Читать книгу ¡Sana tu intestino! - Hilary Boynton - Страница 15
ОглавлениеTodas las enfermedades comienzan en el intestino
Laura Graye, naturópata
Aproximadamente el 88% de la inmunidad de nuestro cuerpo se encuentra en el revestimiento de nuestro sistema gastrointestinal (GI). Se sitúa ahí fundamentalmente para impedir que los invasores pasen del tracto digestivo al organismo. Con el paso del tiempo, sin las bacterias beneficiosas y el equilibrio apropiado en el intestino, las toxinas, las bacterias oportunistas y los parásitos agujerean la pared que hace las veces de barrera física, pudiendo generar un intestino permeable. Una vez que hay una abertura en el revestimiento de la pared, los patógenos escapan del sistema gastrointestinal, viajan a través del torrente sanguíneo, penetran la barrera hematoencefálica, y causan estragos en las funciones específicas de nuestras células, ocasionando un buen número de enfermedades. ¿Qué hace que un sistema intestinal saludable se desequilibre? Una dieta pobre, el uso de antibióticos, la escasez de enzimas digestivas, alcalinidad, acidez, toxinas químicas, toxinas ambientales, radiación, irregularidad del azúcar en sangre, el estrés y desequilibrios del intestino heredados durante el embarazo y el parto.
Un intestino saludable tiene una ratio aproximada de ocho bacterias beneficiosas por cada dos oportunistas. Además de alimentarse de ciertos tipos de hongos oportunistas (Cándida y otros similares), las bacterias beneficiosas forman una barrera interna de defensa que evita que los patógenos escapen del intestino y ayudan a digerir los alimentos para que puedan transformarse en energía.
Cuando la proporción adecuada está desequilibrada, las bacterias beneficiosas ya no pueden proteger las paredes del intestino. Los patógenos, bacterias oportunistas incluidas, desgastan los enterocitos y atraviesan la pared intestinal. Habiendo escapado o salido del sistema gastrointestinal, los patógenos entran en el torrente sanguíneo como antígenos. Allí desarrollan una respuesta autoinmune, atacan células, atraviesan la barrera hematoencefálica, y crean un entorno propicio a la enfermedad.
Sin embargo, si queremos ver el vaso medio lleno, tenemos una oportunidad de cambiar las cosas. Lo hecho, hecho está y no podemos dar vuelta atrás, pero piensa en el regalo que podemos ofrecer a nuestros hijos y nietos. ¡Debemos aprender a cocinar de nuevo! Debemos difundir lo que hemos aprendido sobre nutrición gracias a las recetas y el acto de amor que implica preparar una comida. Es tan simple como eso. Aunque este libro describe una dieta diseñada para apoyar necesidades especiales, es también un recurso valioso para todo el mundo, elaborado para celebrar las dietas tradicionales de nuestros antepasados. Aquí aprenderás qué alimentos básicos debes almacenar en tu despensa, cómo planificar una comida y trabajar en la cocina y lo más importante, disfrutarás y aplaudirás tu propia comida.
Requiere tiempo y esfuerzo: la Dieta GAPS es rigurosa, pero como todo, se hace más fácil con el tiempo y la práctica. El objetivo vale la pena: la perfecta salud de tu familia. El doctor Weston A. Price descubrió, en la década de 1930, que esto era posible, mientras investigaba sobre culturas indígenas, autóctonas, no industrializadas, que comían alimentos nutritivos y estaban libres de muchas enfermedades. No podemos controlarlo todo en nuestro entorno, por supuesto, pero sí podemos elegir cómo nos alimentamos.