Читать книгу Ganar con la cabeza - Joaquin Dosil - Страница 11

Оглавление

Como ocurre al acceder a cualquier puesto nuevo (en tu caso el de ser un lector activo), empezamos por hacer una evaluación inicial que tiene como finalidad establecer en qué condición te encuentras para ganar con la cabeza.

Puede considerarse que la habilidad de un jugador en el campo consta de cuatro elementos:

– El talento del jugador.

– La preparación y las cualidades físicas del jugador.

– La preparación mental y las habilidades mentales del jugador.

– La habilidad del jugador.


La habilidad en el campo = Talento + destreza + habilidad física + habilidad mental.

Al hablar de talento nos referimos al potencial innato con el que ya nace cada jugador.

Destreza es aquello que el jugador ha aprendido por medio del entrenamiento, viendo repeticiones en vídeo y por la experiencia acumulada durante su carrera.

Por habilidad física se entiende todas las características corporales (altura, fuerza, etc.) y el estado de forma del jugador.

Habilidad mental es el grado de preparación que se tiene para jugar y el control que se ejerce sobre los componentes mentales (concentración, creer en tu capacidad, autoconfianza, dominio del estrés, control emocional, etc.).

Anota el porcentaje en que tú creas que cada uno de estos elementos (talento, destreza, habilidad física y mental) contribuye al éxito de un jugador en el terreno de juego (si estás implicado de alguna manera en el fútbol –si eres entrenador, árbitro, jugador, etc.– piénsalo para ti mismo; si no, piénsalo para jugadores que conozcas).

Talento ………………….. %

Destreza ………………… %

Habilidad Física ………… %

Habilidad Mental ……….. %


En esta evaluación ¡no hay respuestas correctas! El único fallo, en nuestra opinión, en la valoración de estos elementos, es la creencia de algunos jugadores de que el elemento más importante es el talento. ¡Aquellos jugadores que consideran que el talento es lo más importante para triunfar, creemos que se equivocan!

Si fuese así, y el talento fuese el elemento más importante para el éxito de un jugador, no debería haber diferencia alguna en el rendimiento de un jugador de un partido a otro, o entre las sesiones de entrenamiento y los partidos, ¡porque el talento es algo innato y no varía de un partido a otro!

Sin embargo, en la realidad, sabemos que tal situación no se da.

En contra de la opinión de que es el talento el elemento que más contribuye al éxito, un gran número de deportistas de todo el mundo y de distintas disciplinas deportivas aseguran que el 90% de su éxito se debe a su capacidad mental.

Según ellos, en el deporte profesional de alto nivel no hay grandes diferencias entre los atletas en los otros elementos. Todos tienen talento, destreza profesional y están bien entrenados físicamente. La única diferencia entre estos jugadores viene dada por su grado de preparación mental y de fuerza mental.

La fuerza mental que hace que un jugador haga gala de sus mejores habilidades con consistencia, incluso en el partido más importante, es lo que marca la diferencia en el éxito de los jugadores.

Pero incluso si no estás de acuerdo con esta opinión, podemos adjudicarle el mismo peso específico a cada uno de los cuatro elementos (talento, destreza, habilidad física y habilidad mental). Es decir, a cada uno de los elementos le adjudicamos un peso específico del 25% en el éxito de los jugadores en el campo.

La conclusión práctica sería que deberías invertir el mismo tiempo en entrenar y trabajar cada uno de esos elementos.

Peldaño 2: Entiende que las habilidades mentales influyen de forma importante en la calidad de tu juego

Por consiguiente, debes entrenar y desarrollar estas habilidades. Mejorar tus habilidades mentales tendrá un efecto inmediato en la mejora de tus habilidades en el campo.

¿Cómo se hace?

Los equipos y los jugadores emplean la mayor parte del tiempo en desarrollar destrezas individuales y de equipo y en mejorar la forma física. El resultado es que los futbolistas llegan al máximo nivel de destreza y condición física, pero les resulta muy difícil seguir progresando. Ello es consecuencia del poco tiempo que dedican a desarrollar sus destrezas mentales. Y eso es algo que hay que mejorar. Es decir, para mejorar su habilidad en el terreno de juego lo único que tendrían que hacer es avanzar y desarrollar su potencial mental.

Cualquier mejora en la habilidad mental de los jugadores, por muy pequeña que sea, tendrá como efecto inmediato una mejora de su habilidad en el terreno de juego.

Trabajar la habilidad mental debería ser como entrenar el físico. Del mismo modo que a diario trabajas tu condición física, deberías también perseverar con tu entrenamiento mental.

Si nunca llegas a un punto en el que te dices “ya he alcanzado el tope máximo de mis habilidades físicas, no necesito entrenar más”, así deberías enfocar también el entrenamiento de tus habilidades mentales. Ésta debería ser una práctica indispensable en tus entrenamientos, y deberías llevarla a cabo todos los días, como preparación antes de los partidos, durante los partidos y al final, y así sin interrupción.

¿Cuánto puedes mejorar?

La respuesta a esta pregunta también depende de tu talento, de tu condición física y de tu destreza. Si Ronaldo (o cualquier otro jugador que merezca tu respeto) está situado en lo más alto de la escala de potencial individual, y tú te encuentras unos niveles por debajo de él, no esperes que desde el momento en que empieces a trabajar tus habilidades mentales ya te pondrás a su nivel. Sin embargo, podemos prometerte que serás capaz de subir uno o más niveles de esa escala. E incluso es posible que también llegues a alcanzar el nivel de potencial de Ronaldo (aunque no cabe duda de que también Ronaldo puede ser mejor jugador si ha seguido trabajando más sus habilidades mentales).

¡Si eres capaz de mostrar una habilidad cercana a tu máximo potencial en la mayor parte de tus partidos es que has empezado a ascender los peldaños que llevan a la perfección!

¡Los futbolistas, ya sean profesionales que ganan millones o jugadores jóvenes, son sólo seres humanos!

Todo lo que nos influye a nosotros como seres humanos también influye a los futbolistas y, normalmente, de forma más acusada, debido a la dificultad física y mental del fútbol.

Sólo con que del libro aceptes este enfoque ya habrás dado un gran paso adelante. Aunque parezca una tontería, la mayoría de la gente del fútbol y de su entorno han olvidado que sólo son seres humanos. Y este problema se hace aún más complicado porque los mismos jugadores llegan a olvidar también que son humanos y la mayoría de ellos creen que no es necesaria una preparación mental especial. Lo único que les importa es el convencimiento de que siempre pueden dar lo “máximo”. Y todo ello sin tener en cuenta que el futbolista pasó la noche sin dormir, o discutió con su novia/esposa horas antes del partido, o que no está a gusto con el entrenador o con los otros jugadores del equipo. Según esa creencia, ninguno de los factores que acabo de mencionar tendrá influencia alguna sobre el futbolista, y si está tenso antes del partido, esa tensión la olvidará en cuanto salte al terreno de juego.

Para ilustrar lo que queremos decir, volvamos a la final de la Copa del Mundo de Francia 1998 y a Ronaldo. La decisión del jugador de jugar el partido, y la decisión del entrenador de permitírselo, a pesar de los acontecimientos que le habían afectado en las horas previas al partido, es un buen ejemplo de desconocer (tanto por parte del futbolista como del entrenador) que el jugador es sólo una persona. Sólo desde esta perspectiva se puede entender su participación en el partido y que se esperase que pudiera rendir a su nivel normal (recordemos que sufrió un colapso físico y mental la noche antes del partido).

Ronaldo es humano y los resultados se vieron en el campo

Otro ejemplo en otro deporte lo encontramos en el baloncesto. Todo el mundo estará de acuerdo en que Michael Jordan, además de tener un talento físico y una técnica excepcionales, es también uno de los atletas con mayor fuerza mental (recuerda que la consistencia es la característica principal de la fortaleza mental). En una entrevista en televisión cuenta que, en los partidos de casa de los Chicago Bulls, su mujer y sus hijos siempre ocupaban los mismos asientos. Y que le resultaba difícil concentrarse en el partido hasta que los veía allí sentados. En otras palabras, que incluso él tenía problemas para concentrarse y preparar el partido cuando algo relativo a su familia le preocupaba.

Después de derrotar a los UTAH Jazz en su trayectoria rumbo a su sexto campeonato de la NBA, le dijo a un periodista que lo que ahora quería era estar con su mujer y con la familia. Pero no se los llevó a UTAH para que presenciasen el último partido de su carrera, porque sabía que su presencia le distraería y no le permitiría concentrarse en el partido. Ésas son palabras suyas, no mi interpretación, y no son las palabras de un jugador joven, sino las de uno en la cumbre de su potencial mental.

¡La verdadera fortaleza mental aparece en cuanto aceptas que sólo eres un ser humano! Ni eres Super-mán ni una estrella, aunque lo digan los periódicos. ¡La verdadera fortaleza te la da el conocer tus debilidades!

¡Las estrellas brillan sólo en el cielo, e incluso allí forman grupos!

Como atleta, trabajas a diario todos los músculos de tu cuerpo, para desarrollarlos y fortalecerlos. Pero hay un músculo que no recibe ese mismo entrenamiento:

El “músculo” que hay dentro de tu cabeza. ¡Pensemos, a modo de ejemplo, en nuestro cerebro/mente como un músculo, y diseñemos un programa completo de entrenamiento para el “músculo” que hay dentro de nuestra cabeza!

¡Si crees que dentro de ti llevas más fútbol de lo que se refleja en tus partidos, es hora de ponerte a ejercitar tus habilidades mentales!

En los capítulos de este libro encontrarás distintos temas relacionados con la fortaleza mental. Con su ayuda irás aprendiendo a mejorar.

Si “juegas este partido con nosotros”, de principio a fin, tienes garantizado el éxito.

Como estamos escribiendo sobre un deporte de equipo, tu éxito personal depende de tus compañeros y del equipo. Ésa es la razón por la que en algunos capítulos resaltaremos los aspectos colectivos del juego, y cómo tú como jugador individual puedes influir en el equipo.

Resumen

– Todos somos seres humanos, nada más.

– Las habilidades mentales tienen una influencia importante en tu rendimiento en el campo.

– Para llegar a ser fuerte mentalmente, el primer paso es conocer tus debilidades.

– El entrenamiento de la fuerza mental debe hacerse de igual manera que se hace el entrenamiento físico.

– No existen las soluciones mágicas. Sólo existe el trabajo duro, que trae los resultados.

– Ven con nosotros hasta el final del libro, ponte a entrenar y llegarás a ser mejor jugador.

Rincón del entrenador

Nos gustaría que entendieras dos cosas en este libro:

1. Que los jugadores (y los entrenadores) no son más que seres humanos

Si un jugador quiere llegar a jugar con consistencia todos los partidos, tiene que desarrollar su fortaleza mental. A un entrenador le preguntaron en una entrevista cómo hacía frente a la presión/estrés de sus jugadores. Respondió que él les dice: “¡Quitaos la presión de encima!”, y ya está el problema resuelto.

La presión no se controla con una orden, por mucho que lo intentes. Sin el método correcto es misión imposible.

2. Que cada jugador es una persona distinta y única

Es imposible alcanzar el potencial máximo de todos y cada uno de los futbolistas si los tratas a todos por igual. Esto es así en lo que respecta a su preparación física y sin duda también es válido para la habilidad mental (el nivel de motivación adecuado para un determinado jugador puede significar para otro un nivel de presión que le impedirá dar un rendimiento normal).

Éstos son los temas que trata este libro.

¡Los jugadores no son más que seres humanos, y cada uno es una persona única en sí! ¡Los entrenadores también son sencillamente seres humanos, y cada uno de ellos es un ser único!

Ganar con la cabeza

Подняться наверх