Читать книгу Cuentos de Arena - Hélène Blocquaux - Страница 11
Una lucha de película
ОглавлениеSi Blue Giant no hubiera perdido su máscara aquella noche, el equipo de producción lo hubiera escogido entonces para convertirse en el héroe de la pantalla grande por décadas. ¿Pero en verdad, éste hubiera podido ser el desenlace final del combate de máscara contra máscara contra su archirrival Silver? “El que conserve puesta la máscara terminada la lucha será el héroe de mis próximas películas”, gritó Bartolo el productor sentado en primera fila de las butacas unos segundos antes de que retumbara hasta el techo ya de por sí estropeado de la arena el silbato estridente. El aviso surtió efecto. Los dos contrincantes retiraron sus capas y las lanzaron cerca del público que se levantó con la esperanza de quedarse con una prenda de sus estrellas. Detrás de las máscaras, dos gladiadores se retaban en la cúspide de su rivalidad, gestada desde su primer mano a mano meses atrás, jugándose sus respectivos destinos cinematográficos.
El público ansiaba descubrir el rostro del perdedor o, por qué no admitirlo, el nombre verdadero del técnico adulado. Pero la tercera caída revirtió todas las apuestas, cuando, a pesar de su elasticidad espectacular, Blue Giant no logró aplicar una de las llaves de su creación. Silver logró liberarse del último movimiento que estaba a punto de inmovilizarlo y rindió a su contrincante con la llave que llevaba su propia firma: la Silveriana. Sobre los tres golpes en la lona, Bartolo tachó sin pestañear, de un trazo de pluma, el nombre de Blue Giant en el contrato de exclusividad para filmar una serie de películas sobre el deporte del pancracio. Se acercó al triunfante de la noche para conseguir su firma al calce del documento. Mientras tanto, las aficionadas descubrían los rasgos del ídolo caído con un suspiro de satisfacción, aunque hubieran preferido conocer los del enmascarado cuya identidad permanecía intocada. Los hombres por su parte festejaban con grandes ovaciones el nombre de Silver.
De haber conseguido la tapa de su adversario en aquella fecha, la fama del legendario Blue Giant como actor hubiera alcanzado entonces la del gladiador afamado y todo el cine de luchadores hubiera llevado el sello de una sombra azul en vez del color plateado del equipo mítico de su rival. Cuando caen las máscaras es para siempre, al menos que el luchador espere un tiempo razonable antes de crear un nuevo personaje para ofrecer a la aguerrida afición. A partir de entonces, el personaje de Silver empezó a invadir las salas oscuras mientras que la carrera de Blue Giant despuntaba sobre las cuerdas del ring con sus míticas llaves aéreas.