Читать книгу Tratado general de fútbol - Jorge Castelo - Страница 21
OBJETIVOS
ОглавлениеLa posesión del balón no es un fin en sí y se vuelve utópica si no se considera conscientemente el primer paso indispensable en el proceso ofensivo y condición sine qua non para la concreción de los objetivos fundamentales:
• Progresión/finalización
Inmediatamente después de recuperar la posesión del balón, el objetivo fundamental del equipo consiste en progresar en dirección a la portería contraria, de forma rápida y eficaz, evitando al máximo las interrupciones en este proceso. La maximización de este objetivo conlleva:
1. Continua inestabilidad del equipo adversario desequilibrándolo en su organización defensiva y creando constantemente las condiciones más favorables en términos espaciales, temporales y numéricos para la resolución táctica de los contextos situacionales del juego.
2. Orientación de todas o de la mayoría de las acciones técnico-tácticas individuales y colectivas que realizan los jugadores en el proceso ofensivo en dirección a la portería contraria.
3. Creación de las condiciones de juego más propicias cuando, estando cerca de la portería adversaria, se pretende la culminación positiva de la acción ofensiva a través de acciones individuales que soportan la fase de finalización (desmarque-remate) con el objetivo de obtener el gol. Perseguir continuamente este objetivo venciendo la resistencia organizada del adversario supone la tarea más importante de todos los jugadores de los dos equipos y se debe tratar de cumplir con la mayor frecuencia posible.
• Mantenimiento de la posesión del balón
La concreción de este objetivo significa evitar el riesgo irracional presente en algunos jugadores que, en diferentes circunstancias del juego, pierden de forma irresponsable la posesión del balón, cuestionando con ello todo el esfuerzo colectivo que determinó su recuperación, así como todos los procedimientos de carácter ofensivo ejecutados hasta ese momento. «Si las acciones individuales o las circulaciones tácticas utilizadas en la construcción y creación de situaciones de finalización no se concretan, se recomienda que se reinicien y no se transformen en una lotería.» (Teodorescu, 1984.) En función de un conjunto de circunstancias inherentes al propio juego, independientemente de la dimensión estratégica y de las tácticas del equipo para ese partido, la resolución de los diferentes contextos situacionales debe prever la imposibilidad temporal de progresar o de atacar la portería adversaria en condiciones que posibiliten un éxito mínimo de las acciones técnicas y tácticas de los jugadores. En este sentido, habiendo o no percibido esas condiciones mínimas, los jugadores deben mantener la posesión del balón con el objetivo de temporizar el proceso ofensivo hasta que esas condiciones existan. Por ello, la maximización de este objetivo presupone:
1. La necesidad de resolver los diferentes contextos situacionales evaluándolos en función del binomio riesgo/seguridad. En este caso, el jugador en posesión del balón tendrá que percibir y evaluar pronosticando de forma realista cuándo hay ventajas e inconvenientes para los objetivos tácticos de su equipo y para la ejecución de este o de aquel comportamiento. Por esto, dentro de un amplio abanico de opciones, es preferible una acción técnicotáctica «de más» antes que otra que entregue el balón al adversario. Una determinada acción técnico-táctica puede no constituir la solución más adecuada para una situación dada del juego, pero permite al equipo mantener la posesión del balón, que es siempre un aspecto positivo.
2. Sentido táctico de los jugadores de que en ciertas situaciones de juego tienen que romper el ritmo de juego del adversario imprimiendo otro más conveniente a su propio equipo o creando una falsa noción de ritmo que proporcione una acentuación de la iniciativa del ataque.
3. Mantenimiento de la iniciativa del juego con el objeto de sorprender a los adversarios y cansarles físicamente obligándoles a jugar bajo una gran presión psicológica y, por último, creando condiciones para que se establezca una crisis de raciocinio táctico.