Читать книгу Lidera tu empresa en la cuarta revolución - Juan Manuel Romero Martín - Страница 10

Cómo sacar partido a la revolución digital

Оглавление

¿Están preparados los gobiernos y las empresas para aprovechar todo el potencial de la llamada cuarta revolución industrial? ¿Qué diferencia a esta revolución industrial de las anteriores? Primero, que los cambios son vertiginosos; segundo, que esos cambios vienen provocados por la fusión entre lo físico y lo digital, lo que permite crear empresas digitales, cuya gestión no tiene nada que ver con lo que hemos conocido hasta ahora, empezando por la toma de decisiones, que no puede esperar a mañana. Igual que los planes de desarrollo de las empresas, que antes se hacían a cinco, diez o veinte años vista. Ahora con tener medio claro qué vamos a hacer el año en curso y el siguiente podemos darnos por satisfechos.

El problema surge no por la pregunta de si estamos preparados, sino por la respuesta. Porque la triste realidad es que no estamos preparados, ya que cada día surge algo nuevo. Lo que sí podemos hacer es tener la decisión de afrontar esta revolución, ir sorteando obstáculos e ir aprovechando las oportunidades que se nos presentan, que son muchas. Porque esta revolución no es otra cosa que una oportunidad para aquellos que se suban al tren, que no va a esperar a nadie.

La oportunidad para las empresas se basa en que muchas de ellas tendrán más capacidad de influencia que los propios gobiernos. Claro que esta mayor influencia debe llevar consigo una mayor responsabilidad corporativa. A pesar de las oportunidades que se presentan, el pesimismo está haciendo mella, porque ni siquiera el veinte por ciento de los altos ejecutivos confía en que sus organizaciones estén listas para aprovechar los cambios que está provocando esta revolución industrial.

Lo que también parece claro es que se necesita un cambio de estrategia porque lo que hacíamos hasta ahora ya no nos sirve. Y esta falta de estrategia es, sin duda, el principal de los obstáculos y pasa por renovar la fuerza laboral, que tiene que dominar nuevas habilidades.

Podemos sacar provecho a la nueva situación aprovechando la velocidad, alcance e impacto de los cambios. Cada día que pasa aumenta considerablemente el número de personas conectadas al mundo digital, lo que, a su vez, está acelerando la transición entre ambas épocas, la generada por la tercera revolución industrial y la que se está generando en estos momentos con la cuarta. Si, además, sabemos aprovechar las ventajas del alcance y el impacto de los cambios estaremos en el buen camino.

Esta incierta situación nos enfrenta a nuevos desafíos económicos, sociales y, sobre todo, tecnológicos. Puede ofrecer soluciones a problemas hasta ahora desatendidos por la sociedad y crear otros nuevos. Lo que está claro es que los cambios no van a esperar a nadie.

Aprovechar las oportunidades significa tener claro que, por ejemplo, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático representan nuevas maneras de abordar algunos de los problemas más difíciles a los que nos enfrentamos los seres humanos hoy en día. Los más hábiles lograrán encontrar soluciones y rentabilizarlas. Serán ellos quienes sean realmente capaces de integrar en el conjunto de los procesos físicos de nuestro negocio una decena de tecnologías de base digital totalmente disruptivas.

A todo ello le vamos a sacar partido si somos capaces de lograr una mayor eficiencia y optimización de las tareas, automatizando la mayor parte de los procesos industriales y sustituyendo al hombre por la máquina en esos procesos de automatización. Pero esto no significa que se vaya a producir una pérdida masiva de puestos de trabajo, sino que se tendrán que adaptar los trabajadores a las nuevas necesidades.

La transformación digital, a nivel empresarial, nos permitirá ser más ágiles y efectivos a la hora de dar respuesta a las necesidades del mercado y de los propios clientes. Gracias a la tecnología y al uso del big data, entre otros, se podrán predecir las tendencias futuras del mercado y tomar decisiones de forma rápida y acertada. En un mundo global y tecnológico, si queremos que nuestra empresa pueda competir y destacar en su sector, la transformación digital es la única manera de poder lograrlo.

A nivel humano, la transformación digital supone acabar con los trabajos tediosos y rutinarios y el auge de puestos más creativos y estratégicos. Para vivir este cambio de una manera positiva es importante que los profesionales desarrollen, además de conocimientos tecnológicos, algunas habilidades específicas como el carisma y la inteligencia emocional. Esto se traducirá en competencias como la creatividad, el sentido del humor, la empatía, la resiliencia, la motivación, la adaptabilidad o el trabajo en equipo. Características puramente humanas, imprescindibles para llevar a cabo las tareas que las máquinas no pueden realizar (al menos por ahora).

Por otro lado, hay que apuntar que algunas de las profesiones más demandadas a consecuencia de esta trasformación digital son aquellas vinculadas con la tecnología: la nube, blockchain, big data, etc.

Todo ello exige un cambio profundo en el sistema educativo. Por un lado, si queremos un mundo más igualitario y rico es importante favorecer que las niñas estudien estas carreras técnicas, pues el futuro pasa por ellas. En segundo lugar, a la vez que se fomenta el estudio de la robótica, la tecnología o la informática en el aula, es clave incidir en disciplinas más humanistas, como la filosofía o las humanidades en general, imprescindibles para hacer un uso ético de la tecnología.

Esta revolución digital está cambiando el tipo de liderazgo. Para dirigir esta transformación en el mundo laboral será esencial contar con líderes carismáticos, empáticos y con altas dosis de inteligencia emocional. Deben ser ejemplo de coherencia entre lo que dicen y hacen para lograr inspirar a los empleados. El liderazgo ahora se gana, ya no se impone. Estos líderes, propios de una estructura empresarial horizontal (que ya no es ni volverá a ser vertical), serán los encargados de capitanear la transformación digital de sus empresas.

Con la revolución digital el mundo se hace más pequeño, más cercano, más manejable incluso. No importa el lugar geográfico porque la conexión online nos permite llegar a casi cualquier punto de la Tierra que tenga conexión a Internet. Adiós a las horas invertidas en viajar para ver a los clientes, proveedores, etc. Hay muchas aplicaciones, como Skype, Zoom o Facetime, por solo mencionar algunas, que tienen paquetes básicos gratuitos con los que podemos ver a nuestros contactos y hablar con ellos, estén donde estén.

Estas innovaciones en la comunicación nos van a permitir abarcar más posibilidades, logrando multiplicar el número de reuniones que podemos celebrar en un día y, por lo tanto, sacar mucho más provecho de nuestra agenda, nuestro tiempo, nuestra energía y, cómo no, nuestro negocio. ¡Y todo esto sin tener que hacer maletas ni sufrir jet lag! Incluso las profesiones más tradicionalmente consideradas como presenciales pueden beneficiarse de la alta calidad de imagen, sonido y velocidad de conexión para asegurar que el cliente siga recibiendo una atención de calidad. Cada vez hay más médicos, terapeutas, coaches o consultores que llegan a sus clientes a través de la pantalla.

Estas pantallas nos sirven tanto para grandes negocios como para reuniones de familia. No sería la primera vez que un grupo familiar alejado por cientos o miles de kilómetros celebra la comida de Navidad o la cena de fin de año por Skype. Esto demuestra que la pantalla no es una pared, sino una puerta a lugares aparentemente inaccesibles.

Porque la era digital está cambiando la manera en que nos comunicamos entre nosotros: impactar y llegar a una audiencia, un cliente y un equipo se ha convertido en un reto cada vez mayor, ya que tenemos que competir con una gran cantidad de factores.

Podremos rentabilizar todo esto cuando seamos capaces de asumir que los consumidores han cambiado. Lo que les ha hecho cambiar ha sido la adopción muy rápida de una tecnología que les proporciona un poder nunca antes alcanzado por nadie. Ahora ese poder está en las manos de todo el mundo, demandando respuestas inmediatas y altamente satisfactorias. Por eso las organizaciones se ven en la necesidad de desarrollar procesos, sistemas, tecnología y una cultura donde el cliente esté en el centro y con la capacidad de reaccionar inmediatamente tanto a los deseos de los compradores como a la evolución vertiginosa de la tecnología.

En un mundo que tiende a lo gratuito, la revolución digital es el camino para proveer de autoservicio a tus clientes y conseguir que se autosirvan, quitándote gran parte de tu trabajo, sobre todo la parte tediosa y repetitiva. En el mundo del siglo XXI se necesitan plataformas que permitan desarrollos ágiles que integren todas las funciones de la empresa y sirvan para modificar en horas los nuevos modelos de negocio. No podemos depender de desarrollos del siglo XX, que son pesados, difíciles de mantener e incapaces de proveernos de las funcionalidades que necesitamos en un mundo cambiante en el que debemos ser muy flexibles.

Lidera tu empresa en la cuarta revolución

Подняться наверх