Читать книгу Desconocida Buenos Aires. Escapadas soñadas - Leandro Vesco - Страница 13
Las Argibay, el restaurante
de sabores familiares en Villa Lía
ОглавлениеVilla Lía. San Antonio de Areco
Villa Lía es un pueblo que todos tienen dos palabras para definirlo: hermoso y tranquilo. Así es. Sus 1400 vecinos tienen el don de la amabilidad. No es una obviedad, el saludo característico de cada pequeña localidad aquí se potencia. El desprevenido visitante se hallará dentro de una cordial bienvenida a los pocos minutos de entrar al pueblo. El sano protocolo del saludo en Villa Lía es moneda corriente. Con este feliz recibimiento hallar el restaurante Las Argibay completa la idea de un día inolvidable.
“Intentamos que cuando el visitante llegue se sienta en el comedor de una casa de campo, con los platos y sabores que se hacían antes, con las costumbres: la panera, siempre algo casero para untar, la charla, un lugar muy amigable”, afirma Luz Argibay, una de sus dueñas.
“Proponemos un espíritu comunitario: todo lo que podemos adquirir en el pueblo lo compramos a productores locales: huevos, leche, acelga para las pastas, otras verduras, limones, cerdo. Es una experiencia simple y natural: aire libre, siempre con música de pajaritos, verán pasar gente a caballo y que con seguridad los saludarán como nos saludamos todos acá”, sostiene.
Luz sabe de lo que habla. Ama su pueblo y la vida le dio la perspectiva necesaria para valorizar ese amor. A los 18 años, como muchos en el pueblo, se fue a estudiar a la ciudad de Buenos Aires. Estudió Economía en la UBA. Finalizó y se abrió la posibilidad de hacer algún Máster de Negocios, pero el encanto de Villa Lía es fuerte en la distancia. Se robustece y dialoga en un lenguaje callado y sensible. “Tenía ganas de hacer algo que me gustara, así que hice un Máster en Turismo Sostenible en la Universidad de León, en España”, afirma.
Villa Lía la estaba llamando. Regresó al pueblo que siempre da la bienvenida. La idea de Luz fue simple: volcar todo lo aprendido en su pago chico. En 2012, sin tener experiencia en gastronomía pero con mucho coraje, abrió junto a amigos un restaurante en un local alquilado. Lo Pascual fue el primer restaurante que tuvo el pueblo. Los proyectos crecen con el tiempo, se asimilan, germinan con los días, y los años les dan peso hasta versionarlos en su mejor forma.
En 2016 llegó el momento. La idea creció. “Con mi hermana María Julia y Gerardo (su esposo), que compartían mi hermosa locura, pudimos comprar una antigua casa frente a la plaza, refaccionarla y en 2017 abrimos Las Argibay”. Villa Lía subió un escalón en términos de servicio. La legión de turistas que visita San Antonio de Areco tuvo una chance más solitaria y silenciosa para poder disfrutar los platos hechos con paciencia y amor. “Siempre tuvimos ganas de hacer algo en el pueblo, de darlo a conocer, de generar trabajo, de hacer algo comunitario y sostenible”, comenta.
La gastronomía de Las Argibay y la estética del salón comedor sobresalen. Impactan por la sencillez. Los delicados detalles hacen una mesa perfecta. La madera y el vidrio, esos elementos nobles, pueden acoger tanto y causar un éxtasis de lujo y comodidad. Palabras claves: simpleza y orden.
El alma está en la cocina y se apoda Ñata. Es la madre de Luz y tiene 81 años. Maestra rural de toda la vida y voz autorizada del pueblo. Conoce como nadie su historia y sus aromas. Detrás de cada plato está su mirada. “Ella está en cada detalle, da el verdadero sabor a lo que cocinamos, recibe y atiende como si quien nos visita viniera a nuestra casa”, describe Luz otro de los detalles que hacen tan exitosa la experiencia de venir a comer aquí. Nada puede salir mal si Ñata está cerca.
“Nuestros platos se hacen con los productos de estación. Compramos en el pueblo. Eso les transmite el verdadero sabor: siempre presentes nuestras empanadas de carne, canelones cocinados en vasijas de barro, el guiso de lentejas y el flan. En época de zapallos, zapallos en almíbar; en época de higos, higos en almíbar. Matambrito de cerdo a la pizza y algunos fines de semana, asado”, así, simple, el menú. Simplemente inolvidable. Los grandes ventanales tienen la mejor programación: la calma pueblerina, la familia, los niños, los gauchos a caballo.
“Para la gente del pueblo es importante tener un lugar donde salir, no hay otro”, sostiene Luz. La gastronomía atrae. La cocina de Ñata tranquiliza. En un mundo con sabores perdidos, encontrarlos todos acá, tranquiliza. “Nos permite interactuar, dar a conocer Villa Lía y la idiosincrasia del pueblo a quien no lo conocía. Y también conocer historias. Hemos logrado un hermoso equipo de trabajo con las chicas del pueblo, lo que hace que disfrutemos cada visita, cada historia y nos divirtamos cada día”, confiesa.
“Los villalienses somos gente simple, simple de verdad. Quien nos visite encontrará que las casas están cuidadas y nos encanta que nos conozcan”, manifiesta.
“A todos les gusta nuestro flan. Les contamos que está hecho con huevos de gallina de campo y leche de vaca, por eso el sabor es distinto. Algunas veces nos pasó que quieren que les venda huevos de campo y les explico que nosotras no vendemos. Les digo dónde vive la señora a quien le compramos, que la visiten, la conozcan, vean sus gallinas y le compren a ella. Para la señora, que la visiten y se interesen por algo que ella hace con mucho sacrificio tiene un valor indescriptible”, así es Luz Argibay. Así es Las Argibay. Las puertas están abiertas. Todos te van a saludar cuando llegues. + info: Mendoza 678, en la Plaza de Villa Lía / Teléfono: 11.4029.3191 / Facebook: Las Argibay / Instagram: lasargibayvillalia
Antes o después de disfrutar la comida de Las Argibay, sepan que la mejor manera de conocer Villa Lía es caminando. Caminatas por sus calles. Las casas, la mayoría, son muy bonitas. Un buen dato: la Delegación Municipal presta bicicletas para pasear. No se consigue mejor plan. Sábados y domingos se hacen visitas guiadas por el pueblo. Hay muchas historias interesantes.
Si la visita tiene gusto a poco y queremos seguir disfrutando del pueblo y sus sabores podemos quedarnos. Cabañas La Aguada es una opción (entre muchas que tiene Villa Lía) de turismo rural. Muy recomendable. Está a pocas cuadras del pueblo. El pasto, la tierra, las noches estrelladas y la sensación de estar cerca de nuestros más puros sentimientos. Es el lugar ideal para el sosiego, inspira. Una aguada natural concentra la atención. Abraza a las cabañas el reflejo del sol y la luna, y nuestros sueños. “Podrás estar en contacto con aves y animales de granja que viven aquí, disfrutar de paseos en bote, andar en bicicleta, nadar en la piscina y tomar sol en el solárium con vista al campo. Tendrás la opción de rentar caballos y disfrutar de las puestas de sol hermosas en el horizonte ancho desde el puente que adorna la laguna”, aseguran. Las posibilidades para hospedarse son en casa con dos dormitorios, habitaciones dobles y bungalós. Admiten mascotas. Juegos para niños. Todos los servicios que aseguran la felicidad. + info: www.laaguadacabañas.com / Teléfono: 54 9 2326 41-0033 / E-mail: laaguadavl@gmail.com / Instagram: laaguadahospedaje