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IMPORTANCIA

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Muchos son los autores que presentan la importancia de establecer los principios del juego justificando para ello un amplio número de diferentes aspectos que se relacionan con la mejora del funcionamiento del equipo tanto desde el punto de vista operacional como afectivo. El juego del fútbol refleja un conjunto diversificado de situaciones momentáneas de juego que por sí descartan innumerables problemas que deben ser resueltos por los componentes de los dos equipos en confrontación a través de acciones significativas orientadas a un objetivo común. De esta presunción fácilmente inferimos el elevado grado de complejidad que el comportamiento de los jugadores encierra en sí. Ejecutar una acción correcta en el momento exacto empleando la fuerza necesaria, imprimiendo una velocidad ideal, anticipando las acciones de los adversarios y volviendo comprensible su acción en relación con sus compañeros e incomprensible respecto a los adversarios es algo que cualquier jugador debe tener en cuenta cuando toma una decisión. En este sentido, la solución en cualquier contexto del juego pasa invariablemente por los comportamientos de los jugadores, que expresan dos vertientes fundamentales e inseparables: la táctica, definida por el proceso intelectual de la solución del problema del juego, y la técnica, determinada por la solución práctica del problema de juego. En esta línea de razonamiento, la solución de los contextos situacionales del juego implica generalmente recurrir a ciertos principios que se desarrollan a través de las directrices del entrenador (en la práctica del entrenamiento y de la competición) y de los conocimientos preexistentes (experiencias) de los jugadores para solucionar las situacionesproblema. Estas reglas de decisión, aprendidas y perfeccionadas por la aplicación práctica, posibilitan soluciones satisfactorias en relación con el balance entre los beneficios cualitativos de realizar mejores elecciones y los costes de usar otras más complejas, pues aunque sean mejores como reglas, necesitan más tiempo para reflejar la situación (tiempo es lo que no existe en el fútbol) y más esfuerzo.

La utilización de reglas de decisión comprende dos operaciones mentales distintas: la primera, que es la más difícil la mayor parte de las veces, consiste en determinar a qué regla es necesario recurrir para resolver el problema presentado, mientras que la segunda se refiere a la aplicación de una determinada regla relativa a las condiciones particulares del problema que se debe resolver. Es en esta perspectiva donde la elección de la respuesta ante la situación-problema está determinada por la:

1. Disposición de los elementos más pertinentes en el contexto situacional.

2. Estrategia colectiva individual de los jugadores del equipo.

3. Eficacia en la ejecución de la acción técnico-táctica.

En este ámbito, la importancia de los principios del juego del fútbol y de los deportes colectivos en general se correlaciona con dos valores de orden interno y externo.

• Valor interno

El análisis interno de los principios del juego del fútbol radica en dos aspectos fundamentales:

1. El hecho de que los jugadores alcancen rápidamente la solución táctica adaptada con eficacia al problema que la situación de juego encierra en sí exige concretamente la participación de la conciencia. Desde esta perspectiva se desarrolla una intensa y determinante actividad intelectual operativa, a través de la cual los jugadores buscan identificar las alteraciones/modificaciones del contexto intentando descodificar continuamente la estructura (lógica) dinámica de las interacciones observadas. Estos procesos intelectuales operativos, de carácter complejo, establecen los mecanismos organizadores de la percepción y de las acciones motoras de los jugadores, correlacionándose con la apreciación de las velocidades, de las distancias y de la profundidad y con la estimación (anticipación) de los proyectos de los otros intervinientes, es decir, compañeros y adversarios. Todos estos elementos y sus interacciones son analizados por los jugadores en términos de probabilidad subjetiva partiendo de un grado de confianza variable, con el cual se establece la estrategia de acción relativa a la situación contextual del juego.


2. El hecho de resolver la acción en la práctica, los problemas inherentes a los diferentes contextos situacionales en el juego del fútbol, obliga a los jugadores la mayor parte de las veces a ejecutar con discernimiento la situación problemática, cuya solución les lleva a obtener nuevos conocimientos y experiencias. Tal como refiere Mahlo (1966), «el actor táctico es un sistema de investigación que no se contenta con escoger la mejor respuesta entre las diferentes posibles, sino que se autoperfecciona al mismo tiempo que se resuelve el problema expuesto». Por ello las soluciones encontradas en las situaciones del juego se fijan como experiencias acumuladas que, a su vez, se vuelven el soporte fundamental en la formulación de nuevas soluciones tácticas. Estas soluciones alargan el espectro de las situaciones-problema existentes, potenciando paralelamente su grado de eficacia. Ante un determinado contexto situacional, los jugadores en una primera fase inmediatamente buscan las similitudes con otros problemas (otras experiencias) anteriores con el objetivo de evocar un determinado nivel de solución del problema (carácter inductivo). En el caso de que no exista ninguna similitud o no sea reconocida, es decir, que el problema para el jugador resulte totalmente nuevo, tendrá que deducir conscientemente para encontrar la acción motora de respuesta, a la que contribuye su capacidad de modificación, comparación, improvisación y creación ante las acciones adversas de los contrarios.

• Valor externo

El valor externo de los principios del juego está determinado por el establecimiento de los aspectos relacionados con la comunicación del equipo, es decir, con un «lenguaje común» para mejorar su funcionalidad. De hecho, al asegurar un constante lenguaje común, un «código de lectura», se contribuye claramente a que los jugadores, al leer y valorar las situaciones de juego, puedan imputarle un significado más o menos relevante y homogéneo en función de las necesidades para su solución táctica. Los mecanismos que fundamentan el comportamiento táctico de los jugadores se desarrollan continua y permanentemente durante la competición. Cada situación de juego comporta índices de identificación bien definidos y jerarquizados que son el testimonio de su significado táctico y que transportan ya en sí las uniones esenciales, a través de las cuales los jugadores, al «leer» la situación, evalúan sus posibilidades de éxito preparando mentalmente su acción futura, respetando las reglas del juego, anticipando su comportamiento en función del pronóstico por ellos elaborado y ejecutando una respuesta que sea previsible a los ojos de sus compañeros (orden) e imprevisible a los de sus adversarios (desorden). En este sentido, todos los jugadores deben concienciar y valorar constantemente su contribución al desarrollo eficaz, tanto en el proceso ofensivo como en el defensivo. Esto significa la necesidad de buscar cooperación, racionalización y coherencia dinámica del movimiento del equipo con el objetivo de concretar los objetivos definidos. Así, en el plano funcional (valor externo), los principios utilizados durante un juego tienen que permitir la comunicación dentro del equipo considerando la situación de juego (comprenderla) y su evolución (preverla).


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