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Capítulo III
Los preparativos para venir
ОглавлениеAntes de llegar a la concepción todavía pasan muchas cosas. Primero el alma ha tenido que desprenderse del cuerpo de su existencia anterior. Luego ha tenido que hacer su evaluación de la experiencia que acaba de finalizar y más tarde ha tenido un encuentro con otros seres espirituales y con sus maestros o guías que la aconsejan en el camino a seguir como hizo el ángel con Teresa. Recién ahora comienzan los preparativos para volver a ocupar un cuerpo y la puesta a punto del propósito de vida a ejecutar, sin olvidarnos que también debe encontrarse con quienes serán sus futuros padres.
Primeramente asistiremos a una experiencia curiosa e infrecuente. En uno de los cursos de terapeutas Ana vivenció, paso a paso, la preparación de su alma para el ingreso a la atmósfera terrestre y luego experimentó parte de su desarrollo embriológico. La regresión, realizada en una sesión de práctica, fue conducida por el doctor José Luis Messina.
Miércoles 18 de septiembre de 1996
Ana: Hay como luces y sombras... estoy flotando ahí con las luces. Es como si fueran nubes de colores, como si fueran distintas capas. Es como si estuviera entre esas capas de colores que van pasando rápidamente. Como si delante de mí hubiera un túnel de luz.
Terapeuta: Eso es. Seguí adelante con ese túnel de luz.
A: Como si hubiera un luz que gira muy fuerte y que yo tuviera que pasar por ahí. Como si yo tuviera que pasar por el centro. Ahora hay más claridad. Parece que hubiera figuras sin forma. Como si yo formara parte de eso, como si fuéramos todos iguales.
T: ¿Cómo son esas figuras?
A: Es como que somos seres, somos espíritus, no sé qué somos. Estamos volando sin rumbo. No somos nada. Estamos yendo y viniendo.
T: Y ¿qué es ese lugar?
A: Es como si fuera el infinito. Estamos dejando que pase todo, que pase nuestro descanso, que pase el olvido. Estamos descansando. Descansar sin recordar.
T: ¿Y de qué están descansando?
A: De algunas cosas que hemos hecho, que hemos vivido. Estamos descansando para ordenar, porque lo merecemos. Ahora no tenemos nada que hacer ni adónde ir.
T: Muy bien, avanzá un poco más. Uno... dos... tres. ¿Qué está ocurriendo?
A: Veo una luz con unos rayos que me está diciendo algo. Pareciera que me está dando indicaciones. Parece que me está preguntando si estoy preparada para volver... Tengo que volver a la Tierra para algo, pero todavía no sé para qué. Parece que tengo que volver a estar en un cuerpo, pero no sé para qué.
T: Seguí adelante.
A: Están preparando mi vida para ver qué es lo que tengo que hacer.
T: ¿Quiénes están ahí?
A: Están mis maestros. Le están dando forma a mi futura vida... Me van indicando con una luz que me va diciendo lo que tengo que hacer y para qué tengo que estar.
T: Seguí adelante.
A: Les digo que sí, que acepto. Siento frío cuando entro en ese lugar oscuro dejando la luz. Empiezo a sentir frío, buscando dónde tengo que ir. Hay una lucecita chiquitita que me va guiando, me estoy acercando.
T: Eso es, ¿qué está ocurriendo?
A: Estoy en una camita, soy chiquita. Estoy tratando de adivinar qué soy. No me di cuenta porque es como si fuera un gusanito enroscado y hay mucha luz, no hay personas. Es como si fuera una cosa tubular, redonda, cuyos extremos no se juntan y tiene mucha luz alrededor. Irradia mucha luz y estoy tratando de ver qué soy. No entiendo lo que pasa, no hay nadie, no se ve nada, como si fuera...
T: ¿Sííí?
A:... Como si fuera un ser distinto. No soy un animal, no soy una persona. No sé qué es.
T: ¿Y si supieras? Decí lo primero que te surja.
A: Como si viniera para aprender, para mejorar. Es un estadio anterior, es una forma necesaria para aprender algo, para aprender antes de... ¡Ah! ¡Esto es muy difícil!
T: Sí, seguí adelante, esto es necesario, seguí.
A: Es difícil de explicarlo; no sé cómo decirlo. No tengo palabras para describirlo. Es un lugar que está antes de la Tierra, que es como para inmunizarse. Es una forma necesaria para poder entender y entrar en ese cuerpo.
T: ¿Y cómo es esa forma?
A: Como si fuera un gusano con muchas patitas pero no es un gusano. Como si fuera... una larva.
T: Eso es, no importa lo que sea. Viví esa experiencia, sentí todo eso, seguí adelante.
A: Me voy haciendo cada vez más chiquita, como si fuera una bolita. Como si fuera una bolita chiquitita que ahora va a ingresar a la Tierra.
T: Eso es, seguí adelante.
A: Esto fue necesario para atravesar sin dolor esas capas gruesas. Ahora voy bajando, bajando. Ahora entré y... ahora estoy dentro de un cuerpo chiquitito con una forma parecida a la que tenía antes y que va creciendo...
T: Eso es, seguí adelante.
A: ...Va tomando forma de un bebé. Voy creciendo ahí dentro, como si estuviera flotando en un líquido y siento cómo voy creciendo. Siento cómo se van formando dos brazos chiquitos, una cola larga y se van formando como dos piernitas. Parece un bicho. Tengo una cabeza grande.
T: Eso es, seguí. ¿Qué más está ocurriendo?
A: Ahora la cola se me va achicando. Me están diciendo que tengo que tomar una forma más específica.
T: ¿Quiénes te están diciendo eso?
A: Mis maestros, los que me dijeron que tenía que volver. Me están diciendo lo que va a pasar con mi cuerpo, que va a tomar la forma de un bebé. Siento cómo van creciendo mis brazos, mis piernas. Ellos me dicen que la cabeza se va a achicar y, a medida que me lo dicen, yo voy sintiendo cómo se forman mis ojos, mi boca... La cola grande ya no es más una cola grande. Es un rabito chiquitito. A medida que ellos me van diciendo esto van pasando las cosas en mi cuerpo.
T: Eso es, muy bien, seguí adelante.
A: Me dicen que mis piernas van a crecer y que mis pies también. Y veo que hay un cordón que sale del medio de mi cuerpo y mis maestros me dicen que por ahí me están alimentando con el alimento de la Tierra. Me siguen diciendo cómo se va a transformar mi cuerpo. Que mi cabeza ya es más chica. Me dicen que ahora mi cuerpo es como un muñequito y que en la Tierra son así y me muestran un muñequito. Es lindo.
T: Eso es, sentí eso.
A: Ahora soy como un muñequito y parece que ahora mis maestros ya se van a ir porque... ¡Ay! ¡No quiero que me dejen!
T: ¿Sííí?
A: ¡Se van! —llorando—.¡Me van a dejar sola y me dicen que me tengo que olvidar de ellos!... por ahora —continúa llorando.
T: Seguí adelante.
A: No los voy a ver por ahora hasta cuando sea necesario. Y entonces, algo se mueve adentro. No sé qué pasa.
T: Sentí eso.
A: Es como si el agua se moviera...
T: Seguí.
A: ...Y tengo que salir de ahí y siento que este cordón me tira. Pero es como que no quiero salir porque me dijeron que iba a sufrir. Pero a mí me duele estar ahí dentro. No quiero estar más... —gimiendo.
T: Eso es, seguí adelante.
A: Parece que estoy saliendo ¡Ah! Me están sacando. ¡Me están tirando de los pies!!! ¡Ah!
T: Eso es, seguí, seguí.
A: Oigo que están gritando y yo no quiero salir y gritan. ¡Ay! ¡Qué dolor! ¡Me duele todo el cuerpo!
T: Eso es, sentí todo eso y seguí adelante.
A: ¡Ay! Hay una luz... tengo frío... ¡Ay! Hay una luz muy fuerte. Acá tengo una cosa... me ataron una cosa y... ahora tengo que aprender... no sé dónde estoy.
T: Seguí adelante, ¿qué está ocurriendo?
A: Me taparon, hace frío. Acá estoy, estoy esperando.
T: Y decíme, ¿esto es en esta vida o en otra vida?
A: Es en otra vida. Parece que estoy sola, que la que iba a ser mi mamá se murió y ahora estoy sola.
T: Eso es, seguí.
A: Oigo voces, parece que no saben adónde llevarme porque no tengo a nadie que me cuide y oigo las voces que dicen que me van a llevar a un... no entiendo la palabra... un... orfan... no conozco la palabra... un ofanato (sic). No sé lo que dicen.
T: Seguí adelante.
A: Me duele el estómago porque no me dan de comer. Mis maestros me dicen que no me preocupe —susurrando—. Ellos me van a llevar a un buen lugar. Dicen que no me asuste, que ellos me van a guiar, me van a acompañar desde arriba hasta encontrar ese lugar. Me van a llevar hasta los brazos de la mamá que me va a cuidar en esta vida y...
T: Eso es, seguí adelante.
A: Ahora estoy en los brazos de quien me está destinada. Tiene una cosa blanca en la cabeza y tiene una cara muy dulce. Me está mirando y dice: “¡Qué nena linda!”. Parece que me quiere y ahora mis maestros se van. Dicen que ya encontré el lugar adonde debía ir y que cuando yo los necesite van a volver. Pero ahora no me duele que se vayan porque ahora estoy cuidada.
T: ¿Y cuál fue el momento más difícil de esta experiencia?
A: Cuando se fueron mis maestros y me dejaron sola.
T: ¿Y cuáles son tus reacciones emocionales en ese momento?
A: Abandono, dolor psíquico... No sé, era un dolor muy profundo en el alma, algo que no conozco. Es un dolor difícil, una sensación muy fuerte de tristeza por el abandono de los maestros.
T: ¿Y de qué manera estas sensaciones están incidiendo en tu vida como Ana?
A: A veces, este dolor no me deja escucharlos. No me deja sentir cuando me hablan. No me permite interpretar la luz que ellos me dan.
T: Muy bien, ahora quiero que recuperes para vos el contacto con tus maestros y que tomes conciencia de que cuando los necesites tus maestros van a volver. Recordá que tus maestros están ahí para ayudarte cuando los necesites. Ahora elegirás un color en el cual te envolverás para traer una nueva vibración a tu vida como Ana. ¿Qué color necesitarías?
A: Blanco brillante.
T: Muy bien... y envuelta en el blanco brillante, lentamente regresarás aquí a tu conciencia física como Ana, en este día miércoles 18 de septiembre de 1996.
En esta experiencia Ana nos describe lo que parece ser el molde astral o quizás etérico de lo que va a ser su futuro cuerpo. Algo así como una larva astral. Tal vez el cuerpo físico o mejor dicho el embrión necesite de este modelo o de esta larva para poder desarrollar todo su potencial. Recordemos que si el principio vital se retira no puede haber desarrollo embrionario. ¿Será que esta larva astral envía algún tipo de código vibratorio para que se activen determinados procesos embrionarios? Durante la experiencia Ana dice que se le forma una cola larga y que parece un bicho. Más tarde, sus maestros le dicen que tiene que adoptar una forma más específica y entonces la cola comienza a reducirse. Ahora bien, sabemos que durante la etapa embrionaria del ser humano se produce una recapitulación del desarrollo filogenético; esto es, la evolución de las diferentes especies a partir de una en común. Es como si en los primeros estadios del desarrollo fetal repitiéramos las distintas etapas de evolución de todas las especies desde las más primitivas hasta llegar a los mamíferos. El embrión humano de cuatro semanas tiene una cola o rabo que más tarde desaparece, tal como lo dijo Ana, que dicho sea de paso no sabía nada de embriología. ¿Habrá un embrión pluripotencial cuyo desarrollo depende del modelo espiritual que le dicta la forma astral que vivenció Ana? El ingeniero Hernani Guimaraes Andrade, fundador del Instituto Brasileño de Investigaciones Psicobiofísicas, sugiere que en el espíritu hay un modelo organizador biológico que es el que dirige el desarrollo del cuerpo físico. Es como si hubiese una matriz sobre la cual se modela el futuro cuerpo físico. Tal vez la experiencia de Ana tenga que ver con este organizador biológico del cual habla Andrade. Por ahora no tengo elementos para afirmar que esto sea así, pero de alguna manera nos invita a abrir nuevas líneas de investigación.
El otro aspecto interesante de la regresión de Ana es que todo esto ocurrió previo al nacimiento en una vida pasada, que, además, concluyó en adopción. Algo llamativo también fue el hecho de que, a pesar de su preparación intelectual, Ana no podía pronunciar correctamente la palabra “orfanato”. Si hubiese estado inventando no tendría por qué haber tenido esa dificultad. Con todas las sorpresas que nos deparó esta regresión, para Ana lo más intenso de la experiencia fue el dolor ante la partida de sus maestros.