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Justificación del estudio

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En la actualidad las instituciones educativas, los docentes, los alumnos e incluso los padres de familia enfrentan un problema latente relacionado con el bajo rendimiento académico, que se ha venido observando en los estudiantes de los diversos niveles educativos, específicamente de educación superior y en particular de aquellas asignaturas relacionadas con los métodos cuantitativos, como son las matemáticas y la estadística.

Continuamente, los docentes universitarios se refieren al bajo rendimiento académico como un problema que provienen de la educación media superior o bachillerato, cuyos profesores a su vez argumentan que el problema obedece a situaciones que tienen su origen en la enseñanza secundaria, y estos a su vez le endosan el problema a los maestros de educación básica. Incluso se ha llegado a argumentar que los mismos padres de familia tienen cierta responsabilidad en esta problemática, pues son ellos quienes empiezan a decirles a los hijos que las materias que implican números son difíciles y complicadas, creando un tabú en torno a ellas.

Se trata así de un problema de enseñanza-aprendizaje de los métodos cuantitativos que se relaciona con la actitud adoptada por parte de los alumnos, problema que se evidencia con los resultados reportados por las diferentes formas de evaluación implementadas.

De esta manera, uno de los temas clave de la enseñanza de las asignaturas de los métodos cuantitativos es cómo debe ser el proceso para generar un aprendizaje efectivo por parte de los alumnos en torno al conocimiento de las matemáticas y la estadística, tanto en sus contenidos como en el uso de sus métodos, por lo que podría usarse el término significativo, Ausubel (1968), pero dentro de una perspectiva más amplia.

En este contexto, los jóvenes que ingresan al CUCEA de la Universidad de Guadalajara pueden ser clasificados en tres grupos en función de las carreras universitarias que ahí se imparten:

 Los que ingresan a las licenciaturas pertenecientes a la División de Gestión Empresarial, conformada por las siguientes carreras: Administración, Administración Financiera y Sistemas, Mercadotecnia, Negocios Internacionales, Recursos Humanos, Sistemas de Información y Turismo, Recreación y Servicios.

 Los que ingresan a la División de Contaduría, donde se lleva a cabo la licenciatura de Contaduría Pública.

 Los que pertenecen a licenciaturas propias de la División de Economía y Sociedad: Administración Gubernamental y Políticas Públicas Locales, Economía y Gestión y Economía Ambiental.

Los alumnos que ingresan a las carreras antes señaladas saben de antemano que las materias relacionadas con los métodos cuantitativos forman parte de su currículo académico, y en cierto grado están conscientes de que los cursos, tanto de Matemáticas como de Estadística, son indispensables para su formación como futuros profesionistas. No obstante, se evidencia en las clases de dichas asignaturas cierto temor, resistencia e incluso apatía hacía las mismas.

Saben que son asignaturas básicas, catalogadas como obligatorias e imprescindibles para cada programa, que son cursos de los que deben tener claridad en cuanto a sus contenidos por ser materias seriadas. Sin embargo, no logran ver su importancia, nos les ven la utilidad, no saben cómo aplicarlas en la realidad o en la vida práctica; las conciben simplemente como recetas de cocina, incluso como cursos prácticamente innecesarios. Estos hechos se evidencian generalmente en las conversaciones con los alumnos y sobre todo en los resultados observados al final de cada ciclo escolar, derivados de los procesos evaluatorios implementados por los docentes o por los exámenes departamentales.

Frente a estas circunstancias, los departamentos responsables de las licenciaturas del CUCEA a través de sus colegios departamentales, y específicamente el Departamento de Métodos Cuantitativos por medio de sus academias de Matemáticas Generales y de Estadística —a donde pertenecen las asignaturas objeto de estudio—, se cuestionan sobre el porqué del bajo rendimiento académico de los alumnos. Infieren que se trata de un problema que encierra cuestiones pedagógicas pero también de actitud por parte de los alumnos hacía dichas asignaturas, que a su vez tienen la característica de ser seriadas — se debe cursar Matemática I y luego Matemáticas II, así como Estadística I y luego II—, lo cual hace más complicada la situación, pues lo visto y aprendido en las primeras es fundamental para la acreditación de las segundas.

Habitualmente la enseñanza de ambas asignaturas se ha caracterizado por ser una actividad que consiste en la transmisión de conocimientos, de explicación de conceptos, definiciones, teoremas y aplicaciones, en donde se aprende haciendo ejercicios, bien sea de manera individual o en grupo.

Vale señalar que entre los objetivos fundamentales de su enseñanza en las instituciones educativas, desde el nivel preescolar hasta el universitario, está el de impartirse conocimientos y además desarrollar habilidades de diferente naturaleza que permitan a los alumnos adquirir herramientas para aprender, siendo una de las más importantes la capacidad para resolver problemas, con la cual se cubran tanto aspectos de los conceptos matemáticos como estadísticos, pero sobre todo procedimientos de tipo algorítmico.

Cierto que una actitud positiva por parte de los alumnos permite desarrollar niveles de pensamiento donde estos sean artífices de su propio aprendizaje, que muestre los problemas y las teorías como relevantes y llenas de significado y en el que la matemática se utilice como una forma de comprender otras áreas del conocimiento, la estadística como herramienta para la toma de decisiones y lo mismo con otras disciplinas como la econometría, las técnicas de muestreo, la teoría de juegos o la investigación de operaciones, entre otras. Se busca, a través de la resolución de problemas, lograr altos niveles de argumentación desde los primeros años de escolaridad, pero sobre todo en el nivel superior.

Para nadie es un secreto la deficiente actitud hacia las disciplinas de los números, como se suele llamar a las matemáticas o a la estadística, que han ido desarrollando las nuevas generaciones, en contraposición con la creciente demanda por una población mejor preparada en estas ciencias y un mayor número de profesionistas mejor calificados y competentes.

Es innegable que dada la economía de la información global, en la cual se está inserto y se camina, se requiere de una fuerza industrial, obrera y directiva mejor preparada y que haga frente a las nuevas exigencias y tendencias del crecimiento y desarrollo económico.

Al respecto, la Universidad de Guadalajara, como centro generador de conocimiento tiene el compromiso estratégico de transformar su entorno inmediato y mediato, con el fin de mejorar permanentemente la calidad de vida de la población, entendida no sólo como la satisfacción de la demanda de bienes y servicios, sino también como el desarrollo cultural y la conservación y mejoramiento del medio ambiente. Además, debe asumir la responsabilidad de contribuir a la inserción competitiva de los diferentes sectores de la economía local, regional y nacional en los mercados internacionales.

Es decir, la Universidad debe preocuparse no tanto por la búsqueda del conocimiento en sí mismo sino que debe tratar de encontrarle una aplicación práctica.

De esta manera, si el conocimiento generado desde la universidad es fundamental para enfrentar el reto competitivo del actual proceso de globalización, es indispensable lograr una mejor integración entre los programas de educación superior y los de ciencia y tecnología, tanto en investigación como en transferencia de conocimientos, lo cual requiere de una reorganización de las estructuras académicas y de investigación científica en todas la áreas y niveles.

Atendiendo cada uno de los argumentos anteriormente expuestos, el CUCEA de la UdeG, a través del Departamento de Métodos Cuantitativos, ha mostrado una enorme preocupación por los resultados reportados en torno al problema del bajo rendimiento en las materias básicas común obligatorias a lo largo de los diferentes ciclos escolares, razón que motivó la realización del presente trabajo de investigación, con el cual se busca hacer un diagnóstico de la situación de interés y delinear estrategias que contribuyan a revertir las tendencias negativas que hasta la fecha persisten.

Por tanto, trabajar alrededor de este problema en el marco de la línea de investigación en metamatemáticas y metaestadística, bajo la dirección de la pedagogía de metafrontera, permitirá conocer la relación entre la calidad pedagógica del docente y el rendimiento académicos de los alumnos, lo que es posible gracias a las herramientas con que se ha dotado a los alumnos del programa de doctorado en Metodología de la Enseñanza, del Instituto Mexicano de Estudios Pedagógicos (IMEP).

Con el ánimo de ir conociendo mejor a los alumnos y en aras de medir la magnitud del problema y por tanto de mejorar su rendimiento académico, se inició en el ciclo escolar 2012-A —y posteriormente con los del 2012-B— un estudio alrededor de los resultados reportados por los exámenes departamentales en las asignaturas antes señaladas y que fueron aplicados en cada ciclo a todos los estudiantes de las diversas licenciaturas.

Considerando además la información generada por la aplicación de una encuesta aplicada a todos los alumnos, en la que evalúan a sus maestros, sobre todo en aspectos ligados a la actitud pedagógica observada, el conocimiento y dominio de las asignaturas, en fin, aspectos ligados a la calidad docente.

Cuando se hace referencia a la enseñanza y aprendizaje de materias como Matemáticas y Estadística se tiende a pensar en la transmisión de un gran número de conceptos, teoremas, definiciones y hasta aplicaciones, que involucran toda clase de elementos abstractos, comúnmente difíciles de asimilar por parte del alumno.

Ante la situación descrita, la importancia de realizar la presente investigación, no obstante la literatura existente sobre el tema, se debe a que aquí se implementa una forma de función estadística de carácter educativo poco convencional para estudiar diversos factores —entre ellos la calidad docente— que influyen en el rendimiento académico de los alumnos, que se soporta fundamentalmente en las teorías de la motivación y las estrategias de aprendizaje.

Asimismo se utiliza un modelo estadístico de interacción entre cognición y motivación en que intervienen variables de entrada del alumno, variables escolares relacionadas con el docente, así como componentes motivacionales y estrategias de aprendizaje.

Lo que hace relevante la tesis es la posibilidad de modelar la intrincada relación entre una diversidad de fuerzas y el logro académico a través de un recurso estadístico que permite, simultáneamente, reconocer múltiples variables y múltiples relaciones, tal como se reconoce el fenómeno educativo.

De esta manera, el trabajo aporta más elementos al estado del arte acerca de los factores, con la intención de que se pueda consolidar una teoría que explique qué elementos interfieren o propician el adecuado desempeño académico de los alumnos.

Desde el punto de vista más pragmático, la investigación proporciona información que ayudará a desarrollar políticas y programas para alumnos con problemas de motivación, autoestima y estrategias de aprendizaje que les permitirá alcanzar un mayor desempeño escolar y por supuesto conocer el papel del docente como factor estratégico en esta tarea.

Al considerar que desde la política educativa, a la UdeG le debe interesar captar de la sociedad los mejores alumnos, esto es, aquellos que obtienen mayor puntaje en las pruebas de admisión, no se tiene certeza del funcionamiento de dicho procedimiento, no obstante a ser calificado como un proceso de selección riguroso. Prueba de ello es que no hay estudios de causalidad en el CUCEA, ni en otros centros universitarios, que arrojen luz al respecto.

El problema es serio y persiste con las consabidas consecuencias. Prueba de ello es que se ha visto, ciclo tras ciclo escolar, que un significativo número de alumnos admitidos en el CUCEA no han podido responder a las exigencias que les hubieran conducido a logros satisfactorios, al darse muchos casos de reprobación y, en el peor de los casos, de deserción (Contreras, 2005).

Los docentes por un lado y las autoridades por otro notan pocos o nulos avances en el desempeño escolar de los alumnos semestre tras semestre, sin lograr explicar los factores del bajo rendimiento académico. Investigar las causas que propician dicha situación no es fácil, pues son diversos los factores relacionados.

En el CUCEA no se ha desarrollado este tipo de estudios, y por tanto no se tienen elementos cuantitativos sobre los cuales sostener una política educativa sobre factores, variables o indicadores alterables, que hagan referencia a aquellas características de la escuela, de los docentes o de los alumnos que se puedan modificar desde la política educativa.

Por tanto, una poderosa aportación de este trabajo de investigación es que ofrece algunas explicaciones que pueden servir de base para diseñar estrategias de política educativa que contribuyan a revertir, en parte, estas tendencias desfavorables en el desempeño docente y el rendimiento de los jóvenes. En efecto, el fin más importante del estudio es proponer elementos viables de política educativa como resultado de los hallazgos alcanzados.

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