Читать книгу Historias del hecho religioso en Colombia - Jorge Enrique Salcedo Martínez S J - Страница 33
CONCLUSIONES
ОглавлениеLa fundación de los conventos de monjas marca el inicio de una etapa nueva en los dominios americanos de la Monarquía hispánica, caracterizado por la consolidación de la malla urbana y el control de los territorios conquistados. Las fachadas de estas instituciones reforzaron la primacía de las ciudades. Los conventos —como los cabildos— fueron también un espacio donde las familias de los conquistadores y sus descendientes expresaron el grado de poder que habían adquirido a la vuelta de unas pocas décadas de consolidada la conquista del territorio. Su prestigio, estatus y riqueza fueron exaltados y exhibidos mediante la fundación de estos claustros, un hecho que se confirma con los conflictos en torno al patronazgo de los conventos. En ellos, por otra parte, se lee su preocupación por fundar (y resguardar) sus linajes. Con esa lógica, algunas mujeres de estas familias se destinaron a los conventos, en algunos casos para protegerlas, empoderarlas como abadesas o patronas, al tiempo que se daba lustre al linaje de los fundadores y patronos de estas casas. Los casos aquí revisados permiten establecer cierto patrón en el surgimiento de la vida conventual femenina en el Nuevo Reino de Granada y otros dominios de la Monarquía hispánica. En un lapso de menos de tres cuartos de siglo se fundaron unos trece claustros femeninos. Un aspecto que permite abordar algunos elementos de la mentalidad religiosa y demás expresiones de la religiosidad de la sociedad colonial. Sin duda, la “voluntad de fundar” estos claustros respondía a un modelo aceptado entonces, en plena efervescencia dentro de la cristiandad. La salvación del alma —cosa que frecuentemente se olvida— fue motivo de preocupación recurrente entre los hombres y mujeres de esa sociedad. No debe extrañar que, en cierta forma, orientaran sus vidas en función de alcanzarla.
El estudio de los patronazgos es algo sumamente interesante para la comprensión de la sociedad colonial americana en la medida en que, a través de los conventos, se revela el entramado de vínculos y de intereses existentes en su vértice, así como los conflictos que se desarrollan en su seno. Su estudio, por otra parte, permite conocer otra faceta de las relaciones entre la Monarquía, las élites americanas, las órdenes mendicantes y los funcionarios reales. Los conventos de monjas, asimismo, aportan una dimensión privilegiada para entender, por ejemplo, el ejercicio del Patronato Regio en los dominios americanos desde otra perspectiva. La Corona favoreció y promovió ciertas órdenes como parte de su política para cohesionar su control, y los conventos que contaban con su apoyo (o su título) eran considerados de mayor jerarquía que otros monasterios. Las advocaciones reflejan en parte esa política o, como se ha visto en el caso de los franciscanos, el empoderamiento de ciertas órdenes en su calidad de patronos espirituales de las fundaciones femeninas.
Lo analizado en estas páginas pretende ser un aporte más a los estudios sobre monjas y el mundo de los claustros femeninos, en una perspectiva de conjunto que incluye a todos los claustros fundados en el territorio de la actual Colombia para una mejor comprensión de la historia religiosa. La mirada renovada de la vida conventual continuará sin duda haciendo aportes significativos a la historia social, económica y cultural del mundo colonial americano.