Читать книгу Diario de una temporada en el quinto piso - Juan Carlos Torre - Страница 13
5 de junio de 1983
ОглавлениеQuerida hermana:
Desde que volví de mi “exitosa” gira europea de enero, con el diploma de Doctor en Sociología y las felicitaciones del jurado integrado por Alain Touraine, Alain Rouquie y Gustavo Beyhaut, no he logrado organizarme y he pasado el tiempo disperso en pequeñas tonterías. A mi falta de disciplina se agrega el clima político del país, al que es difícil sustraerse. Extraño mucho la paz de Oxford. Es posible que viaje a Nueva York en octubre invitado a una conferencia. Después, a mi regreso, me pondré a revisar la tesis de doctorado para tener un manuscrito publicable en marzo: finalmente se hará la luz para tanto tiempo dedicado a mi historia de los orígenes del peronismo. Es muy probable que este alumbramiento tan postergado se haga bajo los auspicios del propio peronismo de nuevo en el poder. No me parece que los esfuerzos de Alfonsín consigan romper el hechizo que pesa sobre el país y que mi voto, que será también para él, tampoco cambie el curso de esta historia cíclica argentina. La fórmula peronista estará encabezada por Ítalo Luder como candidato a presidente. Nada me dice que este señor disponga de autoridad sobre ese movimiento; de allí que sus declaraciones moderadas poco permiten anticipar los perfiles efectivos de su eventual gobierno, un gobierno que creo que estará más influido por sectores más genuinos del peronismo como lo son los sindicatos. Entre tanto, la descomposición del poder militar es ya completa, y la del país no lo es menos, con una inflación galopante y una justicia que baila al son de las denuncias del aventurero Patricio Kelly. Han vuelto muchos amigos desde México, y la vida social se reconstituye de a poco. Pero el panorama no está para imaginar nuevos proyectos. Veremos qué nos tiene preparado el año próximo. La memoria del pasado está todavía demasiado fresca y ello operará sin duda como un freno a los delirios. Otra será la cuestión cuando esa memoria comience a diluirse por obra de la siempre alerta capacidad argentina para el canibalismo político.