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Aneurisma cerebral

Su familia no comprendía qué le había sucedido a Edgar, por lo que procedieron a investigar y consultar sobre el diagnóstico entregado por el médico de turno del hospital. Indagando, lograron informarse sobre lo que había acometido a su apreciado hijo.

Un aneurisma cerebral es una protuberancia o dilatación en un vaso sanguíneo en el cerebro. En ocasiones, tiene el aspecto de una cereza que cuelga de un tallo.

Un aneurisma cerebral puede presentar una pérdida o una rotura, y causar sangrado en el cerebro (accidente cerebrovascular hemorrágico). A menudo, la rotura de un aneurisma cerebral se produce en la zona entre el cerebro y los tejidos delgados que recubren el cerebro. Este tipo de accidente cerebrovascular hemorrágico se denomina «hemorragia subaracnoidea».

La rotura de un aneurisma se convierte en una amenaza para la vida rápidamente y requiere el tratamiento médico inmediato.

Sin embargo, la mayoría de los aneurismas cerebrales no presentan roturas, no crean problemas de salud y no causan síntomas. A menudo, dichos aneurismas se detectan durante pruebas que se realizan para otras afecciones.

El tratamiento de un aneurisma sin rotura puede ser adecuado en algunos casos y puede evitar una rotura en el futuro.

Síntomas rotura de un aneurisma

Un dolor de cabeza repentino e intenso es el síntoma clave de la rotura de un aneurisma. Este dolor de cabeza suele describirse como «el peor dolor de cabeza que puedas sentir».

Los signos y síntomas frecuentes de la rotura de un aneurisma son:

 Dolor de cabeza repentino y muy intenso

 Náuseas y vómitos

 Rigidez en el cuello

 Visión borrosa o doble

 Sensibilidad a la luz

 Convulsiones

 Caída del párpado

 Pérdida del conocimiento

 Confusión

La inquietud y desasosiego, ante tal aciago panorama, dejó a la familia sumida en la tristeza y la aflicción, al comprender que un integrante de la familia se encontraba en tan crítica y delicada situación de salud.

Aproximadamente a las tres de la madrugada, se presenta un vecino enfermero que trabajaba en el hospital. Golpea la puerta del domicilio, abre su hermana junto a los padres y les comunica: «No hubo nada que hacer, Edgar se fue…».

Aventuras y desventuras de un viejo soldado II

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