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El nuevo trabajador

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Muchos de los trabajadores del futuro ―y del presente― son lo que se denominan nómadas del conocimiento (knowmad, término acuñado por John Moravec, experto internacional sobre el futuro del trabajo y la educación innovadora). Son profesionales itinerantes, digitalmente hiperconectados y expertos en su ámbito de competencias, que basan su éxito en el aprendizaje continuo, la cooperación y la innovación. Está claro que es el perfil que demandan hoy en día las empresas y que buscarán con mucho más ahínco en el futuro, porque no les preocupa que el trabajador esté siete horas sentado en su puesto de trabajo, sino que haga su trabajo de manera satisfactoria.

Estos profesionales son también conocidos como trabajadores 4.0, aquellos que utilizan la tecnología en su rutina diaria para mejorar los procesos que realizan en su puesto laboral. Son polivalentes, con capacidades técnicas enfocadas a los resultados, orientados a la calidad y con capacidad de abstracción y concentración. Una de sus principales características es la habilidad de colaboración, porque trabajan en equipo, ya sea de forma presencial o remota, lo que les permite alcanzar su máximo potencial. Se adaptan fácilmente a los cambios con flexibilidad, curiosidad e interés por el aprendizaje constante. Todo ello sin olvidar su capacidad de liderazgo y sus habilidades sociales y de comunicación, ocupándose ellos mismos de gestionar su propia imagen y con dominio de idiomas, más en un mercado globalizado donde las relaciones online se incrementan día a día.

Se trata de unos perfiles con mentalidad de esponja, dispuestos a estar siempre aprendiendo, que se preocupan más de sus conocimientos y habilidades que de la titulitis. Lo mismo sucede con las empresas, que, contrariamente a lo que ocurría antes, ya no se preocupan de contratar a profesionales con varios títulos universitarios, sino que prefieren empleados que sean capaces de desarrollar su trabajo y adaptarse a cada nueva realidad. El valor diferencial que pueden aportar en los trabajos del futuro no se limita a transformar la información en conocimiento; también destaca la capacidad de desempeñar trabajos relacionados con la creatividad, innovación o resolución de problemas, que se presumen mucho más complicados de sustituir por máquinas.

Estos nuevos trabajadores potencian constantemente sus fortalezas, lo que les permite dedicarse a diferentes profesiones según la situación del mercado o sus propios intereses. Y cuanto más jóvenes son más exigentes, porque ya no buscan tanto un salario elevado como un trabajo en el que estén cómodos, en el que se sientan valorados tanto en lo profesional como en lo personal. Al sentirse más valorados acuden más felices a trabajar y mejora su productividad. Disfrutan de una mayor libertad y son mucho más responsables. Si esto no ocurre y no se encuentran a gusto en su trabajo, buscan otro empleo rápidamente.

No solo buscan la comodidad de elegir sus horarios en función de sus gustos y necesidades, sino trabajar en sus horas más productivas, que solo ellos conocen, por muy extraños que esos horarios puedan parecer.

La creatividad es otro factor esencial porque las empresas quieren profesionales capaces de adoptar un pensamiento positivo y que asuman riesgos, probando cosas que no se habían intentado antes.

Lidera tu empresa en la cuarta revolución

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