Читать книгу Instituciones divinas. Libros I-III - Lactancio - Страница 8
1. EL CONTENIDO
ОглавлениеHa sido muy criticado Lactancio al respecto. Ya Jerónimo puso en evidencia las insuficiencias de Lactancio como pensador cristiano: «Ojalá que ese río de elocuencia ciceroniana hubiese podido demostrar nuestra doctrina, de la misma forma que aniquiló la doctrina de otros» 19 . En época moderna ha habido autores que se han encargado de poner de manifiesto las deficiencias del pensamiento doctrinal de Lactancio 20 , insistiendo sobre todo en la influencia judeo-cristiana en el mismo.
No vamos nosotros a insistir aquí en la teología lactanciana. Simplemente intentaremos delimitar qué es lo que se propone Lactancio y qué es lo que consigue.
¿Qué es una Institutio? El término no está recogido en los tratados de retórica antiguos para designar un género literario con un contenido preciso. Pero sí podemos deducir qué es lo que se entiende por institutio o institutiones a partir de los textos en que se utiliza este término para designar una obra, o a partir de aquellos en que de alguna forma se define el contenido del mismo. Efectivamente, el término es empleado con frecuencia para designar algo así como un compendio de preceptos sobre un arte o doctrina, ya sea de oratoria, de métrica, de matemáticas, de leyes, etc. 21 . En los textos en que de alguna forma se define el contenido del término institutio , este término es normalmente identificado con el plural prima argumenta o elementa; esto sucede dos veces en el código de Justiniano 22 . El mismo Lactancio deja claro que instituere es lo que él se propone, es decir, «establecer la sustancia de toda nuestra doctrina» 23 .
Las Institutiones son, pues, un tratado en el que se exponen los principios o elementos de una doctrina. En el caso de Lactancio se trata evidentemente de la doctrina cristiana. Ahora bien, puesto que se trata de una doctrina nueva que cuenta con enemigos, la construcción del edificio de esa doctrina se hace no sólo a base de materiales aptos, sino también sobre el rechazo de los materiales no aptos; esta construcción —basada en el rechazo de los materiales ajenos y en la defensa de los materiales propios— comprende los seis primeros libros; el libro séptimo sería el tejado, como dice el propio Lactancio 24 . Efectivamente, los seis primeros libros se pueden agrupar de dos en dos: cada grupo de dos libros comprende el rechazo de la doctrina enemiga y la afirmación de la doctrina propia en el mismo tema. Los libros I-II se ocupan del rechazo de las religiones paganas y de la defensa del monoteísmo; los libros III-IV, del rechazo de la filosofía o sabiduría paganas y de la defensa de la verdadera sabiduría, que se identifica con la religión cristiana; los libros V-VI se centran en el ataque a los perseguidores, tanto físicos como intelectuales, del rito cristiano y en la defensa de las costumbres cristianas; el libro VII trata de la vida eterna. La obra responde, pues, a un plan perfectamente establecido, que esquemáticamente sería así:
A) La verdadera religión:
1. Rechazo de las falsas religiones: libro I.
2. El origen de esas religiones: libro II.
B) La verdadera sabiduría:
1. Rechazo de la sabiduría pagana: libro III.
2. Defensa de la identidad «verdadera sabiduría = religión cristiana»: libro IV.
C) La verdadera forma de vida:
1. Rechazo de los que atacan la forma de vida de los cristianos: libro V.
2. Defensa de la forma de vida cristiana: libro VI.
D) El premio que espera a los fieles: libro VII.
Éste es el esquema preconcebido por Lactancio. Pero este esquema y su puesta en práctica merecen algunas consideraciones.
En primer lugar, todo ese esquema se reduce a una sola idea: descubrir la verdad. Ésta es la verdadera obsesión de Lactancio, que él mismo no se cansa de repetir en el primer capítulo de la obra: «…con cuánta mayor justicia me puedo entregar yo, como si de un puerto segurísimo se tratara, a la piadosa, verdadera y divina sabiduría…»; «no hay ningún alimento más dulce para el alma que el conocimiento de la verdad. A afirmar y explicar esta verdad he dedicado estos siete libros»; «sólo pretendo instruir a los hombres, es decir, llevarlos desde el error en que están inmersos al camino recto» 25 . Y todo se reduce al conocimiento de la verdad, porque la verdad sólo puede estar en la religión verdadera; es decir, auténtica sabiduría y religión verdadera van necesariamente juntas, de forma que el auténtico sabio aceptará necesariamente la religión cristiana. En esto insiste con frecuencia Lactancio 26 ; por otra parte, no debe de carecer de sentido el hecho de que el centro mismo de la obra, el libro IV, está dedicado al tema de la sabiduría y religión verdaderas. El hecho de que el fin último de la obra sea la búsqueda de la verdad es, creemos, una de las claves desde la que hay que mirar y valorar la obra de Lactancio: su obsesión, en medio de un mundo de profunda crisis espiritual, es la de la búsqueda angustiosa de la verdad por encima de todo; sus errores como teólogo cristiano quedan minimizados desde esta perspectiva. Pero ¿no va a merecer la pena el estudio de la obra de un hombre que, en medio de la angustia espiritual de un mundo en crisis, se esfuerza por buscar la verdad? ¿No merecen perdón sus errores, si acertó en lo fundamental? Él no defiende la religión cristiana a ciegas, sino que la defiende porque ha comprendido que esa religión se identifica con la sabiduría verdadera.
Otra consideración que hay que hacer a la vista del esquema de la obra, expuesto más arriba, es la siguiente: el paralelismo que se observa entre los bloques B y C —paralelismo que se centra en el rechazo y defensa— no se observa en el bloque A. Efectivamente, en el bloque B se rechaza la filosofía pagana y se defiende la sabiduría verdadera; en el bloque C se rechaza la postura de los perseguidores de los cristianos y se defiende la actitud y forma de vida de éstos; sin embargo, en el bloque A solamente encontramos el rechazo de las religiones paganas. La lógica habría exigido un esquema como éste:
A) 1. Rechazo de las falsas religiones: libro I.
2. Defensa de la verdadera: libro II.
B) 1. Rechazo de la falsa sabiduría: libro III.
2. Defensa de la verdadera: libro IV.
C) 1. Rechazo de la actitud de los perseguidores: libro V.
2. Defensa de la actitud cristiana: libro VI.
Sin embargo, en A2, en lugar de defenderse la verdadera religión, se sigue atacando a las religiones paganas 27 . ¿A qué se debe esta ruptura de un esquema que Lactancio tenía sin duda perfectamente concebido? ¿Es una ruptura casual o responde a ese plan? Creemos que no es casual, sino que está perfectamente justificada: en primer lugar, porque la defensa de la religión verdadera, de la religión del Dios de los cristianos, no exige tratamiento aparte; su defensa, de acuerdo con lo que hemos dicho anteriormente, se engloba en la defensa de la verdadera sabiduría, y ésta —la sabiduría verdadera— es defendida en el libro IV; es en el libro IV, pues, donde se defiende a la verdadera religión juntamente con la verdadera sabiduría 28 ; religión y sabiduría van, pues, juntas; así pues, esta ruptura del esquema lógico no es nada más que un reflejo del fin último de la obra: la búsqueda de la verdad; y la verdad se encuentra en la auténtica sabiduría y en la religión verdadera, las cuales son defendidas juntas en el libro IV. En segundo lugar, porque la defensa de la religión verdadera, que propugna la existencia de una Providencia divina que lo programa y rige todo, no merece capítulo aparte porque, en definitiva, esta defensa es la que subyace a lo largo de toda la obra; el mismo Lactancio lo dice al comienzo de ella: «…como necesariamente tendré que hablar de vez en cuando a lo largo de la obra que ahora emprendo de la inteligencia de la divina Providencia, dejaré ahora al lado esta cuestión que está con todas las demás en relación tal que, hablemos del tema que hablemos, tendremos que hacerlo también de la Providencia» 29 . Por otro lado, los capítulos 3-7 del libro primero están dedicados a la defensa del monoteísmo: ellos serían la respuesta a las religiones paganas politeístas. De todas formas, y de acuerdo con lo que acabamos de decir, podría pensarse que la obra, frente a la división tripartita que antes hemos apuntado, tiene una división bipartita: una primera que trataría de la religión y sabiduría, que abarcaría hasta el libro IV inclusive, y una segunda, que trataría de la conducta del hombre auténticamente sabio y religioso, que comprendería los libros V y VI, para terminar con el VII, que trata del premio que espera a los sabios religiosos y de conducta intachable.
Una tercera observación que conviene hacer ante el esquema propuesto es que el libro VII queda aislado. Después de todo lo dicho, ello está perfectamente justificado: es el libro que adorna y completa la obra, ya que en él se habla del premio que espera a quien siga la doctrina anteriormente expuesta en los otros seis libros. El mismo Lactancio es consciente de la importancia del número siete: «Dios acabó el mundo y esta obra admirable de la naturaleza en seis días, según se dice en los antiguos testimonios de las Sagradas Escrituras, y santificó el día séptimo, en el que descansó de sus trabajos. Este día es el sábado, término que en lengua hebrea deriva del número siete; de ahí que el número siete sea perfecto y completo. Efectivamente, siete son los días que, tras repetirse sucesivamente, completan el curso de los años; siete las estrellas que no desaparecen, siete los astros llamados errantes, cuyas dispares carreras y desiguales movimientos determinan, según la creencia popular, los cambios en las cosas y en el tiempo» 30 . No es extraño, pues, que Lactancio haya trabajado en seis libros, para completar y perfeccionar su obra en el séptimo.
Así pues, la obra responde a un esquema perfectamente establecido y coherente. Lo que sucede es que, en el desarrollo del esquema, es donde aparece eso que Jerónimo ya llamó el «torrente de la elocuencia ciceroniana» 31 de Lactancio. No vamos a entrar aquí en los procedimientos compositivos de Lactancio —ello será objeto de otro capítulo de esta introducción—, pero sí conviene recordar el contenido de cada uno de los libros, para comprobar, por una parte, que se sigue el esquema propuesto, y, por otra, que Lactancio va aportando constantemente elementos del gran acervo de su cultura, acumulado en todos sus años de aprendizaje en la retórica y en la cultura, tanto profana como cristiana; este acervo comprende conocimientos de historia, filosofía, bíblicos, libros herméticos y sibilinos, etc. El contenido de cada uno de los libros es el siguiente:
LIBRO I: Las falsas religiones .
1. Introducción general: 1.
2. El monoteísmo:
a) La providencia: 2.
b) Monoteísmo: 3.
— Testimonios de los profetas: 4.
— De los poetas y filósofos: 5.
— De las Sibilas y oráculos: 6-7.
3. Politeísmo: carácter mortal de los dioses: 8.
a) Dioses extranjeros:
— Hércules: 9.
— Esculapio, Apolo, Marte, Cástor y Pólux, Mercurio, Líber: 10.
— Júpiter: 11.
— Saturno: 12-13.
— Júpiter y Saturno, según Evémero: 14.
b) Motivos de divinización de los anteriores: 15.
c) Errores y creencias falsas en las religiones paganas: 16-17.
d) Motivos de la divinización: 18.
e) Dioses indígenas de Roma: 18-19.
f) Ritos y misterios de los dioses paganos: 21-22.
g) Cronología de los dioses paganos: 23.
LIBRO II : Sobre el origen del error .
1. Introducción: 1.
2. Motivos del error:
a) Adoración de estatuas: 2-4.
b) Adoración de cosas de la naturaleza: 5-6.
c) ¿Se puede adorar a los dioses por sus prodigios?:
7. (Excursus: Explicación de estos prodigios, que en definitiva están provocados por los demonios: 7-16).
d) En el origen del error están los demonios: 16.
3. Conclusión: 17.
4. Peroración: 18.
5. Transición: 18.
LIBRO III: Sobre la falsa sabiduría .
1. Introducción: 1.
2. Definición de «sabiduría»: 2.
3. La filosofía pagana: 3.
a) Análisis de las escuelas: 4.
— Filosofía naturalista: 5-6.
— Filosofía moral (el sumo bien): 7-13.
— Filosofía lógica: 13.
— Cicerón: 14.
— Séneca: 15.
b) Transición: La filosofía no equivale a sabiduría auténtica: 16.
c) Análisis de los filósofos:
— Epicuro: 17.
— Estoicos y pitagóricos: 18.
— Cicerón y Platón: 19-20.
— Sócrates y el comunismo: 21-22.
— Otros filósofos: 23-24.
d) Conclusión: La filosofía no equivale a sabiduría auténtica: 25.
4. La verdadera sabiduría es el conocimiento de Dios: 26-28.
LIBRO IV: Sobre la sabiduría y religión verdaderas .
1. Cronología: ¿Cuándo empezaron a existir la sabiduría y la religión verdaderas?: 1-3.
2. Unión entre sabiduría y religión: 4.
3. Doctrina de la religión y sabiduría verdaderas:
a) La religión:
— Preparación: autoridad de los profetas: 5.
— Creación del hijo, Cristo: 6-7.
— Primera venida de Cristo: 8-9.
— Segunda venida de Cristo: 10-21.
b) La sabiduría:
— Demostración racional de todo lo anterior: 22-27.
4. Conclusión: 28-30.
LIBRO V: Sobre la justicia .
1. Introducción: Hay que defender ahora el bien, que se identifica con la conducta cristiana: 1-4.
2. El bien:
a) En época de Saturno: 5.
b) Su desaparición con Júpiter: 6.
c) Con Cristo vuelve para los cristianos: 7-9:
— Las persecuciones: 9-13.
— Definición del bien: 14.
— Los paganos defienden otro tipo de bien: 15-18.
— Invitación a los paganos a que defiendan su doctrina con la razón y no con la sangre: 19-20.
— Los verdaderos enemigos son los demonios: 21.
— Formas del bien: la paciencia: 22.
3. Conclusión: Los perseguidores serán castigados: 23.
LIBRO VI: Sobre el culto verdadero .
1. Introducción: 1.
2. Los ritos paganos: 1-2.
3. Los dos caminos: el del bien y el del mal: 3-4.
4. El camino del bien:
a) Definición de virtud: 5.
b) Refutación de la definición de Lucilio: 6.
c) La virtud no es necedad: 7.
d) El verdadero camino, la ley divina: 8.
e) Preceptos de la ley divina:
— Conocer y amar a Dios: 9.
— El humanitarismo: 10-14.
— Moderación en las pasiones: 15-19.
— Buen uso de los sentidos: 20-23.
— El arrepentimiento en caso de pecado: 24.
— El verdadero sacrificio: 25.
LIBRO VII: Sobre la vida feliz .
1. Introducción: 1.
2. Significado del mundo y del hombre:
a) Significado del mundo:
— Interpretación de los filósofos: 2-3.
— Interpretación cristiana: 4.
b) Significado del hombre: 5.
c) Resumen de todo lo anterior: Si no se acepta la interpretación cristiana, nada se entiende (6); interpretaciones erróneas de las distintas escuelas (7).
3. El fin del hombre: la eternidad.
a) Platón y otros filósofos lo intuyeron: 8.
b) Argumentos en favor de la eternidad del alma: 9-10.
c) Refutación de argumentos en contra: 12.
d) Testimonio de los libros herméticos y sibilinos: 13.
4. Cronología de la eternidad:
a) Comenzará con el fin del mundo: 14.
b) Desastres que precederán al fin del mundo: 15-17.
c) Testimonio de los libros herméticos y sibilinos: 18.
d) Derrota del Anticristo: 19.
e) El juicio final: 20.
5. ¿Cómo sufrirán y gozarán las almas?: 21. Testimonios de los poetas y otros: 22-23. Lo que sucederá después del juicio: 24. De nuevo sobre el fin del mundo: 25-26.
6. Conclusión: 27.
Éste es el contenido de la obra. Sobre la forma de introducir y mezclar los temas volveremos más adelante.