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LAS ACTITUDES Y LOS COMPORTAMIENTOS TÉCNICO-TÁCTICOS DE LOS JUGADORES

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La estructura del juego, más allá del dispositivo de base (sistema de juego) que posiciona a los jugadores sobre el terreno de juego, establece igualmente las tareas o las misiones tácticas fundamentales que se integran en un conjunto de actitudes y de comportamientos técnico-tácticos generales y específicos.

• Las actitudes y los comportamientos técnico-tácticos de base de los jugadores

En este ámbito podemos encontrar cinco atributos fundamentales que todos los jugadores deben perfeccionar y desarrollar constantemente:

1. Seleccionar una atención que se concentre sobre los aspectos pertinentes del contexto de la situación. De este atributo resulta una costosa observación del comportamiento de los compañeros y los adversarios, condición fundamental para una correcta lectura y valoración de las situaciones de juego.


2. Planificar con anticipación las opciones que hay que decidir para las diferentes situaciones que el juego encierra en sí, reaccionando con un comportamiento distinto ante su imprevisibilidad y transitoriedad.

3. Respetar constantemente los principios establecidos por el equipo durante las fases del juego para que haya un lenguaje común de comunicación entre los jugadores, con el objetivo de aplicar una solución táctica eficaz a las situaciones momentáneas del juego.

4. Buscar fundamentalmente ventajas en términos numéricos, espaciales o temporales con el objetivo de transformar las situaciones del juego en fáciles soluciones tácticas, realizando de esta forma un juego simple y práctico para concretar los objetivos tácticos del equipo.

5. Utilizar todos los medios técnico-tácticos para cooperar constantemente con los compañeros con y sin balón, expresando actitudes en las que el interés colectivo se muestre por encima de los intereses individuales, pues éstos sólo tienen sentido cuando están soportados por la acción colectiva. La ejecución de los procedimientos técnico-tácticos se puede potenciar con determinación, agresividad y eficacia, transmitiendo estas características para aportar mayor capacidad a los compañeros y restar eficacia a los adversarios.


Las actitudes y los comportamientos técnico-tácticos de base de los jugadores en el proceso ofensivo

En el ámbito ofensivo podemos presentar los siguientes atributos fundamentales:


1. Buscar obstinadamente el gol intentando conseguirlo el mayor número de veces, lo que ha de reflejar una concepción y un método de juego concretos previamente establecidos por el equipo.

2. Cambiar, después de la recuperación de la posesión del balón, de una actitud defensiva a otra ofensiva, fundamentada en rápidos movimientos, con objeto de que el adversario no tenga el tiempo necesario para organizar convenientemente sus acciones defensivas, tanto individual como colectivamente.

3. Comprender, cuando estamos en posesión del balón, la responsabilidad de su mantenimiento y la cuota de responsabilidad en la concreción del objetivo del ataque (el gol). Por esto hay que penetrar (con o sin la posesión del balón) siempre que las circunstancias lo permitan, evitando que el adversario directo oriente sus comportamientos técnico-tácticos hacia zonas de juego importantes.

4. Asegurar una ocupación racional del espacio, en consonancia con las necesidades determinadas por las diferentes situaciones del juego por las infiltraciones de los compañeros en otras posiciones y soluciones tácticas, articulando un posicionamiento variable (distancia, ángulo y comunicación) y teniendo en cuenta, más allá del balón, las posiciones relativas de compañeros y adversarios, el estado del terreno de juego, las condiciones climáticas y la zona del campo.

5. Buscar ejecutar constantemente acciones de cobertura-apoyo con el objetivo de hacer la tarea del compañero que tiene el balón lo más simple posible y, al mismo tiempo, crear mayor número de posibilidades para que decida un comportamiento técnico-táctico más eficaz en la solución táctica de las situaciones momentáneas del juego. En este sentido, se debe alejar o aproximar del compañero que posee el balón para crearle espacios, que podrán ser ocupados inmediatamente y explorados por sus compañeros o para hacer un desplazamiento del adversario directo hacia una posición más desfavorable, en sintonía con el trabajo del equipo.

6. Utilizar todo el espacio de juego (amplitud y profundidad en la búsqueda permanente de la creación y exploración de espacios libres en las zonas vitales del terreno con el objetivo de desestabilizar al equipo contrario, fundamentalmente en lo que se refiere a su organización defensiva, para crear una progresión y finalización eficaz. Aprovechar todos los momentos de desequilibrio del equipo adversario desplazándose sincronizadamente con el movimiento global de su equipo hacia esas zonas del espacio de juego.

7. Conocer a la perfección y de una forma correcta los principios generales y específicos del ataque, estableciendo un lenguaje común con los compañeros. Aunque no esté incluido en la situación de juego (centro de acción), se debe concienciar y ha de valorar constantemente su contribución al desarrollo del proceso ofensivo de su equipo volviendo el juego imprevisible desde el punto de vista defensivo y desde el punto de vista ofensivo, disimulando así las verdaderas intenciones tácticas y obligando a los adversarios a no anticipar las acciones ejecutadas en las situaciones de juego.


Las actitudes y los comportamientos técnico-tácticos de base de los jugadores en el proceso defensivo

En el ámbito defensivo podemos presentar los siguientes atributos fundamentales:

1. Preparar mentalmente el ataque del equipo cuando está interviniendo en el objetivo de recuperar la posesión del balón a través de movimientos que creen espacios libres, obligando así al equipo adversario a preocuparse más por él que por el ataque a la portería adversaria.

2. Reaccionar de inmediato ante la pérdida de la posesión del balón cambiando de actitud y de comportamientos técnico-tácticos, que han de basarse en rápidos movimientos para posicionarse en función del balón, la portería, los adversarios y los compañeros, marcando individualmente al adversario que está en posesión del balón, al adversario que le pueda dar continuidad al proceso ofensivo o creando un espacio vital del juego hacia el que encaminar el juego ofensivo.

3. Comprender su responsabilidad en el retraso del proceso ofensivo (temporización) del equipo adversario, especialmente cuando se marca al adversario que está en posesión del balón, para intentar ganar el tiempo suficiente para la recuperación y organización del método defensivo. En este ámbito se incluye la orientación de los comportamientos técnico-tácticos del atacante hacia espacios de juego donde el peligro será menor y la recuperación del balón se pueda realizar de forma más eficaz.

4. Saber recuperarse defensivamente para ocupar las funciones dentro del método defensivo. Este desplazamiento se caracteriza por una marcada presión sobre los adversarios que puedan dar continuidad al proceso ofensivo y por la ayuda organizada, es decir, por la organización y coordinación de las acciones individuales de los defensas.

5. Asegurar constantemente la ocupación racional del espacio de juego equilibrando dinámicamente la organización del equipo. En este campo dominan los conceptos técnico-tácticos de doblar, permutar y compensar.

6. Buscar la ejecución constante de acciones de cobertura defensiva transmitiendo mayor confianza e iniciativa al compañero que marca al adversario que posee el balón (contención) y respetando una distancia y un ángulo convenientes a la situación momentánea del juego. En este dominio debe saber aproximarse o alejarse en función de la zona del campo, de la capacidad técnico-táctica del adversario, etc., con el fin de aumentar la presión sobre el adversario.

7. Comunicarse constantemente con los compañeros pidiendo ayuda e informaciones de las intenciones de los atacantes. Este hecho presupone una permanente preocupación por prever y deducir las verdaderas actitudes tácticas de los adversarios para permitir preparar preventivamente las acciones que las anticipan.


8. Conocer correctamente los principios generales y específicos de la defensa estableciendo un lenguaje común con los compañeros. Aunque no estén introducidos en la situación de juego (centro de acción), deben concienciarse y valorar constantemente su contribución a la estabilidad y organización del método defensivo, volviendo el juego previsible desde el punto de vista defensivo e imprevisible desde el ofensivo, disimulando de esta forma las verdaderas intenciones tácticas y obligando a los adversarios a no poderse anticipar a las acciones en las situaciones de juego.


9. Asegurar su contribución a la formación de barreras.

10. Desplazarse de atrás adelante después de recuperar el balón acompañando el proceso ofensivo: abriendo el «frente de ataque», jugando con el máximo de seguridad y creando inestabilidad en el equipo adversario con el objetivo de progresar y realizar finalizaciones eficaces. En este sentido, hay que aprovechar todos los momentos de desequilibrio del equipo adversario para desplazarse sincronizadamente con el movimiento global del propio equipo hacia el centro de esas zonas exploradas en los espacios de juego.

• Las actitudes y los comportamientos técnico-tácticos específicos de los jugadores

Durante el proceso ofensivo

1. El portero debe atender a los siguientes aspectos:

A. Regular el ritmo de juego aumentándolo o disminuyéndolo mediante la reposición rápida o lenta del balón.

B. Orientar, debido a su posición privilegiada sobre el terreno de juego, esencialmente a los compañeros de la última línea defensiva.

C. Asegurar constantemente líneas de pase seguras a sus compañeros haciendo uso de las ventajas que las leyes del juego le confieren respecto al control y a la protección del balón con las manos.

D. Expresar tranquilidad, confianza y seguridad a los compañeros para que asuman comportamientos más arriesgados, pues saben que existe confianza «a sus espaldas».


2. Los defensas laterales han de atender a los siguientes aspectos:

A. Desplazarse inmediatamente hacia la línea lateral después de la recuperación del balón con el objetivo de abrir la posibilidad de pase, particularmente cuando el portero tiene el balón.

B. Utilizar su carril de juego en el apoyo al ataque de su equipo saliendo por detrás de la línea del balón para desequilibrar, crear situaciones de su pérdida numérica o explorar los espacios libres de juego. Estos comportamientos se deben verificar a partir de la correcta coordinación con sus compañeros de los sectores de medio campo y ofensivo para evitar situaciones de repeticiones de acciones y gastos de energía inútiles.


C. Desarrollar y cumplir, cuando sea necesario, misiones tácticas inherentes a los jugadores de medio campo o extremos.

D. Evitar la ejecución de pases laterales (especialmente los largos y los de trayectoria aérea) de su carril hacia el centro del espacio de juego.

E. Valorar el momento más justo para poder aprovechar su carril de juego para rentabilizar las acciones de contraataque o de ataque rápido o por medio de desplazamientos hacia los espacios de juego existentes «a las espaldas» de los defensas contrarios.


F. Realizar acciones que establezcan equilibrios defensivos vigilando a jugadores y espacios y permutar funciones con el defensa central.

G. Realizar los lanzamientos de línea lateral a partir de su carril.

3. Los defensas centrales tienen que atender a los siguientes aspectos:

A. Coordinar y cooperar entre sí, particularmente cuando uno se incorpora al desarrollo y a la finalización del proceso ofensivo del equipo.

B. Desplazarse hacia los espacios cercanos al medio campo, disminuyendo de esta forma la profundidad del equipo.

C. Aprovechar las ventajas que tiene su posición en el carril central, ya que representa tener condiciones óptimas para servir a los compañeros que juegan en otros carriles (medios, interiores, extremos o defensas laterales).

D. Incorporarse al ataque, especialmente en situaciones de contraataque o ataque rápido, con el objetivo de sacar ventajas en la creación de contextos para reducir su número o desequilibrar el método defensivo adversario con la ejecución de desmarques de ruptura perpendiculares.

E. Participar en la organización de las situaciones de balón parado (esquemas tácticos) para maximizar y valorar sus capacidades particulares, ya que en algunas situaciones son ellos los elementos más apropiados para la finalización de la situación.


4. Los medios centrales deben atender a los siguientes aspectos:

A. Tener comportamientos técnico-tácticos que expresen gran equilibrio tanto en la ejecución de funciones ofensivas como defensivas. Estos jugadores son normalmente inteligentes y con un alto nivel de cultura táctica, y se adaptan de forma creativa a las situaciones concretas del juego. De hecho, marcan el ritmo de juego temporizándolo o aumentándolo.


B. Apoyar constantemente el proceso ofensivo, muchas veces organizando el juego. En este sentido, deben evitar utilizar acciones de conducción de balón cuando es posible efectuar el pase a un compañero mejor posicionado; incluso, en función de las circunstancias del juego, pueden emplear pases largos con el objeto de aislar a algún compañero.

C. Crear, desarrollar y culminar, cuando sea posible, los ataques a través de remates de larga o corta distancia asumiendo de esta manera las responsabilidades inherentes a la ejecución y las consecuencias de esta acción técnica.

D. Desmarcarse hacia los espacios libres en los carriles de juego «a las espaldas» de la defensa. En este sentido, colaboran de forma racional con los delanteros centros, interiores o extremos.

E. Colaborar en el remate de los saques de esquina, participando en su culminación o en el equilibrio defensivo de su equipo.

F. Ejecutar rápidamente las acciones con balón solicitando de inmediato al compañero mejor posicionado. Por ello, siempre que sea posible, deben jugar al primer toque, aumentando de esta manera la velocidad de la circulación del balón.

5. Los interiores o extremos han de atender a los siguientes aspectos:

A. Crear situaciones eminentemente de finalización utilizando su velocidad de ejecución técnico-táctica y particularmente su capacidad de regate y desmarque.

B. Aprovechar sus posiciones para ejecutar remates eficaces a partir de ángulos reducidos.

C. Ejecutar los saques de esquina.

D. Utilizar constantemente acciones de movilidad cuyo objetivo táctico sea la creación de espacios libres o arrastrar consigo mismo a uno o más defensas para que otros compañeros puedan ocupar ese espacio.

E. Desmarcarse hacia los espacios de base del delantero centro con la idea de desequilibrar a la defensa.

F. Prepararse mentalmente para el contraataque en las situaciones de saque de esquina en contra, posicionándose en el carril central (fuera del área grande).

6. Los delanteros centro deben atender a los siguientes aspectos:

A. Dar profundidad al proceso ofensivo del equipo, una vez que se han posicionado lo más cerca posible de la portería adversaria.

B. Atraer a los defensas centrales hacia falsas posiciones, facilitando así la penetración de sus compañeros hacia las zonas vitales del terreno de juego.

C. Dominar la acción técnico-táctica de remate en cualquier situación o posición (con el pie o con la cabeza) siendo espontáneo, creativo y asumiendo la responsabilidad de finalizar el ataque.

D. Crear constantes condiciones de movilidad a través de los desmarques en dirección a los carriles laterales, buscando el apoyo de los interiores o de los defensas laterales.

Durante el proceso defensivo

1. El portero tiene que atender a los siguientes aspectos:

A. Proteger la portería utilizando un conjunto de acciones técnico-tácticas específicas con el objetivo de impedir por todos los medios que el equipo adversario consiga marcar gol.

B. Dirigir y orientar las acciones de sus compañeros en las diferentes situaciones de juego utilizando un lenguaje constituido por expresiones cortas, simples e inequívocas.

C. Leer constantemente el juego y las situaciones de emergencia, saliendo del área grande para jugar con el balón utilizando los procedimientos técnico-tácticos de cualquier jugador de campo.

D. Transmitir constantemente tranquilidad, confianza y seguridad a sus compañeros.

2. Los defensas laterales deben atender a los siguientes aspectos:

A. Formar con los defensas centrales la última línea defensiva, que se ha de desdoblar el mayor número de veces en función de la situaciones momentáneas del juego.

B. Defender los carriles de juego vigilando y marcando agresivamente a los atacantes que por ahí se desplacen.

C. Desplazarse hacia la zona central marcando el espacio a las espaldas de sus defensas centrales siempre que el balón esté del lado contrario a su carril de juego.

D. Marcar presionando al adversario para que evolucione en su zona de actuación, obligándole a orientar sus comportamientos técnico-tácticos hacia la línea lateral. Este marcaje será tanto más agresivo cuanto más se aproxime el adversario a la portería.

E. Temporizar, en situaciones de emergencia, hasta que los compañeros restablezcan un referencial equilibrado de fuerzas.

F. Colocarse sobre la línea de la portería protegiendo y utilizando todos los medios en las situaciones en las que el portero se ha tenido que desplazar para presionar al atacante en posesión del balón.

G. Participar en la formación de las barreras.

3. Los defensas centrales han de atender a los siguientes aspectos:

A. Marcar de forma activa y rigurosa al jugador adversario más adelantado no dándole ni tiempo ni espacio para que pueda ejecutar sus acciones técnico-tácticas.

B. Alternar acciones de marcaje individual mediante acciones de cobertura defensiva con el otro defensa central.

C. Coordinar la última línea defensiva, disminuyendo o aumentando la profundidad defensiva de su equipo y, simultáneamente, buscar aprovechar las ventajas de la ley del fuera de juego.

D. Participar en la construcción de las barreras coordinando su posición con las indicaciones del portero.

E. Buscar actuar con sobriedad, exactitud y seguridad en las acciones defensivas.

F. Por su función y posición sobre el terreno de juego, presenta las mejores condiciones para ser el capitán del equipo.

4. Los mediocampistas centrales deben atender a los siguientes aspectos:

A. Equilibrar constantemente el sistema de juego del equipo.

B. Marcar a los mediocampistas centrales del equipo adversario acompañándolos si se desplazan hacia las zonas vitales de finalización.

C. Permutar sus misiones tácticas, en función de las situaciones momentáneas de juego, con los defensas centrales.

D. Colaborar en todos los saques de esquina en contra por medio del marcaje de un espacio vital de juego, de un adversario o a través de la preparación del contraataque.

5. Los interiores y extremos tienen que atender a los siguientes aspectos:

A. Cerrar sus carriles de juego prestando ayuda al compañero defensa lateral.

B. Desplazarse hacia el centro del terreno ayudando en las tareas defensivas a los mediocampistas centrales siempre que el balón esté en el carril opuesto a su acción.

C. Colocarse frente al balón hasta que la formación de la barrera esté concluida, evitando así que el balón cambie de posición o que el esquema táctico sea ejecutado rápidamente.

D. Posicionarse al frente de la barrera con el objetivo de desplazarse, aprovechando su velocidad, en dirección al adversario después del primer toque de balón.

6. Los delanteros centro deben atender a los siguientes aspectos:

A. Presionar las líneas posibles de pase en su salida del balón, particularmente cuando se encuentra en el sector defensivo del equipo adversario.

B. Constituir una amenaza permanente para los porteros adversarios presionándolos constantemente.

C. Presionar a los adversarios cuando el balón circula en el carril central de juego.

D. Participar en las situaciones de balón parado con el objetivo de sacar partido a sus capacidades, especialmente cuando incluyen a los defensas centrales del equipo adversario.

Tratado general de fútbol

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