Читать книгу Entrenamiento de base en el fútbol sala - Jesús Velasco Tejada - Страница 7

Оглавление

INTRODUCCIÓN

Desde el primer momento en que empezamos a entrenar a jugadores jóvenes (fue de manera conjunta en el equipo juvenil de los H. H. Maristas, en 1991 en Toledo) nos preguntamos cómo podríamos enseñar las tareas que queríamos que aprendieran de una manera eficaz y sobre todo amena, pues éramos conscientes como jugadores de que si uno no se divierte es muy difícil que progrese. Fue a partir de entonces cuando ya empezaron a llamar nuestra atención los procesos de enseñanza-aprendizaje de las tareas motrices y la íntima relación que el aspecto motor tiene con el psicológico para conseguir una buena ejecución motriz.

La labor del entrenador con los jóvenes en cuanto a mentalización sobre el objetivo que cada jugador tiene cuando practica es muy importante. No sirve de nada intentar enseñar a un jugador los mejores gestos técnicos o tácticos si éste no está interesado en aprenderlos, por muchas condiciones que tenga o que nosotros veamos en él. Por esto creemos que es importante nuestra labor como entrenadores para enseñar divirtiendo, porque crearemos el hábito del juego por sí mismo, que es el primer paso para conseguir un futuro gran jugador, un jugador con el interés por aprender para mejorar. Muchos de los abandonos en la práctica deportiva y gran parte de los estancamientos en la progresión vienen provocados, desde luego inconscientemente, por la acción incorrecta de nosotros, los entrenadores.

Nuestra primera intención al elaborar este libro es cubrir un espacio vacío del entrenamiento de nuestro deporte en una edad sobre la que no hay apenas bibliografía (categoría juvenil, que englobaría las edades comprendidas entre 16 y 18 años), y además tratar de esclarecer en la medida de lo posible el tipo de trabajo que como entrenadores debemos desarrollar con los jugadores para facilitarles el aprendizaje de las acciones del juego en el fútbol sala, pero de la manera más práctica posible y aprovechando los puntos de vista del entrenador y del jugador.

Creemos que todos, ya sea desde el plano del jugador o del entrenador, nos hemos planteado alguna vez hasta qué punto lo que hacemos en la sesiones de preparación nos sirve para conseguir esa mejora que se presupone perseguimos con el entrenamiento. Seguramente, en un principio, tanto jugadores como entrenadores estaremos de acuerdo en que es necesario el proceso de entrenamiento como aspecto fundamental para la mejora tanto del jugador como del entrenador, cada uno en su campo. Seguramente no habrá muchos jugadores o entrenadores profesionales que no estén convencidos de esto; pero otra cosa es el tipo de sesiones que se hagan y la duración de este proceso para alcanzar el nivel de rendimiento perseguido. Generalmente es en cómo se llevan a cabo los entrenamientos donde surgen las diferencias, al no entender o no compartir unos lo que el otro entiende como necesario hacer para preparar los partidos. Con el fin de mejorar en este aspecto desde el mismo comienzo de la práctica en edad benjamín, decidimos hacer una progresión del trabajo que creemos se debe realizar en cada categoría, de forma que a lo largo del tiempo se pueda adecuar la dificultad del entrenamiento con la capacidad de los jugadores para asimilar este entrenamiento. Este libro va enfocado a la parte correspondiente de esa progresión en la categoría juvenil, desarrollada en todos los ámbitos que a nuestro entender se deben trabajar para alcanzar la capacitación de los jugadores a la hora de participar en la competición adulta. Debemos tener presente, no obstante, que esta etapa no está aislada de las demás, por lo que también veremos su conexión con las anteriores y con las posteriores, ya que en muchas ocasiones será difícil entender un momento concreto del proceso sin saber en qué nos hemos basado para llegar a él o qué queremos conseguir después de que haya sido asimilado por los jugadores.

Autores como J. Sampedro (1993) tratan la categoría juvenil como la cuarta etapa de aprendizaje en nuestro deporte, dejando entrever la necesidad de la existencia de una etapa superior entre ésta y la senior. Esta supuesta etapa intermedia entre la juvenil y la senior (que por ejemplo existe en otros países, como Italia) serviría para adaptar mejor al jugador a una alta competición, al dejar más tiempo para preparar al futuro jugador el paso de un nivel a otro, pero por otro lado “envejecería” la máxima competición, pues a ella llegarían menos jugadores de entre 18 y 21 años al tener éstos ya un campeonato organizado en el que participar. Otra supuesta ventaja de esta categoría Sub-21 radicaría en que estos jugadores tendrían la oportunidad de jugar un mayor número de partidos anuales, ya que tendrían la opción de jugar en su competición y al tiempo hacerlo también en algún equipo senior, ya sea de la máxima categoría o de otras, según la capacidad de cada uno.

Tomando el aspecto de la formación del futuro jugador, coincidimos con el autor antes citado en que el proceso de aprendizaje es progresivo, y que es imposible entender el entrenamiento en edad juvenil sin haber tenido presentes previamente todas las etapas anteriores en el desarrollo psicosomático del individuo (entendido éste como la aglutinación de los aspectos emocional, biológico, fisiológico, social, etc.) y en su conocimiento del carácter estructural del fútbol sala (aspectos técnico, táctico, estratégico, reglamentario, etc.). La principal razón de la existencia de este libro es contribuir a conseguir, en los jugadores que finalizan su etapa de formación como practicantes, los hábitos deportivos correctos a la hora de comenzar su vida deportiva dentro de la edad adulta. Y si además puede ayudar a que algunos de ellos lleguen a ser profesionales y eleven el nivel de nuestro deporte, el objetivo perseguido se verá más que cumplido.

La importancia de esta última fase del aprendizaje radica en que hay que tratar de inculcar en el jugador el gusto por aprender, mejorar y competir. Y este gusto se puede perder si el practicante no entra en la edad adulta preparado física, mental y emocionalmente. Como entrenadores debemos tratar de conseguir que el mayor número de nuestros jugadores se adapten sin problemas, en principio independientemente del nivel competitivo en el que vayan a competir, a la vida deportiva adulta. Para ayudar a los futuros jugadores a rendir óptimamente debemos respetar su proceso de formación e incentivarlos con una metodología de entrenamiento acorde con cada edad y con cada nivel de rendimiento.

Hay que tener presente que la práctica adecuada del fútbol sala en alta competición tiene gran dificultad, por lo que el proceso de aprendizaje de los gestos y acciones a realizar debe seguir las pautas correctas en cuanto a metodología (utilización de la ordenación de los ejercicios que me permitan conseguir el objetivo deseado), planificación (realización del entrenamiento previsto en cada fase del aprendizaje) y didáctica de la enseñanza (estrategias utilizadas para conseguir el objetivo fijado).

Por tanto, este libro va dirigido a todas las personas implicadas de alguna forma en la enseñanza-aprendizaje de nuestro deporte, con mayor orientación a la etapa anterior a la de máximo rendimiento y al entrenamiento de jugadores jóvenes.

Decir también que la intención con la que se ha realizado es para que sirva de apoyo en el entrenamiento, la planificación y la competición, y nunca como un diario de entrenamientos. Consideramos un peligro la utilización de este libro como un manual de ejercicios y creemos que sería un error usarlo como tal, pues ése no es el fin que persigue. Su razón de ser es provocar en el entrenador la inquietud de utilizar en cada momento la metodología adecuada, siempre teniendo presentes las características del grupo al que entrena. Para que el entrenador pueda enseñar a pensar a sus jugadores en la cancha es de vital importancia que él mismo sea capaz de racionalizar, y esto lo conseguirá utilizando los medios de que dispone (la metodología, la planificación y la didáctica), tratando de adaptarlas a su grupo en concreto.

Nos gustaría que cualquier persona con cierta inquietud sobre el tema pueda tener acceso a las ideas que en el libro hemos plasmado y que éstas le sirvan de ayuda en su actividad deportiva, pero al mismo tiempo hemos querido darle un cierto carácter científico. Por ello en ocasiones el texto será muy teórico, sin conexión aparente con la realidad del juego, pero ésta se verá plasmada en su momento con explicaciones prácticas que servirán para entender la relación, algunas veces poco clara, entre teoría y práctica.

Desde aquí queremos hacer un llamamiento a todos los entrenadores y a aquellos que querrán serlo algún día (incluyéndonos a nosotros mismos), y más adelante insistiremos en ello, para que tengamos clara nuestra función dentro de este deporte, y más en concreto en la categoría juvenil. No debemos olvidar, y el que lo haga se equivocará, que los verdaderos protagonistas del juego son los jugadores, nunca nosotros, y que la función del entrenador es preparar a sus pupilos para practicar de forma eficaz un deporte colectivo. Todo nuestro trabajo encaminado a este fin será positivo de un modo u otro, aunque en algunas ocasiones tengamos la sensación de no haberlo hecho tan bien como hubiéramos querido. Con esta mentalidad evitaremos el peligro de querer obtener el rendimiento máximo de los jugadores en una edad en la que no están preparados para darlo. No hemos de olvidar que la etapa juvenil es, todavía, una etapa de formación del jugador, aunque sea la última, y que en ella el jugador no está formado ni física, ni mental, ni emocionalmente, por lo que no debemos anteponer un resultado o un determinado rendimiento a otras facetas del juego que en ese momento del desarrollo del jugador pueden ser más importantes.

Entrenamiento de base en el fútbol sala

Подняться наверх