no lingüística: tiempo del acto de decir, en el primer caso; tiempos de los eventos, en el segundo. Ahora bien, cuando se neutralizan términos de la categoría del tiempo, el efecto de sentido que se produce es que el tiempo es mera construcción del enunciador, que hace presente el pasado, convierte el futuro en presente, etc. Así, con ese procedimiento, se pasa de la ilusión enunciativa de la naturalidad de los tiempos del decir y de lo dicho, de la quimera de que el tiempo lingüístico es el tiempo del mundo, a la seguridad de que el tiempo es efecto de sentido producido en la y por la enunciación.

En el discurso indirecto libre se mezclan dos voces: la del narrador y la del personaje. Sin embargo, el narrador no delega la voz como en el discurso directo, y tampoco se vincula el habla del personaje a la enunciación del narrador por medio de un verbum dicendi como en el discurso indirecto. Lo que ocurre, igual que en la categoría de persona, es un embrague en los tiempos verbales del habla del personaje. Así, los tiempos verbales del discurso indirecto se usan con el valor que tienen los tiempos del discurso directo.

En el caso de los tiempos verbales, se pueden neutralizar:

• un tiempo enunciativo y uno enuncivo correspondiente;

• un término de la categoría topológica concomitancia, anterioridad y posterioridad y otro, dentro del mismo sistema o subsistema temporal;

• un término de la categoría topológica con otro de un sistema o subsistema temporal distinto.

Tenemos el primer caso, cuando se neutralizan, por ejemplo, el pretérito indefinido 2 (concomitancia limitada a un momento de referencia pretérito) y el presente (concomitancia con un momento de referencia presente), realizando el llamado presente histórico, o el presente y el pretérito imperfecto, en beneficio del segundo tiempo del par.

Em 1858, a Companhia das Índias é suprimida, o Império Mongol igualmente, e um vice-reinado é instaurado (Delta, VIII, verbete Índia). [En 1858, la Compañía de Indias es suprimida, el imperio mongol igualmente, y un virreinato es instaurado].

João e Maria

Agora eu era herói

E o meu cavalo só falava inglês

A noiva do cowboy era você,

Além das outras três.

Eu enfrentava os batalhões,

os alemães e seus canhões,

Guardava o meu bodoque

E ensaiava o rock para as matinés

(Chico Buarque de Holanda)

[Juan y María

Ahora yo era héroe

Y mi caballo sólo hablaba inglés

La novia del vaquero eras tú,

Además de otras tres.

Yo enfrentaba los batallones,

Los alemanes y sus cañones.

Guardaba mi tirachinas

Y ensayaba el rock para la matinée].

Los pretéritos imperfectos expresan concomitancia no con relación a un marco temporal pretérito, sino con el ahora. Estos imperfectos pertenecen al indicativo, modo que el hablante usa para situar la acción en la realidad. Sin embargo, como el imperfecto expresa el imperfectivo, es decir, presenta el proceso sin fijar sus límites inicial y final, la lengua lo emplea con valor de presente para crear un efecto de sentido de irrealidad, o sea, para manifestar hechos hipotéticos. Además, como el imperfecto sitúa los hechos en el pasado, ese embrague usa el tiempo que separa los hechos del presente para expresar los acontecimientos separados de la realidad (Cf. Chevalier et alii, 1964: 343).

Veamos otro ejemplo más: anterioridad del futuro por anterioridad del pretérito (futuro perfecto por el pretérito pluscuamperfecto).

Desta (preocupação) é fácil possuirmo-nos, e nella terei eu caído mais de uma vez (Herculano, apud Dias, 1970: 194). [De esta (preocupación) es fácil imbuirnos, y en ella habré caído yo más de una vez].

Caer es anterior al marco temporal pretérito más de una vez en mi vida anterior a este momento. Lo expresa el futuro perfecto para dar a la frase un matiz de duda.

Tenemos la segunda posibilidad, cuando se suspende, por ejemplo, la oposición entre concomitancia (presente) y posterioridad (futuro imperfecto) del sistema enunciativo o los mismos términos de la categoría topológica (pretérito imperfecto y condicional) del subsistema enuncivo del pretérito.

Daqui a um mês estou de volta. Vou amanhã; não quero que ele pressinta a minha saída (MA, I, 650). [Vuelvo en un mes. Me voy mañana; no quiero que él intuya mi salida].

Ai, palavras, ai, palavras,

que estranha potência, a vossa!

Perdão podíeis ter sido!

—sois madeira que se corta (CM, 493-494) [¡Ay, palabras, ay, palabras,

qué extraño poder el vuestro!

Perdón podíais haber sido!

—sois madera que se corta].

El poema compara dos tiempos: un entonces, tiempo de la vida, de las promesas de libertad y un ahora, tiempo de la prisión, de la tortura, de la muerte. La concomitancia del pretérito está indicada por el imperfecto íais. Con relación a ese momento, en tiempo posterior, tales promesas podrían haberse realizado. Esta probabilidad se expresa con el pretérito imperfecto podíais y no con el condicional, para crear un efecto de sentido de seguridad. Indica que era inevitable que ocurriera lo que estaba previsto para el futuro. Esa seguridad, sin embargo, se vio cortada por la brutalidad de la represión portuguesa y el presente del indicativo manifiesta que la muerte tomó el lugar de lo que era seguro para quien pregonaba la independencia de la colonia. Aquí, el pretérito imperfecto con valor de condicional expresa una consecuencia de un hecho pretérito, que el enunciador consideraba inevitable, pero que no se realizó.

Hay un caso que merece una discusión más detallada: concomitancia del presente por la anterioridad del presente (presente por pretérito indefinido 1).

O Consulado da França em São Paulo nega que tenha solicitado abertura de inquérito contra pessoas que enviaram cartas de protesto contra os testes nucleares franceses no pacífico Sul (ESP, 12/10/1995: A9). [El Consulado de Francia en São Paulo niega que haya instado averiguación judicial respecto de las personas que enviaron cartas de protesta en contra de los ensayos nucleares franceses en el Pacífico Sur].

El verbo negar indica una anterioridad con relación al momento de la enunciación. Esta anterioridad no se manifiesta con el pretérito indefinido 1, sino con el presente. Se trae al presente un acontecimiento anterior para mostrar que tiene resonancia en el presente, que pesa más que el pasado de la acción. Esa neutralización presente vs. pretérito indefinido 1 conlleva una ampliación del presente hacia el pasado. El presente se entiende como una continuidad lógica o psicológica del pasado. La correlación temporal, que se realiza cuando el verbo de la subordinada está en subjuntivo, sirve para mostrar si se trata de un pretérito indefinido 1 o de un pretérito indefinido 2, pues cuando el verbo de la oración principal está en pretérito indefinido 1 y el verbo de la subordinada indica anterioridad con relación al de la principal, aquí se usa el pretérito perfeito do subjuntivo (en adelante, pretérito perfecto de subjuntivo), como consta del ejemplo antes presentado; en las mismas condiciones, si el verbo de la principal es el pretérito indefinido 2, se ha de emplear el pretérito mais que perfeito (pretérito pluscuamperfecto) del subjuntivo.

No dia 11 de setembro, o Consulado da França em São Paulo negou que tivesse solicitado abertura de inquérito contra pessoas que enviaram cartas de protesto contra os testes nucleares franceses no pacífico Sul. [El Consulado de Francia en São Paulo negó que hubiese instado averiguación judicial respecto de las personas que enviaron cartas de protesta en contra de los ensayos nucleares franceses en el Pacífico Sur].

Vamos a dar un último ejemplo: anterioridad del pretérito por posterioridad del pretérito (pretérito pluscuamperfecto por el condicional).

Começa a servir outros sete anos,

Dizendo: —Mais servira se não fora

Para tão longo amor tão curta a vida (LI, 108).

[Empieza a servir otros siete años,

Diciendo: —Más sirviera si no fuera

Para tan largo amor tan corta la vida].

El hecho está narrado en pretérito. Después que Labán se negó a concederle a Jacob la mano de Raquel, el pastor empezó (la concomitancia con relación al pretérito aquí se expresa en presente) a servir otros siete años. Con relación a su decir, que también es pretérito, la acción de servir es ulterior. Esa posterioridad no se pone en condicional, sino en pretérito pluscuamperfecto, para crear un sentido de inevitabilidad de la acción futura, ya que presenta como terminado lo que ni siquiera se está realizando.

El tercer caso de embrague ocurre cuando se neutralizan, por ejemplo, la concomitancia con relación al momento de referencia presente (presente) con la posterioridad a un momento de referencia pretérito (condicional).

Felizmente, ele reagiu depressa. Um passo a mais e o carro o esmaga. [Felizmente reaccionó rápido. Un paso más y el coche lo aplasta].

Aplasta indica posterioridad con relación al marco temporal pretérito en aquel momento. La finalidad de la construcción es subrayar la fatalidad de la consecuencia con respecto a la causa expresa. La consecuencia se presenta como real, aunque sea hipotética.

El resultado de la neutralización se manifiesta siempre por medio de uno de los tiempos cuya oposición quedó suspensa. Desde luego, en este caso, se usará un tiempo en lugar de otro, porque de lo contrario, no se notaría la neutralización. Un embrague se considera enunciativo cuando el resultado de la neutralización sea un tiempo enunciativo: esto ocurre cuando se suspenden las oposiciones de tiempos del sistema enunciativo, o bien cuando se neutralizan tiempos de los sistemas enunciativo y enuncivo en beneficio de los primeros; será enuncivo cuando la neutralización se manifiesta con un tiempo enuncivo: esto sucede cuando se neutralizan tiempos del sistema enuncivo y enunciativo en beneficio de los primeros o cuando se suspenden oposiciones entre tiempos de cada uno de los sistemas enuncivos.

Lo que se dijo acerca de los tiempos verbales sirve también para los adverbios de tiempo. Conviene señalar, sin embargo, que sólo se neutralizan los que de hecho manifiestan el tiempo lingüístico, no las precisiones cronológicas referidas a ellos. Por ejemplo, el adverbio ahora, que indica concomitancia con relación al momento de la enunciación, puede emplearse en lugar de hace poco tiempo y en un rato, respectivamente, anterioridad y posterioridad con relación al momento de la enunciación, para marcar un pasado reciente y un futuro inminente, o sea, para mostrar la proximidad del pasado y del futuro con relación al momento de la enunciación. En portugués, se usa agorinha, para intensificar el carácter reciente o inminente del pasado o del futuro, respectivamente.

Saiu inda agorinha (PEM).

Vamos começar a liçao agorinha mesmo (CR).

Estou fora dessa, cheguei agora (=há pouco)

[Salió ahoritita (PEM).

Vamos a empezar la lección ahorita mismo (CR).

No estoy en eso, llegué ahora (= hace poco)].

Observando las neutralizaciones efectivamente realizadas en portugués, se constata que ocurren cuando sólo un rasgo distintivo del sistema temporal está en juego (neutralización de términos de la categoría topológica dentro del mismo sistema o subsistema temporal o neutralización de tiempos que manifiestan el mismo término de la categoría topológica en sistemas o subsistemas distintos). Si hay que neutralizar dos puntos (términos diferentes de la categoría topológica de sistemas o subsistemas distintos), la neutralización sólo se hará en situaciones muy particulares:

a. Cuando se modifica la situación enunciativa. En el caso que sigue, hay una neutralización de la concomitancia durativa del pretérito y de la anterioridad del presente (pretérito imperfecto por pretérito indefinido 1).

“Eram jogados 37 minutos do primeiro tempo”, completou o mais folclórico Sílvio Luiz, na Bandeirantes (FSP, 13/6/1993, 5-5). [Transposición: “ Eran jugados 37 minutos del primer tiempo”, completó el más folclórico Sílvio Luiz, en TV Bandeirantes]. [“ Habían transcurrido 37 minutos del primer tiempo”, completó Sílvio Luiz, el más folclórico en TV Bandeirantes].

Los minutos jugados son anteriores al momento de la enunciación. Sin embargo esa anterioridad se expresa mediante la concomitancia durativa con relación al pretérito, lo que establece una distancia entre las instancias de la narración y de lo narrado.

b. Cuando hay identidad, desde el punto de vista mórfico, con un tiempo que admita la neutralización con el otro tiempo implicado. Por ejemplo, posterioridad del pretérito por concomitancia del futuro (condicional por presente del futuro).

Existe aí uma pergunta capaz de tirar o sono de muita gente. Quando PC resolver abrir a boca, as instituições resistiriam? (FSP, 26/10/1993: 4-7). [Aquí hay una pregunta capaz de quitarle el sueño a mucha gente. Cuando Paulo César Farías (PC) se disponga a abrir la boca, ¿las instituciones resistirán?].

Resistir es concomitante al marco temporal futuro cuando PC se disponga a abrir la boca. Esa concomitancia se expresa en condicional para resaltar la duda del enunciador con respecto al hecho. Esa neutralización es idéntica, desde el punto de vista mórfico, a la neutralización condicional y futuro imperfecto.

c. Cuando uno de los tiempos de la oposición es el presente. Ese embrague ocurre, sin duda, porque el presente es el más “plástico” de los tiempos, dado que indica presente, pasado, futuro, puntualidad, duración, atemporalidad. Por ejemplo, posterioridad del pretérito por la concomitancia del presente (condicional por presente), que sucede, entre otros casos, cuando se pretende transmitir una información no confirmada sobre un acontecimiento que está en curso o una información que el enunciador pone en duda:

Para a frente, os russos se dividem em “atlantistas” e “eurosasiáticos”. Os primeiros defenderiam a aproximação da Rússia com o Ocidente e seriam traidores das “tradições”. Os militantes da frente que se julgam “euroasiáticos” misturam a adoração a Stalin e ao czar Nicolau II (FSP, 25/9/1993, 2-14). [Según el frente, los rusos se dividen en “atlantistas” y “euroasiáticos”. Los primeros defenderían un acercamiento de Rusia al Occidente y serían traidores de las “tradiciones”. Los activistas del frente, que se dicen “euroasiáticos” mezclan la adoración por Stalin y por el zar Nicolás II].

Aquí aflora una cuestión: ¿por qué se puede decir que en un caso tenemos un error en el uso de marcas de temporalidad, y en otro tenemos un embrague? Por ejemplo, en el primer texto que sigue podría-mos decir que hay un error; en el segundo, un embrague. ¿Qué los distingue?

a. No dia 13, terçafeira, freqüentei uma única sessão, cujas comunicações versaram sobre morfossintaxe; às 9h.00, Características formales y funcionales del sintagma en el sistema de la lengua española, de M. Dominguez, da Espanha; não houve a próxima (= seguinte) comunicação por ausência do pesquisador (X, Relatório Científico encaminhado à FAPESP, 24/4/1993, 13). [El día 13, martes, concurrí a una sola sesión, cuyas ponencias enfocaron la morfosintaxis; a las 9hs, “Características formales y funcionales del sintagma en el sistema de la lengua española”, por M. Domínguez, de España; no hubo la próxima (= siguiente) ponencia por ausencia del investigador (X Informe Científico dirigido a FAPESP, 24/4/1993: 13)].

b. Vá jantar logo comigo em Santa Tereza, disse Palha ao despedirse. Não tem que hesitar, lá o espero (= esperarei) (MA, I, XXIII). [Ven a cenar conmigo en Santa Tereza, dijo Palha al despedirse. No vaciles, allí te espero (=esperaré)].

En primer lugar, cabe hacer una consideración más amplia sobre la violación de los parámetros gramaticales. La transgresión puede ser por error o por proyecto. Esta última está destinada a producir determinado efecto de sentido; la otra infracción no genera ningún efecto de sentido, sino más bien da la impresión de alguna cosa fuera de lugar en el texto. En efecto, en el primer texto, no se justifica el uso de próxima por siguiente. El enunciador estaba utilizando el sistema enuncivo, indicado mediante el marco temporal pretérito el día 13, y pasó al sistema enunciativo con lo cual no produjo ningún efecto de sentido. Al contrario, en el segundo texto, el uso del presente en lugar del futuro imperfecto manifiesta que, para el interlocutor, la presencia del interlocutario en Santa Tereza no es algo posible, sino algo más bien seguro.

Aparece ahora la cuestión de cómo se nota el embrague temporal en el hilo del discurso. Si, como dicen Greimas y Courtés, el embrague presupone un desembrague anterior, ya que no existe neutralización si no hay oposición, el “embrague debe dejar alguna marca discursiva del desembrague anterior” (1979, 119). Cuando ocurre un embrague temporal, por lo tanto, debe haber en el contexto alguna señal temporal que permita decir que un tiempo verbal o un adverbio se está usando con el valor de otro. Por ejemplo, en:

Daqui a um mês estou de volta. Vou amanhã (MA, I, VIII), [Vuelvo en un mes. Me voy mañana],

se nota que el presente tiene valor de futuro imperfecto y que, por lo tanto, hay un embrague, porque en un mes y mañana indican que el verbo expresa un evento posterior al momento de la enunciación.

El sistema de tiempos se organiza en la lengua de manera absolutamente simétrica. El discurso, sin embargo, mezcla las perspectivas, confunde los términos de la categoría topológica, subvierte oposiciones, y por eso produce un “vértigo temporal”, del que se vale para crear efectos de sentido. Pero éstos no se fragmentan en una multiplicidad incontrolable de significaciones, porque están subordinados a la categoría semántica:

aproximación vs. alejamiento.

En un primer nivel de concretización, esta categoría produce otras tres: una para los efectos de sentido temporales stricto sensu:

conjunción vs. desplazamiento;

otra para los efectos de sentido modales:

realidad vs. virtualidad;

otra para los efectos de sentido aspectuales:

inacabado vs. no comenzado.

De esa forma, tenemos un efecto de sentido básico para cada una de las categorías que inciden sobre el evento expresado por el verbo.

Si consideramos conjunción, realidad, inacabado como el término a de una oposición semántica y desplazamiento, virtualidad, no comenzado como el término b y aplicamos una operación de negación a esta categoría, tendremos no conjunción, no realidad y acabado como término no a y no desplazamiento, no virtualidad y acabado como término no b. La concomitancia expresará efectos de sentido que abarca el lugar a; la posterioridad, los del lugar b; la anterioridad, los del lugar no b, cuando se neutraliza con un tiempo de la posterioridad; los del lugar no a, cuando esté en el lugar de un término de la concomitancia.

Los efectos de sentido operan en dos niveles:

a. dentro de un mismo subsistema, cuando se usa, por ejemplo, una posterioridad con valor de concomitancia;

b. en subsistemas distintos (por ejemplo, la utilización del condicional con valor de futuro imperfecto es el paso de la concomitancia, ya que el futuro imperfecto pertenece al sistema que tiene como marco de referencia el momento de la enunciación, a la anterioridad, ya que el condicional forma parte del subsistema cuyo momento de referencia es pretérito; por eso, tal embrague produce el efecto de sentido de irrealidad).

Para determinar los efectos de sentido, el momento de referencia predomina sobre los términos de la categoría topológica.

La conjunción puede concretizarse como resonancia en el momento de referencia; el desplazamiento, como separación total del momento de referencia; el no desplazamiento, como proximidad y la no conjunción, como distancia.

Tinha vindo do Zaire muito novo, lá nascera. Os pais se tinham exilado no Zaire durante a guerra de independência de Angola e ele nasceu em Kinshasa. Voltou com a independência, aprendeu o portugués, esqueceu o lingala, e se integrou (L, 122). [Había venido del Zaire muy pequeño, había nacido allá. Los padres se habían exiliado en el Zaire durante la guerra de independencia de Angola y él nació en Kinshasa. Volvió tras la independencia, aprendió el portugués, olvidó el lingala, y se integró].

La novela Lueji, de Pepetela, está narrada en pretérito. Con relación a un momento de referencia (el año de 1989), la llegada desde el Zaire, el nacimiento del personaje y el exilio de sus padres son anteriores, por eso van narrados en pretérito pluscuamperfecto. Sin embargo, también son anteriores el regreso, el aprender el portugués, el olvidarse el lingala y la integración. Pero estos hechos se relatan usando el pretérito indefinido 2 (concomitancia puntual con relación al momento de referencia), porque ellos tienen resonancia en el momento de la narrativa, ya que, como lo explica el narrador, a los “regresados” se los veía con desconfianza en Angola después de la independencia.

La realidad puede manifestarse como certeza de acciones futuras, como inevitabilidad, como necesidad; la virtualidad, como suposición, duda, hipótesis, incertidumbre, probabilidad, atenuación de los hechos; la no virtualidad, como ineluctabilidad de la acción futura; la no realidad, como atenuación de la acción presente y evasión de la realidad.

– Ele não quer que eu fique solteira a vida toda, não?

– Não tem poder para isso, mas bem que queria, acho. Ou não sabes, maninha?

[— Él no quiere que yo me quede soltera toda la vida, ¿no?

– No tiene poder para eso. Pero más bien que lo quería, me parece. ¿O no lo sabes, manita?].

El diálogo está anclado en el momento de referencia presente. En lugar de decir Pero más bien que lo quiere, me parece, que indica realidad, dice Pero más bien que lo quería, me parece, que apunta a la no realidad, que se manifiesta como atenuación, ya que quería es un tiempo del subsistema de la anterioridad.

Lo inacabado manifiesta la inevitabilidad de la acción futura, porque la muestra ya comenzada, y la imperfectividad del evento pasado; lo no comenzado, el carácter eventual del acontecimiento; lo comenzado, la inminencia del evento futuro y la perfectividad de la resolución tomada; lo acabado, el efecto inevitable de lo que está ocurriendo y la rapidez con que sucede.

– Devem agradecer é a Ndumba uo Tembo, ele é o grande caçador que fez tudo.

Além de corajosa, como poucos, também era modesta, como deve ser um eleito pelos espíritos, assim diziam os velhos, e os mais novos concordavam. Ndumba estava com um sorriso contrafeito, pois a vitória lhe escapava (l, 134-5).

[— Deben agradecer a Ndumba uo Tembo, es él el gran cazador que lo hizo todo.

Además de valiente como pocos, era también modesto, como debe ser un elegido de los espíritus, así decían los viejos, y los más jóvenes asentían. Ndumba tenía una sonrisa disgustada, pues la victoria se le escapaba].

Todo el pueblo estaba festejando a la reina porque ella habría matado al león que iba a devorar a Ndumba uo Tembo. Pero en realidad, el que había matado el león era él. Así, cuando el pueblo se puso a alabar a la reina, la victoria ya se le había escapado. Al utilizar el imperfecto (concomitancia durativa) en lugar del pretérito pluscuamperfecto, el narrador crea un efecto de sentido de imperfectividad del hecho pasado, de un largo desenredo, con el cual señala que todo hería lentamente el orgullo del guerrero.

En el discurso, los tiempos escapan a las rígidas convenciones del sistema, se mezclan, se sobreponen, persiguen los unos a los otros, hacen de contrapunto los unos a los otros, se alejan, se acercan, se combinan, se suceden en un enmarañado de articulaciones y efectos de sentido. Sin embargo, como contrapunto, obedecen a las reglas las coerciones semánticas. El discurso crea el cosmos y abomina el caos.

Cuando se trabaja la temporalidad en el texto, hace falta distinguir también el tiempo de la narración y el tiempo de lo narrado. El tiempo de la narración siempre es el presente, que es el momento en que se habla. Es posterior a la historia contada, la cual, por consiguiente, es anterior a él. Si el pretérito es el tiempo por excelencia de lo narrado, el narrador también puede crear una narración en la que haya concomitancia entre el tiempo de la narración y de lo narrado (narrativas en presente) y una llamada narrativa profética, en que el tiempo de lo narrado resulta posterior al de la narración. O sea que hay tres relaciones entre el tiempo de la narración y el tiempo de lo narrado. Este último puede ser concomitante, anterior o posterior al primero. Por otra parte, como con respecto a cada momento de referencia hay una concomitancia, una anterioridad y una posterioridad, los tiempos de la narración, para el caso de que esa instancia se haga narrativa, son el presente, el pretérito indefinido 1 y el futuro imperfecto. Ahora bien, los tiempos de lo narrado son el presente, el pretérito indefinido 1 y el futuro imperfecto, en narrativas en las que hay concomitancia entre la narración y lo narrado; pretérito indefinido 2, pretérito imperfecto, pretérito pluscuamperfecto y condicional, en narrativas en que la narración es posterior a lo narrado; presente del futuro, futuro perfecto y futuro del futuro, para las narrativas en que la narración es anterior a lo narrado.

Hemos hablado de embrague como utilización de un tiempo por otro adentro del texto. Tenemos también un macroembrague, que rige la relación entre instancia de la narración e instancia de lo narrado. Tomemos como ejemplo el poema “Profundamente”, de Manuel Bandeira:

Quando ontem adormeci

Na noite de São João

Havia alegria e rumor

Estrondos de bombas luzes de Bengala

Vozes cantigas e risos

Ao pé das fogueiras acesas.

No meio da noite despertei

Não ouvi mais vozes nem riso

Apenas balões

Passavam errantes

Silenciosamente

Apenas de vez em quando

O ruído de um bonde

Cortava o silêncio

Como um túnel

Onde estavam os que há pouco

Dançavam

Cantavam

E riam

Ao pé das fogueiras acesas?

— Estavam todos dormindo

Estavam todos deitados

Dormindo

Profundamente

***

Quando eu tinha seis anos

Não pude ver o fim da festa de São João

Porque adormeci

Hoje não ouço mais as vozes daquele tempo

Minha avó

Meu avô

Totônio Rodrigues

Tomásia

Rosa

Onde estão todos eles?

— Estão todos dormindo

Estão todos deitados

Dormindo

Profundamente (MB, 217-218).

[Cuando ayer me dormí

En la noche de San Juan

Había alegría y bullicio

Estruendos de bombas luces de Bengala

Voces cantares y risas

Al pie de las fogatas encendidas.

En la mitad de la noche me desperté

No oí más voces ni risas

Unos pocos globos

Pasaban errantes

Silenciosamente

Y de vez en cuando

El ruido de un tranvía

Cortaba el silencio

Como un túnel.

¿Dónde estaban los que hace poco

Bailaban

Cantaban

Y se reían

Al pie de las fogatas encendidas?

— Estaban todos durmiendo

Estaban todos acostados

Durmiendo

Profundamente

***

Cuando yo tenía seis años

No pude ver el final de la fiesta de San Juan

Porque me dormí

Hoy no escucho más las voces de ese tiempo Mi abuela

Mi abuelo

Totônio Rodrigues

Tomásia

Rosa

¿Dónde están todos ellos?

— Están todos durmiendo

Están todos acostados

Durmiendo

Profundamente].

El narrador, tras relatar la fiesta de San Juan en una perspectiva temporal enunciativa (Cuando ayer me dormí), la traspone a una temporalización enunciva (Cuando yo tenía seis años/ No pude ver...) de ese modo, el ayer se transforma en la víspera. La anterioridad con relación al presente se transforma en concomitancia al marco temporal pretérito. Así, el enunciado relatado en el sistema enunciativo se metamorfosea en enunciado con temporalización enunciva. El enunciador lo acercó con el recuerdo y luego lo alejó, colocando los acontecimientos recordados en la categoría de hechos pasados.

El discurso, por medio de un juego complejo entre las temporalidades de la narración y de lo narrado, entre simultaneidades, anterioridades y posterioridades, crea un tiempo que simula la experiencia temporal del hombre. Si la narrativa es un simulacro de la acción del hombre en el mundo, su temporalidad es una simulación de la experiencia del tiempo, que se constituye a partir del momento en que el yo toma la palabra, en que, como señala Agustín en el libro XI de las Confesiones, el presente es el transcurso, el pasado es la memoria y el futuro es la espera. La fugacidad del tiempo es el fulcro de la narrativa y de la experiencia vivida.

Fronteras de la semiótica

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