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La segunda visión de Elena de White sobre el espiritismo moderno
ОглавлениеElena de White recibió su segunda visión sobre el espiritismo moderno el 24 de marzo de 1849. El 24 de agosto de 1850 ella escribió: “Vi que los ‘golpes misteriosos’ eran efecto del poder de Satanás. Algunos procedían directamente de él, y otros indirectamente, por medio de sus agentes; pero todos dimanaban de Satanás. Eran su obra, y la realizaba de distintos modos. Sin embargo, en las iglesias y en el mundo había muchos tan sumidos en densas tinieblas, que se imaginaban y sostenían que esos golpes misteriosos eran obra del poder de Dios. Dijo el ángel: ‘¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?’. ¿Han de ir los vivos a aprender de los muertos? Los muertos nada saben. En vez de acudir al Dios vivo ¿recurriréis a los muertos? Se han apartado del Dios vivo para conversar con los muertos, que nada saben. (Ver Isa. 8:19, 20.)
“Vi que no tardaría en calificarse de blasfemia todo cuanto se dijera en contra de los golpes misteriosos, los cuales se irían extendiendo más y más, con incremento del poder de Satanás, y que algunos de sus adeptos tendrían poder para realizar milagros, hasta para hacer bajar fuego del cielo a la vista de los hombres. Se me mostró que, por los golpes y el mesmerismo, estos magos modernos explicarían aun todos los milagros hechos por nuestro Señor Jesucristo, y que muchos creerían que todas las obras poderosas que hizo el Hijo de Dios cuando estuvo en la tierra fueron hechas por este mismo poder.
“Se me recordó el tiempo de Moisés, y vi las señales y prodigios que Dios obró por su medio delante de Faraón, la mayoría de los cuales fueron imitados por los magos de Egipto; y se me mostró que, precisamente antes de la liberación final de los santos, Dios obraría poderosamente para su pueblo, y que a estos magos modernos se les permitiría que imitasen la obra de Dios”.24
Encuentro que estas pocas y para nada ambiguas palabras son asombrosas, si recordamos que fueron escritas cuando los adeptos al espiritismo eran muy pocos. Es más, Elena de White predijo aquí que llegaría el tiempo en que cualquier crítica hacia el espiritismo sería considerada una “blasfemia”.