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UNAS PALABRAS DE LOS PADRES QUE HAN ACEPTADO EL CAMBIO

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Valérie, 45 años

Mi hija quiso hacerse vegetariana a los catorce años. A mí me costó aceptar esa opción porque no era la misma que tenía yo. Hoy la comprendo y me alegro de haberla ayudado a llevar sus convicciones hasta el final. Pero también hay que decir que, para un adolescente, no siempre resulta fácil ser vegetariano. Cuando sale por la noche, mi hija siempre se encuentra con que no tiene nada que comer. A menudo, los jóvenes piden pizzas, pero con jamón. Luego vuelve a casa muerta de hambre y se abalanza sobre la nevera. Ella dice que no le importa. Y yo intento creerla, pero no estoy demasiado convencida.

¿Y por qué no creer lo que dice? A los adolescentes les gusta reunirse por la noche y estar juntos, lejos de los adultos. Está claro que les gustan las pizzas y los kebabs, pero lo más importante es ese «estar juntos» y lejos del juicio de los padres.

En cualquier caso, seguro que un día te toca lidiar con el fiestero de tu hijo, esa noche que vuelve a casa famélico. Es un clásico, una situación que no solo exige cierta resignación para evitar preocupaciones inútiles, sino también un mínimo de anticipación.

Con el tiempo, el adolescente aprenderá a manejar (bien) la situación:

 Comerá antes de salir.

 Comerá por el camino (comida rápida, un sándwich, tacos…).

 No comerá antes de salir, pero habrá pedido a los comprensivos organizadores que pidan pizzas de queso.

 Llevará él mismo su comida: pizza, patatas fritas, pan, queso…

 Seguirá llegando con hambre bastantes veces; pero es así, lidiando con determinadas situaciones, como uno aprende a anticiparse.

Un consejo: no bajes nunca la guardia y compruébalo absolutamente todo, porque los adolescentes se olvidan de todo, incluida la comida.

Pero tampoco vayas a creer que los adolescentes vegetarianos son los únicos que pasan hambre los viernes y sábados por la noche. Por si todavía no lo sabes, entérate de que comida (de cualquier clase) suele haber muy poca en una reunión nocturna de adolescentes (y, por desgracia, hay bastante más bebida).


LA OPINIÓN DE LA NUTRICIONISTA

Consejo de nutrición para adolescentes vegetarianos hambrientos: puedes comprar hamburguesas, nuggets y salchichones veganos y conservarlos en la nevera o el congelador.

Hazte también con un buen cargamento de pizzas Margarita. Una pizza siempre es una pizza, ¡incluso sin jamón!


Laetitia, 54 años

Mi hija no come carne desde los quince años. En nuestra casa, el problema surge sobre todo cuando vienen a visitarnos mis padres. Con frecuencia, mis padres se han reído de ella, con el argumento de que en este mundo hay niños que se mueren de hambre. Así que no comprenden la decisión de su nieta. Consideran que es una pose intelectual, creen que nadie tiene derecho a negarse a comer carne, que tenemos la gran suerte de poder comer hasta saciarnos.

De modo que con ellos ya no existe la misma complicidad, y creo que es una pena, porque es normal que nuestros hijos crezcan e intenten encontrar soluciones para mejorar el mundo que nos rodea.


Lucia, 48 años

Cuando mi hija me dijo que no quería comer carne nunca más, me puse hecha una furia. Me pareció otro problema más que me iba a amargar la vida y a hacerme perder tiempo. No era nada contra mi hija, sino simplemente que tenía otras cosas que hacer que pasarme el tiempo cocinando para la señorita. Cuando yo tenía su edad, me comía lo que me ponían en la mesa. Punto. Nunca me habría atrevido a decirle a mi madre que quería comer esto o lo otro. Además, ella nunca habría consentido en cocinar algo especial para mí.

Mi hijo adolescente es vegetariano

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