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Оглавление1 Juvenal cita aquí el pueblo y el mar más septentrionales. La denominación «Océano» es la normal que tenía ya en los geógrafos griegos, y que aceptan los romanos: mar exterior que rodea la tierra. Glacial es denominación de parte, y su función gramatical oscila entre epíteto y atributo.
2 Los Curios como ejemplos proverbiales de la severidad de costumbres antigua.
3 Bacanales, aquí ya sustantivo común. Las Bacanales recordaban orgías báquicas en las que se daban aberraciones sexuales de todo tipo. Aquí, como ya se ha indicado, Juvenal alude principalmente al imperio de Domiciano, en el que la afectación de un rigor y sencillez filosóficas en las manifestaciones externas eran la tapadera de la peor disolución de costumbres.
4 Bustos de filósofos modelados en yeso eran el ornato más habitual de las estancias de los que estudiaban filosofía o se las daban de estudiarla.
5 Lo mismo que ocurría con las costumbres ocurría con el saber, que no les interesaba para nada, pero ocultaban su total desinterés teniendo en sus casas, a la vista de todos, bustos de filósofos.
6 En mi versión catalana del año 1961, aquí me equivoqué. Lo que dice el satírico es que un soporte horizontal de plomo fijado en la pared exhibe un retrato auténtico del filósofo Cleantes, estoico, de acuerdo con la ficción de moralidad de aquella alta sociedad romana.
7 La depilación era algo muy practicado por los elegantes de aquella sociedad romana.
8 Los estoicos llevaban la cabeza rapada como señal de su desprecio por la elegancia corporal.
9 Sumo sacerdote de la diosa Cíbele, que era honrada (!) con prácticas infames.
10 Juvenal viene a decir: tal hombre está como predestinado a estas prácticas infames que se le notan públicamente. Y esto hasta cierto punto le exime de culpabilidad.
11 Hércules como ideal del sabio estoico.
12 Otro infame muy conocido, quizás afectado por la ley Escantinia.
13 El linaje de los Graco en Roma era muy antiguo, y designaba la familia plebeya de los Sempronio. La referencia concreta de Juvenal aquí debe de ser a Tito Sempronio Graco, que después de una larga y azarosa carrera militar y política, siempre para defender a las clases más populares, en el año 132 a. C. propuso una constitución que fue tenida por revolucionaria, y murió asesinado conjuntamente con algunos centenares de partidarios suyos.
14 Fue procónsul en Sicilia, que expolió, y fue objeto de una célebre acusación por parte de Cicerón.
15 Asesino del tribuno Clodio, y fue defendido judicialmente por Cicerón en el más famoso de sus discursos, el Pro Milone.
16 Es el Clodio de la nota anterior, famoso por su vida licenciosa.
17 Compañero de conjuración de Catilina.
18 La referencia es a Lucio Cornelio Sila, que después de una azarosa vida militar, pues dirigió guerras en Grecia, en Asia Menor y en la misma Italia, en el año 82 a. C., tras vencer en la guerra civil, proscribió a cuarenta senadores, a mil seiscientos caballeros, y, en conjunto, a cuatro mil setecientos ciudadanos. Los discípulos de Sila son el segundo triunvirato, el del año 43 a. C., Octavio, Antonio y Lépido.
19 Es Domiciano, que se casó con su sobrina Julia (lo cual estaba prohibido legalmente), y cuando ésta quedó embarazada le mandó abortar; los abortivos tomados produjeron la muerte a la joven.
20 Probablemente esta sátira segunda fue compuesta al cabo de poco tiempo de la muerte de Domiciano.
21 De tragedia por lo que sucede en las tragedias. Una unión entre tío y sobrina era legalmente un incesto. Juvenal subraya expresamente que el incesto coincidió con la promulgación de la Lex Iulia.
22 La Lex Iulia de adulteriis et stupro, promulgada por Domiciano en el año 90.
23 Los Escauro como representantes de la moralidad de las épocas antiguas. Juvenal piensa concretamente en Marco Emilio Escauro, cónsul en el año 115 a. C., campeón de la oligarquía aristocrática, y muy alabado por Cicerón, y piensa también seguramente en el hijo de éste, al que su padre castigó con la muerte por haber fracasado en su lucha contra los cimberios.
24 O bien se trata de una mujer condenada en virtud de la Lex Julia, o bien de un nombre genérico, para designar a las mujeres de esta laya.
25 Catón el Censor y Catón de Útica eran modelos proverbiales de la austeridad antigua de la vida.
26 Para despertarlas, pues están dormidas.
27 La Lex Scantinia, muy antigua, aunque se desconoce la fecha exacta de su promulgación, condenaba el estupro de un adolescente.
28 Se refiere a la táctica militar llamada testudo, originariamente griega (la cita, por ejemplo, Polibio IV 64, 6), y que adoptó el ejército romano. Los hoplitas (o los infantes) se alineaban en línea recta y juntaban sus escudos de modo que se tocaran unos con otros. El resultado era algo así como una pared difícilmente franqueable. La relación con el caparazón de la tortuga (testudo) se daba principalmente cuando no sólo la primera fila de combatientes, sino también las laterales adoptaban semejante disposición, y los infantes que quedaban en medio se cubrían las cabezas también con los escudos. Todo ello tiene Juvenal in mente cuando hace esta alusión.
29 Las partes sexuales, naturalmente. Estos nombres probablemente son de personas reales, que han existido.
30 El homosexual y el heterosexual.
31 Aquí Juvenal se contradice con los lugares de la sátira VI en los que aparecen mujeres que promueven procesos (v. 244), que se dedican a ejercicios atléticos y que practican la esgrima (vv. 246 y sigs.), mujeres que no constituyen ninguna excepción.
32 Comida peculiar de los que luchaban en el Circo.
33 Bordadora que desafió a Minerva y ésta la convirtió en araña.
34 Es el caso de cualquier esclava que el marido eligiera como concubina; por celos, la esposa ofendida mandaba sentarse a esta esclava en un taburete y le fijaba los pies con un cepo.
35 Hister es aquel Pacuvio Híster citado en la sátira XII como captador de testamentos. Aquí, en el suyo propio, se ha acordado de su liberto porque a la vez ha sido su garzón. No de mejor calaña es su joven mujer, que consiente en las prácticas sodomíticas de su marido porque éste le hace magníficos regalos. Sin embargo, la referencia tiene un origen mitológico: Dirce, que persiguió con toda suerte de encantamientos a Antíope, concubina de su marido Licón.
36 Alusión muy concreta a la censura vitalicia que se asignó Domiciano.
37 Patronímico burlesco; estos hombres nada tenían de estoicos. La palabra latina stoicidae es una formación grotesca paralela al patronímico Aeacida, usado éste en la lengua sublime de la tragedia y de la épica.
38 Con este cognomen se alude a cualquier persona de alto rango social, y se dio desde siempre en la familia de los Metelo. Aquí se alude a uno que ejerce una acusación de adulterio, y va ataviado con ropajes tan delgados y transparentes que más bien parecen los de una prostituta.
39 Probablemente nombres de mujeres condenadas en procesos por adulterio. Con ello habían perdido el derecho a usar la toga de matronas, y debían vestir obligatoriamente el vestido de las mujeres rapadas, la llamada toga de meretriz.
40 Puesta, es decir, sin llevar ninguna prenda debajo.
41 Un punto culminante en el sarcasmo de la sátira.
42 Certera descripción de los antiguos romanos, que regresaban a sus hogares después de una campaña victoriosa, y sin darse descanso acudían inmediatamente a la asamblea popular, en la que debatían los problemas ciudadanos.
43 Seguramente se refiere a la población que regresaba de la celebración de las fiestas del Septimontium, aunque el adjetivo «montañesa» comporta algo de rusticidad y de palurdo.
44 «Abandonar el arado» era una expresión proverbial para indicar tiempo de asueto.
45 En un juicio. Vestir así era un escándalo en cualquier caso, pero lo era más actuar vestido así como testigo de la acusación ante un tribunal.
46 Juvenal habla aquí como si hubiera existido realmente una asociación de hombres que se reunían en el domicilio de alguno de ellos no sólo para vestirse con atuendo femenil, sino también para celebrar una parodia de las fiestas que las mujeres celebraban en honor de la Bona Dea . Ellas excluían rigurosamente a los hombres de su celebración, y estos pervertidos hacen lo mismo. La celebración genuina fue introducida en Roma por los sabinos, ya antes de la época de Numa Pompilio. En ella se sacrificaba una puerca, símbolo de la fecundidad, y no se bebía vino, pues se creía que éste dañaba a las embarazadas.
47 Aquí hay una comparación con las orgías de la diosa Cotito en la ciudad de Atenas. Cotito era una divinidad frigia cuyo culto tomó carta de naturaleza en Atenas; se celebraba con orgías licenciosas. Los baptas eran los ministros de este culto, cuya iniciación se hacía con una inmersión en agua. De ahí el nombre. Etimológicamente «bapta» significa «el que sumerge».
48 Fatigar, porque la diosa llegaba a hartarse de sus adeptos.
49 El latín dice «aguja», pero debe entenderse más bien una pequeña espátula.
50 Era una fórmula de belleza en las mujeres alargarse las cejas de modo que casi se juntaran encima de la nariz.
51 No es lo mismo que lo anterior. Se reseguían las pestañas a lo largo de la ceja con antimonio machacado y reducido a polvo, que es algo muy parecido al hollín. De ahí que se le diera simplemente este nombre.
52 Porque durante la operación, el párpado no puede mantenerse inmóvil.
53 Referencia a la felación.
54 En latín galbina, vestido exclusivo de mujeres. Tenue: otra vez la transparencia de las vestiduras.
55 La ficción de que aquí se trata de mujeres es observada con el máximo rigor.
56 Los espejos eran de uso exclusivo de las mujeres. Aquí hay una referencia a la Eneida de Virgilio, y luego una cita literal. La primera es una parodia del lugar III 286 «escudo del insigne Abante» (que fue un rey de Argos aliado de Agamenón), la segunda, cf. XII 94. Ello permite ver muy intuitivamente el monstruoso contraste entre los héroes de la Antigüedad y los personajes de la época del satírico. Otón, representante de la juventud aristocrática de entonces, empuñaba el espejo como los antiguos empuñaban el escudo, y lo empuñaban con el mismo orgullo, hay que suponer, con que Turno blandía la lanza que arrebatara en pleno combate a Áctor de Aurunca.
57 Era voz común que la amistad entre Otón y Nerón era de índole perversa.
58 Los vv. 102-109 nos ofrecen otra vez una digresión meditativa que rompe totalmente la unidad del pasaje.
59 Otón mandó asesinar a Galba en el año 69.
60 Pequeño lugar entre Cremona y Verona en que se libró la batalla decisiva entre Otón y Vitelio, en abril del año 69.
61 Es decir, proclamarse emperador de Roma.
62 Se trata de una compresa muy delgada de pan, amasada con leche de burra, que durante la noche se ponía en la cara para vitalizar el cutis.
63 Cosa que no hicieron ni Semíramis ni Cleopatra, las belicosas reinas de Oriente. La primera, según la leyenda, hizo una campaña hasta la India, en la que murió. Pero los romanos vieron siempre en ella una mujer muy muelle. El texto latino aplica indiscutiblemente a Cleopatra el adjetivo «triste», «afligida», lo cual puede responder a su estado de ánimo antes de la batalla.
64 Se refiere a la mesa sagrada, en la que se depositaban las ofrendas.
65 El equívoco obsceno es evidente. Se entra en la descripción de un enlace entre homosexuales. Habia un precedente no lejano, tal celebración entre el emperador Nerón y un tal Esporo, efectuada con todas las formalidades legales. Este Graco saldrá luego como gladiador reciario (vv. 143-148, y VIII 201), que aquí se une a un trompetero. Apunta también fugazmente el tema del dinero, los cuatrocientos mil sestercios, una cantidad muy considerable.
66 Legales, que dan fe del enlace «matrimonial».
67 Otra alusión a la censura vitalicia de Domiciano. Se consultaban al harúspice los prodigios que pudieran ocurrir, que a él tocaba interpretar; Juvenal considera prodigios estas horribles infamias contra naturaleza, de ahí que mencione al harúspice.
68 Era la túnica talar, que llegaba hasta los pies.
69 Los escudos sagrados eran llevados en el brazo izquierdo por los sacerdotes salios en la procesión que celebraban el día 1 de marzo.
70 Porque durante la procesión los sacerdotes salios bailaban.
71 La correa se llama misteriosa porque sólo se veía en esta ocasión; en el resto del año se guardaba en el templo de los sacerdotes salios. Pero aquí subyace otro sentido, la correa también es misteriosa porque a ella se atribuye un cierto poder mágico.
72 Los sacerdotes salios estaban divididos en dos colegios, el del Palatino, que daba culto al dios Marte, y el del monte Celio, que daba culto a Quirino, quien aquí, como siempre, es considerado como Rómulo divinizado, fundador de Roma, y llamado por esto «padre de la ciudad».
73 Los primeros romanos fueron pastores o bien bandidos, dice Juvenal en VIII 274.
74 El otro patrón de la ciudad, Marte.
75 Agitar la cabeza, aquí cubierta con el casco, es señal de indignación.
76 Golpear el suelo con la lanza era señal inequívoca de ira.
77 Severo, porque no era apropiado tratar en él asuntos triviales ni hacer cosas grotescas.
78 Notan los comentaristas que en la topografía de la Roma antigua, el valle de Quirino no aparece por ninguna parte. Debía de ser una pequeña hondonada contigua a la colina del Quirinal.
79 Se refiere a las Acta Diurna, en las que se anotaban los hechos notables o sorprendentes ocurridos cada día.
80 La obesa Lide fue, sin duda, una comadrona muy conocida, o quizás una mujer médico, o una curandera que suministraba a las mujeres medicamentos contra la esterilidad.
81 En las fiestas llamadas Lupercalia (en honor de los lobos, la celebración procedía de Arcadia), los lupercos, ciudadanos romanos de cierta y aun de alta categoría social, que desempeñaban normalmente cargos importantes, en este día, desnudos y cubiertos por un simple taparrabos, corrían por las calles de Roma y golpeaban a las mujeres que se encontraban al paso con tiras de piel de cabras sacrificadas. Se creía que recibir estos golpes era curativo, y que las mujeres que los recibían tenían los partos más fáciles; las estériles quedaban embarazadas.
82 La palabra latina correspondiente significa algo contra naturam.
83 Los vicios hasta ahora fustigados eran repugnantes, pero se avergonzaban de la luz del día, y quedaban ocultos. Pero lo que sigue ahora supera aquella indignidad inaudita: personas de las familias más nobles, senadores y caballeros, se rebajaban públicamente como gladiadores para ser espectáculo del pueblo. Esta transición sólo se puede entender si se tiene en cuenta que también en lo anterior se ha tratado de la corrupción de las clases más altas. El poeta juzga como romano que es. La dignidad de las clases sociales más altas era un santuario del Estado, y su fundamento más sólido. El desprecio de esta dignidad y la prostitución pública de las más altas esferas familiares y linajes, que hubieran debido ofrecer otro ejemplo, fue el inicio de una perdición irrecuperable.
84 Porque había fallado el golpe. Cuando el reciario fallaba con la red debía huir corriendo como un galgo, porque sus armas defensivas eran de muy poca eficacia.
85 Los Claudii Marcelli, Lutatii Catulli, Aemilii (o bien Fabii, Iulii, Sergii) Paulli, y los Fabii como ejemplo de las familias y de los linajes más nobles y encumbrados.
86 Hay que pensar en los Manlii Capitolini, cuyo antepasado Marco Manlio Capitolino recibió tal cognomen por haber defendido el Capitolio contra la invasión de los galos.
87 Los aposentados en la tribuna eran el Emperador y su corte. Aquí el Emperador era Nerón.
88 Juvenal no rechaza en modo alguno la creencia en otra vida, lo que niega son los mitos que ordinariamente se cuentan sobre ella. El final de la sátira se marca por este contraste, muy efectivo.
89 Los espíritus de la época gloriosa de los antepasados: Curio, Fabricio y Camilo. Son los citados tradicionalmente.
90 Los Fabios muertos en el riachuelo Cremera en la guerra contra los veyentinos.
91 Purificarse de una contaminación. Se ahumaba con azufre y se aspergía con agua; el hisopo era una rama de laurel.
92 La conquista de las Órcadas por Agrícola (el suegro de Tácito) se dio en el año 84. Pero al año siguiente tal general fue llamado a Roma, tras haber conquistado el sur de Inglaterra. Quizás Juvenal participara en la campaña, en cuyo caso escribió esta sátira unos veinte años después.
93 Podría tratarse de un caso real ocurrido en el imperio de Nerón.
94 Duro sarcasmo al final de la sátira.
95 La capital de Armenia.