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2. El problema del indio
ОглавлениеHace casi cien años el autor identifica la situación del indio como un grave problema social cuya solución revolucionaria debía provenir de los propios indios.
Mariátegui realizó un notable trabajo de reivindicación del indio, de su historia, de su rol en la economía y de su cultura; lo cual se expresó en el ámbito social, al generar debates sobre el papel del indio, sus valores, sus posibilidades y sus aportes para la marcha del país. Gracias a su prédica en favor del indio, los grupos que luchaban por su reivindicación encontraron nuevos argumentos para su revalorización —como el indigenismo—, y generó estímulos en creadores que recogieron sus argumentos y los sumaron a los derivados de sus experiencias personales, como en el caso de José María Arguedas, José Sabogal y otros escritores y artistas.
¿Qué aspectos atendió y cuáles no pudo prever Mariátegui a la luz del desarrollo actual?
No estuvo en sus manos imaginar los profundos cambios en el escenario social del país derivados de la aluviónica migración que se produjo a partir de los años cincuenta, debido a lo cual el indio se estableció en las ciudades, principalmente en Lima, iniciando de esta manera un proceso de mestizaje masivo, impregnándose de la cultura occidental e influyendo a la vez en ella en todo orden de cosas. Además, debido a las demandas de grupos minoritarios en muchos países, la posición de organismos internacionales y los estudios antropológicos de los años sesenta y setenta, la validez de categorías como indio y negro ha sido cuestionada en los estudios científicos, sobre todo para designar a los actuales grupos humanos. De esta manera, ya no tiene vigencia la postura de una solución revolucionaria, ni de parte de los interesados ni de los otros grupos sociales.
Ciertamente la población que describe Mariátegui era diferente a la del presente; sin embargo, se mantienen vigentes sus demandas sobre las injusticias en la población indígena. ¿Quién fue su antecedente más importante?
El antecedente manifiesto es Manuel González Prada, quien desde su célebre discurso del Politeama en 1888 pone en primer plano de la discusión política sobre la necesidad de reconocer el papel protagónico del indio en la realidad del país, no obstante la situación de marginación que sufre. A partir de entonces, la agenda política del país no pudo obviar el “problema del indio”, pues los intelectuales se debían pronunciar a favor o en contra. Ya no era posible ignorar esta situación.
Mariátegui considera importante que la acción antiimperialista no se restrinja al socialismo. ¿Qué otros caminos plantea para crear una sociedad más justa e inclusiva?
Mariátegui considera la necesidad de articular un frente de las fuerzas progresistas, dado que el socialismo se hallaba en una etapa de consolidación y aún no estaba en condiciones de enfrentar por sí solo al imperialismo. De allí que necesitara unirse a las fuerzas progresistas que el imperialismo afectaba, lo cual explica en cierta medida su posición ante el aprismo. En cuanto el proletariado alcanzara un significativo nivel de desarrollo y asumiera su papel en la lucha de clases, podría convertirse en la fuerza capaz de actuar por sí sola frente al imperialismo.
El autor señala un recurso de autogestión —como lo hemos comentado— para la reivindicación del indígena. ¿Qué tipo de movimiento esperaba? ¿Por qué no se produjo? ¿Qué fuerzas sociales y políticas se opusieron?
Mariátegui contaba con que el indígena pudiera en algún momento ser consciente de sus posibilidades como grupo social cohesionado. Esperaba que el indígena fuera el propio artífice de su liberación, sin tutelas ni transferencias. Solo necesitaba despertar y tomar la iniciativa para alcanzar sus fines, en alianza con el proletariado urbano. Sin embargo, las incidencias históricas no apoyaron este reforzamiento de la consciencia social del indígena, en primer lugar porque los estímulos ideológicos y políticos prácticamente desaparecieron en los años treinta debido a la sostenida represión aplicada por Óscar Benavides en esos años. Posteriormente, a fines de la década del cuarenta, empezó el desplazamiento migratorio masivo del campo a la ciudad que ya he comentado. En los años sesenta, las luchas contra el poder gamonal las asumieron los hombres de las ciudades, mediante la prédica marxista o los fracasados levantamientos armados, las guerrillas, culminando esta etapa con la Reforma Agraria aplicada por el gobierno militar de Velasco Alvarado.