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¿Es un hecho criminal hablar en contra de los espiritistas?
ОглавлениеBasándonos en la predicción de Elena de White, no me sorprendería que los gobiernos, comenzando por los de los países occidentales, consideraran un acto criminal el hablar en contra de los espiritistas. Después de todo, ya hay leyes, en los libros, que consideran ilegal que alguien menosprecie la raza, la orientación sexual o las creencias religiosas. Mientras escribo, los jueces canadienses ya están implementando leyes semejantes contrarias a quienes solamente están haciendo oír su derecho a la libre expresión de sus creencias religiosas. En nuestra sociedad “políticamente correcta”, tal vez nos encontramos a solo medio paso de ser encarcelados por hablar en contra del espiritismo.
Note la siguiente declaración, extraída del Centennial Book of Modern Spiritualism [Libro del centenario del espiritualismo moderno]: “Ni los sacerdotes ni la prensa deberían hablar o tocar esta santa palabra ‘Espiritismo’, solo con manos limpias y corazones puros, y los mismos espiritistas deberían honrar su bendito evangelio de inmortalidad”.
La Sra. de White predijo que los especialistas en percepción extrasensorial reconocerían que estos “poderes misteriosos” estaban muy lejos de asemejarse a los trucos humanos del mago más habilidoso. “El poder satánico se incrementará”, escribió esta autora, y algunos “de sus seguidores tendrán poder para obrar milagros”. Los experimentos de la actualidad, en numerosos incidentes de percepción extrasensorial, validan que algo está sucediendo, cuya explicación va más allá de lo humano.
En la Enciclopedia Americana, el fundador del Instituto de Paraspicología de la Universidad de Duke escribió: “La pregunta planteada por el Espiritismo debe ser confrontada como uno de los mayores problemas científicos”.
La visión que recibió Elena de White en 1850 sobre este asunto dirigió la atención sobre dos aspectos que en ese entonces parecían increíbles. Llegaría el tiempo, anunció ella, en que los teólogos y otras personas darían el crédito por los milagros de Cristo a los poderes espiritistas. ¡Cuán acertada estaba!
El segundo aspecto era que, al término del tiempo del fin, “Dios obraría poderosamente para su pueblo, y que a estos magos modernos se les permitiría que imitasen la obra de Dios”.25 (Compare con Apoc. 13:13, 14).