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TENDENCIAS Y PATRONES ALARMANTES

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Por lo tanto, en general y en promedio, muchos indicadores del progreso social han mostrado tendencias positivas en el periodo posterior a la segunda Guerra Mundial. ¿Por qué, entonces, hay inquietud y aprehensión sobre lo que se avecina para el mundo? Hay otras tendencias y patrones mucho más alarmantes que motivan el trabajo del Panel Internacional para el Progreso Social. Empecemos con el crecimiento del ingreso per cápita, que ha mostrado fuertes tendencias positivas como promedio global. Esto esconde el pobre desempeño en algunos países respecto al espectacular desarrollo de países como China, la India y Vietnam. Muchos países, sobre todo en África, están sumidos en conflictos armados y claramente no tienen crecimiento de ningún tipo —de hecho, ni siquiera tienen datos de crecimiento disponibles: los servicios estadísticos están entre las primeras pérdidas cuando hay fragilidad en un Estado.

FIGURA 1.5. Pobreza en África subsahariana


FUENTE: Banco Mundial, Grupo de Investigaciones sobre el Desarrollo.

La figura 1.5 subraya un patrón escondido que podría perderse en los promedios globales. Ya hicimos énfasis en la reducción de la proporción de gente que está por debajo de la línea de la pobreza en el mundo en su conjunto, debido a la espectacular reducción de este problema en China. La figura 1.5 muestra la evolución de la pobreza en África subsahariana, que presenta un declive en los últimos 20 años —otra historia de éxito—. Pero veamos la cifra total de gente pobre en África: aunque la proporción de africanos pobres haya caído, la cantidad total ha aumentado en más de 100 millones en el último cuarto de siglo debido al crecimiento poblacional. La proporción decreciente de pobres podrá ser reconfortante, pero el aumento en números absolutos es preocupante, y además es una fuente de presión migratoria y una plataforma para la insatisfacción interna.

Si la caída en la proporción de pobres fuera lo suficientemente rápida, contrarrestaría el crecimiento poblacional y la cantidad total de gente que vive en pobreza disminuiría. Una razón por la cual la proporción de pobres no está cayendo lo suficientemente rápido, no sólo en África sino tampoco en otros lugares, es el aumento de la desigualdad. Cuando las desigualdades aumentan, los frutos del crecimiento no se diseminan a nivel general y el poder del crecimiento para reducir la pobreza se ve afectado, a veces de forma severa. Por lo tanto, hay un círculo vicioso cuando la pobreza a su vez retrasa la transición demográfica hacia tasas de natalidad más bajas. Los patrones de cambio de la desigualdad en el mundo han sido diversos en las últimas tres décadas.3 Latinoamérica ha vivido un declive en la desigualdad gracias a útiles políticas públicas, aunque la desigualdad sigue siendo alta para los estándares mundiales. Asia, por otro lado, ha tenido un crecimiento de la desigualdad en varios países, incluidos China y la India. Una estimación dice que, si el crecimiento asiático se hubiera dado sin un aumento en la desigualdad, 240 millones más de personas habrían salido de la pobreza (Banco Asiático de Desarrollo, 2012). Finalmente, por supuesto, la desigualdad ha aumentado en muchos países ricos, especialmente en Estados Unidos, donde, tras un largo periodo de caída de la desigualdad después de la segunda Guerra Mundial, la proporción del ingreso del 10% más rico pasó de ser de alrededor de 35% a cerca de 50% en un cuarto de siglo, a partir de la década de 1980 (Piketty, 2014).

Las tendencias de crecimiento nacional y de cambios en la desigualdad nos han legado un notable patrón de cambio en la distribución global, como se muestra en la figura 1.6. La gráfica muestra el crecimiento del ingreso para cada posición en la distribución global de ingresos en el periodo de 1988 a 2008. La forma de la curva capta gran parte del discurso político actual. Los ganadores han sido los súper ricos globales y quienes están en los percentiles4 del 10 al 70 de la distribución del ingreso mundial. Los perdedores han sido los que están entre el 75% y el 95% más alto de la población mundial, que son precisamente las clases medias y medias bajas de Estados Unidos, Reino Unido y otros países ricos. La elección de Trump, gracias a la clase blanca trabajadora del Estados Unidos rural, y el triunfo del Brexit en el Reino Unido, por aquellos que se encuentran en la parte más baja de la distribución del ingreso, son algunas de las consecuencias políticas concretas de la famosa “curva del elefante” presentada en la figura 1.6.

FIGURA 1.6. Curva de incidencia del crecimiento global, 1988-2008


NOTA: un punto en la curva representa el crecimiento, entre 1988 y 2008, del ingreso disponible en una posición particular en la distribución.

FUENTE: Lakner y Milanovic (2015). Datos disponibles en go.worldbank.org/NWBUKI3JPO.

La desconexión entre proporción de pobres y número total de gente en pobreza que se muestra en la figura 1.5 está causada, por supuesto, por la alta tasa de crecimiento poblacional en África. La tasa de crecimiento de la población mundial está descendiendo, pero la población mundial no. Ahora alcanza los 7500 millones de personas y se proyecta que crecerá a 8000 millones en la siguiente década y a 9000 millones en las siguientes dos décadas.5 El crecimiento poblacional a largo plazo es una medida de éxito global: ahora el planeta puede albergar algunos miles de millones más que antes. Pero hay otra cara de la moneda. El crecimiento poblacional y las tendencias demográficas clave son las realidades con las que tendrá que lidiar el mundo en los próximos años. La presión ambiental y migratoria por los recursos, que se deriva del aumento poblacional, ya se está sintiendo, en particular en ciertas regiones del mundo: a África le corresponderá más de la mitad de los 2000 millones de personas en que se calcula que aumentará la población global en los siguientes 30 años.6

FIGURA 1.7. Seis décadas de envejecimiento en el mundo


FUENTE: Base de datos del Banco Mundial.

El perfil de edad de la población ha cambiado y seguirá cambiando con rapidez. La mediana de la edad de la población mundial era de 22 años en 1980 y será de 35 años en 2045.7 La figura 1.7 muestra que la proporción de la población de 65 años o más ha crecido en el mundo en su conjunto, pero particularmente en los países ricos. El rápido aumento de la población más vieja en los países ricos, comparados con los países pobres, afectará la naturaleza de las presiones migratorias, que ya se están sintiendo: una población más joven en los países pobres está buscando trabajo y una población más vieja en los países ricos está buscando quién se ocupe de ella. En los países ricos, esto también afectará el contrato social implícito conforme crezca la razón de dependencia de la población retirada frente a la de la población en edad productiva.

FIGURA 1.8. Degradación ambiental


FUENTE: Indicadores del Desarrollo Mundial del Banco Mundial (bosques); www.nature.com/articles/srep38495/tables/1 (escasez de agua); www.stateofglobalair.org/data (contaminación del aire).

El aumento en el ingreso mundial y la caída en las mediciones de la pobreza respecto del ingreso se han celebrado mucho como un logro económico y un éxito global. Pero el verdadero concepto económico de ingreso también nos exige ver el posible agotamiento de los activos que generan ese ingreso, y asimismo nos hacemos responsables de ello. Aunque los reportes económicos nacionales sí hacen un esfuerzo por medir la depreciación del capital físico, las mediciones estándar del PIB no se refieren al estado del capital natural. Cuando se hacen tales esfuerzos, se necesitan correcciones significativas. Esto no sorprende, dados los patrones que muestra la figura 1.8. El mundo ha estado perdiendo superficie forestal constantemente y las presiones por obtener agua han aumentado por la extracción de los mantos superficiales y subterráneos para dedicar el líquido a la agricultura y la industria. Otro activo natural es la atmósfera, que se está contaminando a niveles alarmantes. La figura 1.8 muestra un aumento de 10% de la contaminación de partículas en el último cuarto de siglo. Las posibles consecuencias para la salud por el aumento de la contaminación son una gran limitante para el éxito global por lo que se refiere al crecimiento del ingreso.

FIGURA 1.9. Emisiones de gas de efecto invernadero y cambio en la temperatura global a lo largo del siglo


FUENTE: climateactiontracker.org/assets/publications/briefing_papers/TempUpdate2017/CAT-2100WarmingProjections-2017.11.png.

Copyright © 2016 by Climate Analytics, Ecofys, and NewClimate Institute.

Por supuesto que el impacto de la contaminación atmosférica por las emisiones de gas de efecto invernadero trasciende las implicaciones de salud inmediatas. Dichas emisiones han afectado de manera significativa los patrones climáticos y lo seguirán haciendo según las tendencias actuales, como se muestra en la figura 1.9. Las previsiones de que podamos mantener el aumento de la temperatura global debajo del valor crítico de 2 °C en los próximos cien años no son alentadoras, de seguir las cosas como están, e incluso tras el Acuerdo de París no parecen ser muy promisorias en el mejor de los casos. Superar el valor crítico detonaría una espiral global de perturbaciones ambientales que amenazarían a muchas especies y, quizá, la propia supervivencia humana.

FIGURA 1.10. Migrantes internacionales (gente que vive fuera de su país de nacimiento, como porcentaje de la población mundial)


FUENTE: Centro de Análisis de Datos sobre la Migración Mundial, de la OIM.

Muchas de las tendencias globales mencionadas están ejerciendo serias presiones migratorias. En la figura 1.10 se muestran datos sobre migración transfronteriza. La cantidad de gente con el estatus de migrantes internacionales —es decir, la proporción de la población mundial que vive en un país distinto al de nacimiento— en 2015 fue superior a 3.3%, o sea unos 240 millones de personas. En 2000, la cifra era de alrededor de 170 millones, lo que significa que, durante los primeros 15 años del nuevo milenio, el flujo migratorio fue de alrededor de 5 millones de personas por año.8 A primera vista, son cifras relativamente bajas que ocultan las tensiones en torno a la migración internacional. Sin embargo:

FIGURA 1.11. Conflictos según su intensidad 1946-2016


FUENTE: IPSP (2018b).

1.los migrantes se concentran en países de destino específicos y representan una proporción mucho mayor en los grandes países receptores: 15% en Estados Unidos y Alemania, 17% en Suecia…;

2.los migrantes se concentran en las grandes ciudades; los datos muestran que en muchas de ellas representan entre 20% y 40% de la población;

3.las cifras que tenemos son cifras oficiales sobre la migración legal: la ilegal no se cuenta;

4.las cifras captan la migración exitosa y no reflejan las solicitudes de migración que se están reteniendo en los controles fronterizos.

Un posible resultado de todas las tensiones descritas en los párrafos anteriores —desigualdad creciente, degradación ambiental, presiones migratorias, etcétera— es en el aumento de los conflictos bélicos y de la violencia en todo el orbe. La figura 1.11 presenta información del Programa de Datos sobre Conflictos de Uppsala sobre la cantidad de conflictos armados. Las cifras se pueden leer de varias maneras: se podrían ver como una tendencia general hacia el aumento de conflictos desde la segunda Guerra Mundial. Sin embargo, si se analizan desde la perspectiva de mediados de la década del año 2000, se puede ver un declive, desde el pico de la década de 1980 y el de mediados de la década de 1990. Sin duda, tal es la perspectiva que Pinker (2011) y Goldstein (2011) presentaron de distintas formas. Sin embargo, como apuntan Wallensteen, Wieviorka et al. (IPSP, 2018b: 413-414), esa cifra

FIGURA 1.12. Incidentes terroristas a nivel mundial, 1970-2015


FUENTE: www.start.umd.edu/gtd/contact.

demuestra la dificultad de hacer predicciones: más o menos al mismo tiempo, se estaba gestando un conjunto de nuevos conflictos armados que, en los años posteriores, cambiaron el panorama global: grupos yihadistas islámicos tuvieron notorios avances militares que resultaron en grandes ganancias territoriales (Estado Islámico en Irak y Siria, Boko Haram en Nigeria, otros afiliados en Libia, Mali y Yemen, al-Shabaab en Somalia). El perfil de los movimientos trasnacionales coordinados, basados en la capacidad militar y en la actividad terrorista, representó un cambio real para el orden mundial existente.

Sin duda, la figura 1.12 muestra el marcado aumento del número de incidentes terroristas en todo el mundo desde inicios de la década del año 2000. Por lo tanto, el estatus de los conflictos armados en el mundo es otra de las grandes preocupaciones para contrastar con los éxitos globales en el terreno económico.

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