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Breves palabras finales

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Observamos a través de estas páginas cómo don Arturo emprende la lucha contra la colonización pedagógica desde diferentes planos: en el cultural, sobre todo en Los profetas del odio y la yapa y el Manual de zonceras argentinas; desde lo económico, como lo hiciera en el Plan Prebisch impugnando el análisis de este acerca de la situación del país hacia 1955 y una forma de ver la economía del país que es como ir a comprar al almacén con el manual del almacenero, también con Política y economía; en lo social, en esos apuntes para una sociología nacional que denominó El medio pelo en la sociedad argentina; y en lo político (y/o geopolítico), puede verse sobre todo en Ejército y política.

En sí, el tema de Jauretche, de sus trabajos, según sus propias consideraciones, es la cuestión nacional, abordada desde diferentes aspectos; y decimos asimismo que es central en su pensamiento la construcción de un pensar en nacional. Se lo ve como un polemista profundo, uno de los mejores que haya dado la Argentina, en los periódicos, en Prosa de hacha y tiza, como asimismo en Mano a mano entre nosotros. Para finalizar, traemos el recuerdo de Darío Alessandro, quien afirma certeramente que Jauretche se dedicó a “destruir lo que llamara ‘colonización pedagógica’, sin cuya destrucción consideraba imposible la liberación nacional”. (Alessandro en Parcero, 1985: 50).

2. Para este desarrollo nos basaremos principalmente en la obra de su biógrafo, Norberto Galasso: Jauretche y su época. Dos volúmenes. Buenos Aires, Corregidor, 2003.

3. En la actualidad, el 13 de noviembre se celebra en todo el país el Día del Pensamiento Nacional como homenaje a Jauretche.

4. Aunque años más tarde iba a criticar cómo esta fue desfigurada y vaciada de contenido en sus aspectos más importantes en tanto se desligó de las necesidades nacionales-latinoamericanas.

5. Jauretche, Arturo. El Paso de los Libres. Relato gaucho de la última revolución radical (diciembre de 1933), dicho en verso por el paisano Julián Barrientos, que anduvo en ella (Buenos Aires, Corregidor, 1992). La primera edición de este relato la prologa un joven Jorge Luis Borges por intermedio de Manzi. No sorprende este prólogo (el cual luego Borges “olvidará”), ya que el escritor de joven había tenido atisbos populares, cercanos al yrigoyenismo; reivindica a Rosas, Quiroga, la gauchesca, etc., hasta aproximadamente 1935, en que troca su camino hacia la literatura cipaya. La segunda edición la prologa Jorge Abelardo Ramos. Véase: Galasso, Norberto. (1995). Borges, ese desconocido. Buenos Aires: Ayacucho y Galasso, Norberto. (2012). Jorge Luis Borges. Un intelectual en el laberinto semicolonial. Buenos Aires: Colihue. Jauretche aparecía así como una promesa para las letras, como Scalabrini, que había escrito El hombre que está solo y espera, o Hernández Arregui, que había escrito unos cuentos: Siete notas extrañas, que le valieron, por ejemplo, el elogio de Nicolás Olivari. O Manzi, que es quien dice finalmente una frase que les cabe a todos estos personajes, incluso a él, que es su decisión de “hacer letras para los hombres, en lugar de ser un hombre de letras”.

6. No hacemos referencia aquí al contenido de los libros, pues más adelante los trataremos profundamente. Este apartado solo tiene la intención de dar cuenta de algunos aspectos biográficos.

7. Recordemos que Frondizi llega al poder con un acuerdo con el peronismo, al que luego traiciona.

8. Ricardo Rojas expone la idea: “La historia no se enseña solamente en la lección de las aulas: el sentido histórico, sin el cual es estéril aquella, se forma en el espectáculo de la vida diaria, en la nomenclatura tradicional de los lugares, en los sitios que se asocian a recuerdos heroicos, en los restos de los museos y hasta en los monumentos conmemorativos, cuya influencia sobre la imaginación he denominado pedagogía de las estatuas”. Rojas, Ricardo. (1971). La restauración nacionalista. Buenos Aires: Peña Lillo.

9. Jauretche trata este tema fundamentalmente en El medio pelo en la sociedad argentina, y en Los tres fracasos de la burguesía nacional (editado últimamente como parte de “Textos selectos”) El “medio pelo” es justamente esta burguesía nacional que quiere ser oligarquía y no puede. Es ausentista, parasitaria, etc.

10. En este sentido, la alianza entre los sectores del movimiento obrero y las clases medias aparece como un tema central. A esa alianza Jorge Enea Spilimbergo la llamó “alianza plebeya”, y la definió categóricamente de esta forma “la alianza del proletariado con la pequeña burguesía constituye el fundamento estratégico de la revolución argentina ( ) Esta afirmación no excluye que, en el curso de la lucha, puedan producirse acuerdos de más amplia naturaleza, con sectores específicamente burgueses. Pero interesa a los trabajadores la relación de fuerzas concreta que presidirá esos acuerdos y, en consecuencia, no sólo la necesidad de fortalecer su propia estructura ideológica y política de clase, sino su sistema de aliados inmediatos”. Spilimbergo, Jorge Enea. (2010). Clase obrera y poder. Buenos Aires: Ediciones del Sur: 50-51.

11. Acá resaltamos que no se refiere a la corriente de izquierda nacional (analizada por el autor como un ala del movimiento nacional), a la cual considera acertada en sus planteos, al tiempo que evade los “vicios” de la izquierda antinacional.

12. Tengamos en cuenta que la izquierda tradicional argentina —sobre todo en sus inicios, el Partido Socialista de Juan B. Justo— se encuentra estrechamente ligada a la inmigración del último cuarto del siglo XIX, y a esos inmigrantes, en gran medida, les conformó la conciencia la oligarquía a través de los aparatos culturales.

13. Más adelante, en el inicio del apartado sobre historia, hacemos un análisis profundo de la necesidad de un revisionismo histórico.

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