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3. El problema de la tierra
ОглавлениеPara Mariátegui la solución al problema de la tierra residía en la retoma de la tierra por parte de los indígenas, pues ellos sabían trabajarla mejor que ninguna clase social. ¿Qué consiguió la Reforma Agraria de 1969?
La Reforma Agraria impulsada por el gobierno militar de Velasco Alvarado, aparte de su fundamentación basada en una ideología vagamente socialista, fue motivada por la necesidad de modernizar el país e imponer una autoridad que impidiera el surgimiento de nuevos movimientos armados apoyados por el campesinado, que pusieran en riesgo el orden establecido, tal como habían amagado los brotes de rebeldía en los años sesenta. Su mayor impacto ocurrió en las zonas de plantaciones industriales agrícolas de la costa y, en menor medida, en la sierra. En ambos casos, fracasó la transferencia de la administración agropecuaria de los campesinos, con base en modelos de supuesta autogestión de los trabajadores y en la práctica tutelada por los militares y la burocracia estatal.
¿Era la manera proyectada por Mariátegui?
En absoluto, sobre todo de un Estado autoritario que en pocos años retomó las viejas banderas del capitalismo y el autoritarismo militar de siempre.
Al indio no solo se lo despojó de sus tierras, sino que tampoco se le permitió participar en el comercio. ¿Consideras que la participación del indio en otras instancias del aparato productivo hubiera frenado el feudalismo de entonces?
El problema principal no era la participación del indio en las actividades mercantiles, menos aún en las industriales, sino la explotación, el aprovechamiento de su falta de comprensión y asimilación de la lógica capitalista, el aislamiento y la falta de integración al país.
Mariátegui veía la raíz del problema de nuestra economía en su estructura misma: la identificaba como colonial, cuyos intereses estaban subordinados a la élite. El otro gran problema era el centralismo, la ausencia de conexión con el interior del país. ¿Es una mirada sectaria o verdaderamente funcionaba así hace ochenta años?
La situación de ser un país afectado por la política colonial propia del orden mundial a inicios del siglo XX, expresado por la falta de autonomía política del Estado respecto a los países más ricos, y su dependencia de la economía internacional, estaba muy vivo en la época de Mariátegui y su percepción no era equivocada. El reparto de las colonias, y aun de los países europeos derrotados, realizado por las potencias vencedoras en la Primera Guerra Mundial, era un hecho relativamente reciente. También en la época de Mariátegui, solo Lima y Arequipa tenían conexión relativamente fluida con el exterior. No existía la carretera Panamericana ni menos una conexión vial de Lima hacia la selva. Tampoco existía la aviación comercial. Lima era el centro del poder y de las principales actividades comerciales. Éramos un país desintegrado, con múltiples poderes locales relacionados de manera laxa con el Estado central; en suma, un país semifeudal, como lo calificaba precisamente Mariátegui.