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Los inteligentes que nos rodean

A muchos nos causa especial admiración coincidir con personas —de cualquier edad, condición social o nivel educativo— con particulares capacidades intelectuales, personas que lo mismo pueden recitar cifras de pi y hacer cálculos mentales con sorprendente velocidad y exactitud que lanzar el aire versos de Neruda y pasajes completos del Quijote; personas que tocan instrumentos musicales, se expresan de manera fluida en varios idiomas e incluso ostentan varios grados académicos a temprana edad; seres extraños que parecen no requerir esfuerzo alguno para resolver problemas, aprobar exámenes o salir adelante en condiciones donde las capacidades cognitivas son requeridas. De esas y otras personas quiero hablar hoy.

Según un estudio del Centro de Atención al Talento (cedat), publicada en Forbes México en julio de 2016, se estima que en nuestro país la cantidad de niños superdotados intelectualmente que superan los 130 puntos del índice de coeficiente intelectual (iq, por sus siglas en inglés), es cercana a un millón. Dichos infantes son identificados y diagnosticados inicialmente con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (tdah), lo que deriva en tratamientos para “controlar” y “resolver” esta condición. El camino debe ser otro sin duda; por fortuna, con el respaldo de la sep, existen ya programas para detección temprana de superdotación y sobre todo para una canalización posterior más adecuada y pertinente.

Sin embargo, existen otros inteligentes entre nosotros que saben leer ejemplarmente su contexto, que identifican cómo salir adelante con los recursos y capacidades con que cuentan y sobre todo que se sobreponen a condiciones adversas en una variedad de ámbitos. Estos inteligentes inundan nuestra vida, están en cualquier lugar, lo mismo en el gobierno que en la iniciativa privada, en asociaciones civiles y en un sinfín de actividades y responsabilidades sumamente transversales para cualquier actividad en nuestro país.

Estos otros inteligentes, los que mueven al país y a la economía, se empeñan diligentemente en aprovechar las relaciones, en mantener a flote sus organizaciones con los recursos existentes y a encontrar los caminos que hacen posible el logro de sus objetivos. Para estos inteligentes que se desvelan encontrando el cómo sí, para ellos todo el apoyo y consideración, pero sobre todo, la recomendación de fortalecer la paciencia y resiliencia.

En las circunstancias de incertidumbre presupuestal que se perciben en el país para el 2019, se recrudece la necesidad de la interacción interinstitucional, de reconocer que se deben encontrar soluciones más creativas y eficaces, propuestas que sin duda deberán buscar atender lo humanamente atendible en las mejores condiciones de calidad y transparencia.

Hoy más que nunca, la inteligencia de muchos ciudadanos deberá ponerse a prueba, tanto de aquellos a quienes corresponden las decisiones estratégicas de nuestra nación como de los que viviremos sus consecuencias, con la plena consciencia de que las propias limitaciones y las del entorno económico nacional y global empujan, incluso exigen, actuar congruentemente en bien de nuestro querido México.

En #DesdeCabina me resisto a creer que no podamos hacer que todos aquellos inteligentes que nos rodean —estemos o no en este grupo de mexicanos—, logren sacar adelante a esta valiosa nación. Sigamos haciendo que las cosas sucedan. ¶

18 de diciembre de 2018

Desde cabina

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