Читать книгу Conflicto armado en Siria - Janiel Melamed Visbal - Страница 19
ANTECEDENTES DE LAS RELACIONES ENTRE ESTADOS UNIDOS Y SIRIA
ОглавлениеPara los Estados Unidos, el norte de África, el Medio Oriente y el golfo Pérsico en general han sido regiones absolutamente críticas en sus intereses desde el descubrimiento y explotación a gran escala de sus riquezas energéticas a principios del siglo XX. Tal como lo explica Elrich (2014), después de la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos se han consolidado como el principal actor foráneo con influencia en estas zonas, al punto que sus principales compañías petroleras controlan o han controlado directa o indirectamente −mediante acuerdos con las elites locales dominantes− las enormes riquezas energéticas provenientes de Arabia Saudita, Kuwait, Iraq, Irán y los Emiratos Árabes Unidos.
En este orden de ideas, los antecedentes más representativos de la relación entre los Estados Unidos y Siria necesariamente deben presentarse alrededor de la problemática realidad evidenciada durante la Guerra Fría. La evolución de esta rivalidad en Medio Oriente puede dividirse en cuatro fases fundamentales. Una primera fase (1946-1955) caracterizada por el antagonismo soviético con Estados Unidos y otras potencias occidentales, en especial a partir de Estados no árabes que se ubicaban cerca de las fronteras soviéticas, particularmente Irán y Turquía. La segunda fase (1955-1974), a partir de la consolidación de la URSS como aliado de regímenes árabes de corte nacionalista, en franca oposición al dominio norteamericano en la región. La tercera fase (1974-1985) es especialmente importante por el escalamiento de la tensión hegemónica entre soviéticos y estadounidenses a través de sus aliados. Finalmente, la cuarta fase (1985-1991) estuvo condicionada por un desescalamiento de algunas de las hostilidades que la Guerra Fría había ocasionado en la región, a partir del liderazgo de Mijail Gorbachov y su nuevo modelo político (Halliday, 2005). En consecuencia, a lo largo de estas fases, las relaciones entre Estados Unidos y Siria fueron complejas, tensas y ocasionalmente agresivas, pues gravitaron entre importantes episodios de hostilidad hasta, cuando las circunstancias lo ameritaron, momentos de discreta cooperación (Zisser, 2003).
El colapso del bloque soviético trajo una reaproximación de la política exterior en Siria. De acuerdo con Ortiz de Zárate (2016), a partir de entonces el régimen de Hafez al-Assad experimentó un breve proceso de rehabilitación en la esfera internacional desde su encuentro con el presidente George Bush (padre) en 1990, el restablecimiento diplomático con el Reino Unido el mismo año, su participación en la Conferencia de Paz para Medio Oriente en 1991 y, fundamentalmente, su acomodo frente a la guerra del golfo Pérsico luego de la invasión iraquí a Kuwait. Sin embargo, el nuevo milenio estaría determinado por nuevas convulsiones internas y regionales. La muerte de Hafez al-Assad significó la puesta en marcha de un apresurado proceso de sucesión que era visto con desconfianza por muchos actores regionales y terminaría radicalizando en gran medida la política antiamericanista del país.