Читать книгу La vida antes de nacer - José Luis Cabouli - Страница 7
Introducción
ОглавлениеLa vida antes de nacer es uno de los períodos más fascinantes de nuestra historia personal. Allí, en ese universo único que es el seno del vientre materno, tienen lugar acontecimientos fantásticos que quedan grabados profundamente en nuestra memoria subconsciente. A partir de una pequeña célula se desarrolla una forma física compleja que ya antes de nacer dispone de todas las capacidades de las que se servirá durante su existencia. Pero a su vez, esta forma física va acompañada de una conciencia que trae consigo el recuerdo de sus experiencias pretéritas y que vive intensamente todos los eventos que ocurren durante su vida intrauterina.
Habitualmente no recordamos nada ni de nuestra vida fetal ni del nacimiento y por ello ambas experiencias no están integradas a nuestra memoria consciente. Es como si nunca hubieran existido. Sin embargo, todo lo que hemos vivido y experimentado en este período se hará sentir más tarde con toda su fuerza en nuestra vida adulta expresándose a través de actitudes, pensamientos o reacciones emocionales.
La vida fetal está íntimamente relacionada con las experiencias de vidas pasadas. Básicamente, la impronta emocional de una experiencia traumática de una vida anterior es reactualizada por un trauma de la vida presente que activa la memoria emocional del hecho anterior. Como regla general ese incidente gatillo se encuentra fundamentalmente en el período intrauterino y en el momento del nacimiento, y en ocasiones puede hallarse también en la primera infancia.
Fue así que desde mis inicios con la TVP comencé a trabajar en forma sistemática la vida fetal y el nacimiento. Al principio sólo procuraba que la persona encontrara el hecho desencadenante del trauma de vida pasada, pero a medida que fui progresando en el trabajo con los pacientes, fui descubriendo que sus experiencias con la vida fetal iban mucho más allá del simple hecho de vivenciar un incidente traumático. Incluso, los pacientes podían revivir en una misma sesión, sin solución de continuidad, la muerte en una vida anterior, el pasaje por el espacio entre vidas, los instantes previos a la concepción, la propia concepción en su vida actual y el desarrollo en el vientre materno hasta llegar a la experiencia del nacimiento. En ocasiones, había pacientes que en las dos horas de sesión sólo trabajaban con la vida fetal y el nacimiento. Imagínense ustedes todo lo que se puede experimentar en un trabajo de esta naturaleza.
Han transcurrido doce años desde mis primeras experiencias con la TVP. En este lapso he tenido ocasión de descubrir y constatar muchas cosas que al principio ni siquiera hubiera sospechado. Si hubiese escrito este libro cinco años atrás probablemente hubiese sido diferente. Cinco años atrás me hubiese referido a los hallazgos científicos y a las pruebas de laboratorio que demuestran que las vivencias de los pacientes son verosímiles. Hoy estoy convencido de que, más allá de las teorías que ensayamos para explicar lo que ocurre en el laboratorio, no hay nada más verídico, más trascendente y más valioso que la propia experiencia vital.
Al igual que en Muerte y Espacio entre Vidas, las experiencias contenidas en este libro han sido extraídas de las sesiones terapéuticas de regresión de los protagonistas. Esto significa que durante la sesión las vivencias que van surgiendo son trabajadas de acuerdo con la técnica básica de la TVP para producir el efecto terapéutico. En la transcripción de estas sesiones he suprimido parte del trabajo terapéutico para rescatar fundamentalmente la experiencia pura de la vida fetal. Considero que el aprendizaje mayor y el mensaje que los protagonistas tienen para cada uno de nosotros está allí, en su vivencia personal. Lo demás sólo implica cuestiones de forma para ayudar a la persona a realizar su trabajo de sanación.
Si bien es cierto que el tema central que nos ocupa es la vida fetal, es imposible dejar de referirme a las experiencias de vidas anteriores porque todo está concatenado. Las historias de los pacientes, como nuestras propias historias, no se inician en el momento del nacimiento o en la vida fetal. Ni siquiera en el instante de la concepción. Su origen está más allá todavía y para comprender lo que sucede hoy es necesario saber lo que ocurrió ayer. Por este motivo la referencia a las vidas anteriores es casi permanente, porque la vida fetal sólo es una etapa en la experiencia evolutiva del alma.
Debo confesar que el libro final es totalmente diferente de la idea que tenía cuando comencé a escribirlo. Como si se me hubiese escapado de las manos. Más que autor me veo como presentador y comentarista de las experiencias vividas por los protagonistas y me siento un privilegiado al haber asistido en forma directa a estas experiencias. Todo lo que quieran saber sobre la vida fetal y el nacimiento lo sabrán también ustedes, en forma directa, por boca de quienes revivieron estas instancias trascendentales en la vida de toda persona.
Como ocurre siempre con los relatos, todo lo que yo pueda decir es poco comparado con la experiencia real. Por mucho que lo intentara, no podría jamás reproducir el intenso dramatismo de algunas de las regresiones incluidas aquí. Si no he abundado en más comentarios es porque creo que todo lo que es necesario saber está contenido en las historias y en las palabras de los propios pacientes. Más allá de todas las experiencias, los acontecimientos y los dramas que cada protagonista revivió, están sus enseñanzas y sus mensajes. El poder de sus palabras y vivencias es para mí de mayor peso y trascendencia que cualquier comentario que yo pudiera aportar. He incluido mis reflexiones sólo con el ánimo de llamar la atención sobre determinados aspectos que me parecieron insoslayables. Una segunda lectura de cada experiencia les permitirá encontrar seguramente otros mensajes que quizás algunos hasta podrán percibir como dirigidos particularmente a ellos.
Es mi deseo que este libro sea una contribución a la nueva Humanidad que se está gestando. Que los padres puedan encontrar aquí el conocimiento necesario para concebir y recibir a sus hijos con amor, sabiduría y libertad.
José Luis Cabouli
18 de agosto de 1999, día de Santa Elena