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Mimado

Sé que Nutwit tiene razón.

Me he convertido en un animal de costumbres, mimado, después de aquella época en que yo era responsable de mi futuro y tomaba mis propias decisiones. Durante mucho tiempo fui Bob, el fiero, el astuto, el callejero.

Como perro callejero, vivía de las sobras en el centro comercial mientras Snickers cenaba croquetas de primera, vestida con sus sofisticadas prendas. Caramba, cómo me encantaba ese algodón de azúcar que se quedaba pegado al suelo. Los ovnis inesperados. Los trozos de perritos calientes cubiertos de cátsup y esparcidos debajo de las gradas como si fueran, no sé, dedos gordos o algo así.

Iván se ofrecía a compartir su comida de gorila conmigo, y Stella y Ruby siempre estaban listas para pasarme una zanahoria o una manzana. Pero me negaba. Necesitaba estar en forma, ser resistente, mantenerme fiel a mi naturaleza salvaje.

De acuerdo, tal vez de vez en cuando me comía un plátano del desayuno de Iván.

Pero luego las cosas cambiaron. Me volví civilizado. Doméstico. Una mascota.


No me malinterpretes. Definitivamente tiene sus ventajas. Julia, que es toda una artista, pintó mi nombre en un tazón de comida. Me dio esta manta tan maravillosamente suave en la que se puede hacer

el baile de cama por siempre hasta que logres acurrucarte.

Adoro esa manta. Pero no puedo dormir sin Noesquetepilla, el viejo gorila de peluche de Iván.

Por supuesto, justo cuando tengo marcados mi manta y Noesquetepilla con la cantidad correcta de Eau de Bob, la madre de Julia hace lo impensable. Los arroja en la lavadora y elimina hasta el último rastro de… mí.

Hay otras indignidades que tolero.

La caminata diaria con una cuerda de tira y afloja, después de haber salido sin correa durante toda mi vida.

Los intentos de entrenarme. Como si eso fuera a pasar alguna vez.

Los besos y los arrumacos.

Bueno, los arrumacos están bien, supongo.

Pero no entiendo los besos, de verdad. Si quieres besar a tu perro, ¿por qué no le das una gran lamida en la cara y ya está?

No importa. ¿Y qué pasa si me he vuelto un poco mimado? ¿Un poco doméstico?

Hay una gran diferencia entre ser doméstico y ser un cobarde.

El único e incomparable Bob

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