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La unaq en el espacio, pero con los pies en la tierra

Cuando llenaba las baterías emocionales con el Día de la familia del pasado fin de semana, llegó a mi mente una sencilla reflexión: todos tenemos diversas familias, además de las biológicas —en el sentido de las que proporciona la convivencia humana, en donde las afinidades entrelazan a las personas de manera significativa—; se trata de familias que integramos en nuestra actividad laboral, deportiva o de intereses diversos; personas con las que reímos, sufrimos y que nos hacen crecer de maneras diferentes a como lo hacemos con nuestras familias biológicas. Una de mis familias es la Universidad Aeronáutica de Querétaro (unaq) y este martes quiero compartir un logro más de esta comunidad a quien he visto crecer junto conmigo y a quien le tengo un respeto y cariño muy especiales.

El fin de semana antepasado, además de que los chicos U-Fly lograron el tricampeonato en la competencia de aeromodelismo, presenciamos un evento igualmente alentador, el lanzamiento del primer nanosatélite desarrollado por estudiantes y profesores de la unaq. El hecho, al igual que muchos otros en nuestra corta vida universitaria, marca un hito más en el trayecto que vislumbramos para convertirnos en una institución referente, nacional e internacionalmente, por sus impactos educativos, económicos y tecnológicos. Pero el significado de este importante logro para nuestra institución es aún más grande: 17 estudiantes y siete profesores, junto con investigadores de la empresa AI-Systems MXSpace, participaron en esta misión, apoyados con fondos públicos del Programa de Estímulos a la Innovación (pei) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (conacyt). La participación de este equipo buscó no sólo iniciar nuestro trabajo en esa “carrera espacial”, detonada por diversos actores nacionales —entre los que se encuentran la Agencia Espacial Mexicana—, sino que, además, nuestra institución busca desarrollar capacidades y experiencia para, en un futuro, participar en proyectos de mayor complejidad tecnológica. Lo importante es empezar y no detenerse.

Otra de las enseñanzas que nos dejan estas participaciones, es la importancia de ser conscientes, como institución y como familia, de que cualquier cosa que nos propongamos iniciar, por compleja que sea, la debemos concluir; por tanto, quiero externar mi orgullo y admiración a este grupo de estudiantes, compañeros profesores y empresarios visionarios por ¡tener iniciativa, pero, sobre todo, “terminativa”!; por atreverse a soñar, más aún, por comprometerse a materializar esos sueños.

Finalmente —sin dejar de lado mi interés por la reflexión que semanalmente pretendo provocar—, como cualquier familia, en donde la diversidad de sus miembros plantea grandes retos por sí misma, los éxitos de unos, así como los retos y contrariedades de otros, deben festejarse, compartirse para generar aprendizaje, pero sobre todo deben provocar un estado permanente de trabajo y conciencia de mejorar, de seguir creciendo, de entender que sin importar la velocidad, se debe seguir avanzando, siendo ejemplo y sobre todo compartiendo con el resto de la familia, para hacerla crecer e invitarla a volar mucho más alto, pero siempre con los pies en la tierra. ¶

6 de marzo de 2018

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