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Estela de Restauración Valle Real de Amarna y la Necrópolis de los nobles

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Akenaton y su corte en Amarna, al igual que en el Valle de los Reyes en Tebas Ajetaton (Tel el–Amarna) también se excavaron tumbas reales, pero en este caso solo par una familia real. La familia de Akhenaton. El Valle Real y si tumba principal, la TA26, esconde la clave de los acontecimientos que llevo a la ruina el proyecto de Aton.

El Valle Real, hundido en una árida meseta, recibe el nombre de Wadi Abu Hasah el Bahri. Dada su posición y estructura, las lluvias torrenciales que se abaten ocasionalmente en la zona, forman torrentes de agua que limpian los canales y los distritos de la zona. De este modo, fragmentos y escombros de las diversas tumbas que allí se encuentran, son arrastrados más allá de su desembocadura. Los habitantes de la zona, conocedores de este hecho, han buscado allí restos de piezas arqueológicas desde tiempos remotos para su comercialización.

Este comercio ya comenzó en 1882, siendo las primeras piezas encontradas en el Valle Real (hoy en el Real Museo Escoses de Edimburgo) al reverendo W.J. Loftie, y continúo hasta que la pista llevo a los descubrimientos oficiales de la tumba real. Desgraciadamente, el descuido de la zona hasta nuestros días ha permitido que la mayoría de los relieves de la tumba real hayan sido expoliados. Parece que el destino ha querido deshacerse del “rey hereje” ya que además de perderse la mayoría de los restos arqueológicos de la zona en este siglo, también se perdieron dibujos y fotografías de la expedición francesa.

Además de la Tumba Real, existen otros hipogeos en la roca, solo cuatro tumbas alcanzan modestas dimensiones, disponiendo la mayor de ellas una majestuosa entrada, escalera dividida para el descenso de un pesado sarcófago y cámara en una longitud de unos 40 metros. Esta particularidad en la escalera, que también incorpora la TA26, indica la posibilidad de que estuviese concebida para un soberano, seguramente Smenjkara, pero nunca fue completada.

Otra de ellas, de elaborada estructura, pudo haber sido elaborada, según C. Aldred, para el toro Mnevis de Heliopolis, cumpliendo así Ajenaton la promesa grabada en una estela de enterrar a ese toro en la ciudad de Aton.

Otra tercera tumba digna de mención, es la que se encuentra frente a la TA26. Esta tumba también inconclusa muestra un largo pasillo de entrada. Al igual que la TA26 y que la tumba Wasi Principal antes mencionada, esta refleja la nueva estructura de eje recto (que copiara en el Valle de los Reyes), indicando esta circunstancia la posibilidad de que estuviese concebida para otro miembro de la familia real. Al ser el ancho del pasillo de dimensiones más modestas y no incorporar la nueva rampa en la escalera, podemos pensar que no estaba dirigida al rey, pero si a alguien muy importante dentro de la familia real (Nefertiti o Maritaton).

Otra tumba con inicio de eje recto, aunque de menor tamaño, es la tumba situada frente a la TA 26. Tras la escalera de corte clásico, un pasillo en rampa se abre una pequeña cámara inconclusa.

Su estructura y posición puede indicar que estaba concebida para un miembro de la familia real de segundo orden. Quizá para una segunda reina como Anjesenpaaton o la misma Kiya. Pudo ser aquí donde se enterraron los cuerpos de Nefernefrure y Setepenre.

La falta de datos arqueológicos y el estado inconcluso de la tumbas impiden saber los propietarios de las tumbas anexas del Valle Real.


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