Читать книгу Desde la universidad a la sociedad - Patricio Donoso Ibáñez, Ignacio Sánchez Díaz - Страница 23
ОглавлениеCalidad 2.0: El desafío pendiente
Los últimos anuncios presidenciales en materia de educación superior han permitido retomar el diálogo. Es importante valorar que el tema sea prioritario en la agenda del país y todo lo que han hecho los estudiantes para lograrlo. Hoy la juventud nos está pidiendo con fuerza que apoyemos a los sectores más vulnerables y que seamos coherentes en nuestro actuar. Pero los jóvenes también deben entender que, como en todas las negociaciones, las partes deben debatir y ceder en algunos puntos, especialmente si lo estamos haciendo por el bien del país.
Pero ninguna intención, por buena que sea, será efectiva si no se pone énfasis en la calidad. Debe ser una aspiración y un deber en la educación preescolar, básica y media, de modo que permita un acceso en condiciones similares a nuevos estudios u opciones laborales para todos. La mayoría de los problemas que hoy observamos en alumnos de educación superior tiene su origen en batallas perdidas en la etapa escolar. Solo un dato: el 9% de los estudiantes que provienen de establecimientos privados obtiene el 70% de los mejores puntajes en la PSU. Son numerosas las pruebas nacionales e internacionales que hablan de la inequidad en la formación inicial, que luego se perpetúa en las etapas siguientes. Por este motivo, una tarea prioritaria debe estar enfocada a formar buenos profesores de educación básica y media, y a entusiasmar a los mejores para que hagan un aporte a Chile en este campo. Se hace necesario dignificar la carrera docente, pero eso se logra con una evaluación exhaustiva de las propias deficiencias, propuestas de mejoras concretas y mucho trabajo.
Calidad en la educación en todas las etapas de la vida es la demanda urgente y es también lo que verdaderamente hará de Chile un país con igualdad de oportunidades.
En el ámbito de la educación superior se requiere contar con equipos académicos sólidos, con currículos probados y niveles de exigencia adecuados. Es fundamental que existan procesos de calificación exigentes que desafíen la tarea académica, que llamen a nuestros profesores e investigadores a perfeccionar su quehacer en forma permanente. Debemos ser capaces de responder a las demandas de la sociedad y encuadrar nuestra labor en un apego irrestricto a la ética y a las leyes vigentes. No sacamos nada con aumentar los recursos si los alumnos reciben una preparación deficiente.
Es fundamental que se mejore la fiscalización y se eleven los requerimientos para la acreditación de todas las instituciones. No es posible que hoy existan entidades que tienen años de acreditación inferiores a la duración de las carreras que dictan. Se requiere, además, una mayor transparencia en la información para que los jóvenes, sus padres y la sociedad en general tengan una visión más clara de los diferentes tipos de instituciones del país, sus características, los programas que ofrecen y los resultados en materias como calidad de los alumnos, retención, empleabilidad y sueldos de sus egresados.
Por ello valoramos que el Gobierno plantee un camino de reformas, que la fuerza de la juventud nos interpele y que nos demos el tiempo para iniciar mesas de trabajo en las que participen todos los actores. Calidad en la educación en todas las etapas de la vida es la demanda urgente y es también lo que verdaderamente hará de Chile un país con igualdad de oportunidades.
Publicado en el diario La Tercera el 10 de julio de 2011.