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Capítulo 1
FASES DEL JUEGO

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La mayoría de autores buscan una teoría del contenido de los juegos deportivos colectivos que privilegie básicamente un modelo de organización dualista. De forma irreversible, el jugador es totalmente solidario con todos sus compañeros de equipo y totalmente rival de todos sus adversarios. Esta oposición crucial en dos bloques antagonistas es reseñada por la unidad de tiempo, espacio y la acción. De hecho, el término «organización dualista» define en general un sistema en el que los miembros del juego están divididos en dos grupos que poseen límites rigurosamente fijos, en el interior de los cuales se mantienen relaciones complejas de cooperación y diversas formas de rivalidad (deportiva) con el equipo adversario.


Más allá de este punto referencial de base, la organización dualista establece igualmente, en un segundo momento, un cuadro de lucha permanente por la posesión del balón que conjuga dos fases fundamentales de juego: el ataque (proceso ofensivo), determinado por la posesión del balón, y la defensa (proceso defensivo). De hecho, el elemento material fundamental del juego en el cambio de las elecciones y de los objetivos tácticos momentáneos de cada equipo es el balón. Así, se constituye «como el eje a partir del cual se puede alcanzar un número infinito de relaciones abstractas… suscitando las relaciones interpersonales y la lucha entre los dos equipos» (Menaut, 1983), dotando a los sucesivos poseedores de responsabilidades específicas. Bajo estas circunstancias, el juego del fútbol evidencia dos procesos perfectamente distintos que reflejan clara y fundamentalmente diferentes conceptos, objetivos, principios, actitudes y comportamientos técnico-tácticos, que están determinados por la condición «poseer o no el balón» (proceso ofensivo y proceso defensivo, respectivamente). Sin embargo, estos dos procesos, aunque están elaborados sobre una verdadera oposición lógica, en el fondo son el complemento de otro, es decir: cada uno está fundamentalmente implicado en el otro. De hecho, en nuestro análisis estructural del contenido del juego del fútbol reconocemos interinamente que la totalidad de un proceso está en la totalidad del otro. Esto significa, en otras palabras, que la identificación, definición y clasificación de un nuevo elemento perteneciente a uno de esos procesos lanzará siempre sobre el otro una luz suficiente para identificar el elemento que se halla directamente en oposición. Según Teodorescu (1984), «el contenido técnico o táctico del juego se desarrolla en un cuadro antagónico de dos fases fundamentales de ataque y defensa, que se manifiesta tanto individualmente (lucha entre el atacante y el defensa) como colectivamente (lucha entre el ataque y la defensa). Cada elemento del juego (ataque o defensa) intenta romper el equilibrio existente (teóricamente) y crear ventajas que le aseguren el éxito». Para alcanzar este objetivo, comenta el mismo autor (1984), «es necesario encontrar procedimientos técnicos específicos, para el ataque y para la defensa, así como una forma más eficaz de utilizarlos y valorarlos y que conduzca claramente a su organización-estructuración (lo que presupone el desarrollo y la coordinación racional de las acciones), bajo la forma de acciones individuales y colectivas»… «para desarrollar el juego es, por lo tanto, necesario establecer principios, reglas, formas, así como otros elementos, a través de los cuales se asegure el éxito, tanto en el ataque como en la defensa». «El espacio crucial del juego es el hecho de tener o no la posesión del balón. El equipo que tiene la posesión del balón ataca; cuando no tiene la posesión del balón, defiende. En este contexto, sea cual sea la posición del jugador dentro del equipo, será siempre un potencial atacante o defensa cuando su equipo tiene o no la posesión del balón.» (Hughes, 1990) Además, resulta igualmente un lugar de contrastes, comenta el mismo autor (1973): «Un jugador, cuando aprende a presionar a los adversarios, debe igualmente saber cómo aliviar la presión cuando su equipo tiene la posesión del balón. Ésta es la base del juego y su principal atracción». Desde esta visión dualista del juego, podemos subdividirla en dos fases fundamentales: el proceso ofensivo –ataque– y el defensivo –defensa–.



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