Читать книгу La llamada de Siete Lagos - Julieta P. Carrizo - Страница 5
Siete Lagos, septiembre de 1660
Оглавление—No puedo hacer lo que me pides —dijo la mujer con desesperación. Olek le tomó las manos con fuerza y la obligó a mirarlo.
—Uliana, por favor. —Presionó sus dedos para que ella no intentara zafarse—. No podemos seguir en este lugar, esto es obra de Chornobog.
—No digas esas cosas —replicó ella en un vano intento por contener un sollozo—. Hemos construido un hogar aquí, hemos prosperado, esta es nuestra tierra ahora.
—¡La gente está muriendo! La peste va a terminar matándonos a todos Uliana, nadie se va a salvar, el pueblo no nos dejará salir.
—Olek, por favor. —Intentó restar importancia a sus palabras—. Exageras, es solo una enfermedad, pronto vamos a controlarla.
—El hospital se encuentra atestado, nuestros hermanos entran. Ninguno sale. —Miró fijamente a su esposa—. Por favor.
—Dmytro dice que todo pasará pronto…
—Dmytro es el que ha traído la desgracia sobre nuestra gente. —Soltó por fin las manos de su mujer—. ¿No te das cuenta de lo que sucede aquí, Uliana? ¿Acaso me vas a decir que no sabes lo que pasa por las noches en el Círculo del Poder? ¿Has visto lo que ha sucedido con los árboles y los animales? La contaminación del lago, del aire, de las plantaciones.
—No digas esas cosas, Olek —suplicó ella en voz baja—. Si alguien nos escucha…
—Todos tienen el mismo miedo que nosotros, pero nadie se anima a decirlo. No me voy a quedar aquí para ver cómo mueren nuestros hijos. Esta noche nos marchamos —dijo Olek tajante.
Uliana miró a su marido asustada, luego se acercó a la ventana y observó la aldea. Las calles estaban vacías, las casas cerradas, el mercado abandonado. Aquel pueblo, que parecía próspero y prometedor, ahora se desmoronaba a causa de la peste. Una densa bruma oscura comenzó a reptar por los caminos; Uliana apartó la vista. Tal vez su marido tuviera razón y Chornobog acechaba entre ellos; si así era, no podía permitir que sus hijos fueran alcanzados por él.
—Esta noche. —Se volvió hacia él—. Esta noche nos largamos.